Pero el ex-Catedrático, el ex-Presidente de Legislatura y el ex-Ministro dejó de ser «hombre de avería» en el Senado.
Uno que otro informe, á la ligera, como quien se saca un peso de encima, ha servido de muestra suficiente para dejar comprender la potencia oratoria del que hacia gala de un estilo fácil y correcto, sirviendo de liso cauce a un manantial de voz clara y no mal timbrada.
Menos erudito pero mas práctico, sin tanta destreza en la frase pero con mayor vehemencia en los conceptos, con inferior amenidad en su trato, pero con rasgos mas profundos en su fisonomía moral, el doctor Febre ha ido é irá siempre mas lejos que su simpático colega y paisano.
Semblante lleno y de espresión altiva, mirada cóncava y gesto desdeñoso, el senador Febre dispone para el comercio humano de un forro barnizado da reposo, impermeable á todas las sensaciones cuyos reflejos exteriores pudieran descubrir su juego mental.
Por eso, lo reputo uno de los mejores hombres de lucha con que he tropezado en mis