— Nicolás, verdad, eh? Pues se equivoca de medio á medio. Es Eudoro! Habrá mayor fecundidad oratoria en Nicolás, tendrá Márcos mas fuego en sus raciocinios; pero ninguno de los dos aventaja á Eudoro en vigor intelectual.
La verdad es que, con los hermanos del ex-Presidente, ha pasado lo que con Miguel Goyena.
Sobre este se proyecta la penumbra de la silueta colosal de Pedro.
A Márcos y Eudoro les ha perjudicado la circunstancia de habérseles adelantado, en la carrera política, un hermano de luminosa elocuencia.
Cuando Marcos Avellaneda se inauguró en el Parlamento, de una manera sorprendente, nadie se sorprendió.
— Vaya una gracia! Hablar bien siendo hermano de un Presidente cuya oratoria es superior á su política.
Fué necesario que Márcos hiciese prodigios de sentido práctico, es decir, en un género cuyo diapasón no correspondia al temple del alma de Nicolás Avellaneda.
Lo que pasó con la duse: Imita admirablemente á Sarah Bernhardt, se decía.
Y fué el pretendido modelo, quien