que mandan, adquieren los caracteres sanos, y susceptibles, por sus rasgos de independencia, de servir de excelentes elementos directivos en el seno de la facción mas dejada de la mano.... del público.
Mas aún: el Senador Mendoza ha llegado en su maleabilidad política á fígurar en uno de los incidentes mas gráficos del Parlamento de 1886.
Todos conocen el famoso desempate de una votación del Senado en la mas famosa ley de imprenta.
Dias antes, el Presidente de tan alto caerpo, un inofensivo y preciado alter-ego del Jefe del Ejecutivo, obtuvo el primer aplauso popular de su incolora existencia política, haciendo inclinar una votación indecisa al lado de la razón y de la justicia.
Y en idéntica circunstancia, todo un Senador de buena talla ha demostrado poseer menor dosis de carácter que el Vice-Presidente Madero.
Dar mayoría, con la omisión del propio voto!... Mas le hubiera valido declararse convencido por la suprema elocuencia del Ministro.