Ahora, el escenario político. Hace doce años figuraba entre la juventud de un partido político. Hoy descuella entre la juventud católica....
Pedro Goyena, escritor, también aparece siempre joven, entre los sobresalientes de cada estratificación literaria de nuestro país.
Hace diez y ocho años, así como suena, ya exhibía sus brillantes cualidades de crítico en las siluetas parlamentarias de Mitre, de Quintana y de Rawson.
He comparado esa miniatura con la acuarela del otro día, dedicada á Sarah: el estilo no ha perdido su frescura, ni el pensamiento su brillo, ni la frase su virtuosidad incomparable.
El colorido de ambos artículos acusa la misma tensión literaria, como si fuesen contemporáneos.
Tan poco ha envejecido Goyena en su vida de literato. O mas bien, no ha dejado de ser viejo.
No es la concisión el rasgo característico de la oratoria del doctor Goyena.
Pero tampoco flotan sobre sus discursos las ondas de espuma de la ampulosidad del estilo asiático.