360 MADAMA DE SEVIGNÉ
Á LA MISMA Paris, viernes santo 8 de abril 1689.
No esperaba vuestras cartas hoy, querida hija. Quiero retí- rarme esta noche, pues hago mañana mis pascuas. Es á vos precisamente á quien quiero alejar un poco de mi espíritu. He asistido esta mañana á una pasión muy bella en San Pablo. Era el abate Anselmo. Estaba muy prevenida contra él : le en- eontraba gasctón, y esto era bastante para quitarme la fe en sus palabras; hoy me ha obligado á rectificar esta injusticia, y le encuentro uno de los buenos predicadores que he oído en mi vida: ingenio, devoción, gracia, elocuencia.
En una palabra, yo no preferiria muchos á él. Yo quisiera que no se os trat:.se como á perros en las provincias, y que se os enviase un hombre, poco más ó menos como éste. ¿Cómo es posible escuchar á los que ahí tencis? Esto hace daño á la religión. .
Dejo aquí mi carla, y añadiré esta noche cuatro líneas; me voy á las tinieblas y de alí á San Pablo.
Ya estoy de vuelta, mi querida hija y os dejo, rogándoos que descanséis bien y hagáis trabajar á Paulina si tenéis deseo de contestar á mis conversaciones : sin esto, dejadlas estar; es- eribidme poco, y conservaos bien; esto es todo lo que yo deseo.
A LA MISMA Paris, miércoles, un poco tarde, 13 abril de 1689.
No solamente, mi querida hija, no hemos partido esta 1ma- ñana, sino que no parlimos para Bretaña hasta dentro de doce días, á causa deun viaje á Nantes, que hace Mr. de Chaulnes. Su esposa ha venido esta mañana á preguntarme si quiero ir Á pasar diez días á Chaulncs con ella, ó bien que en un día