Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/32

Esta página no ha sido corregida

8 MADAMA DE SEVIGNÉ

contestado : « ¡Ah señor! Para este punto, ved aquí el emplas- to que le cura; » y después ha expuesto una buena razón. añadiendo : « Señor, en el sitio que ocupo diré siempre la verdad, sea ésta la que quiera. »

Se han reído de lo del emplasto, porque ha hecho recordar el otro que ha hecho tanto ruido. Después de esto se ha hecho entrar al acusado que no ha estado más que una hora en la cámara, y al salir varios han cumplimentado á Mr. d'Almeson por su firmeza.

Es preciso que yo os cuente lo que he hecho. Imaginaos que algunas damas me han propuesto ir á una casa que da en- frente del arsenal para ver venir á nuestro pobre amigo. Yo estaba enmascarada (1), y le he visto venir desde bastante lejos. Mr. Artagnan venia á su lado, y cincuenta mosqueteros á treinta Ó cuarent; pasos detrás. Él parecía pensativo; en cuanto 4 mí, cuando le he apercibido me temblaban las piernas, y el corazón me latía tan fuertemente, que no podía más. Al aproximarse á nosotros para entrar en su prisión, como Mr. d'Artagnan le ha llamado la atención y le ha hecho notar que estábamos allí, nos ha saludado y ha puesto esa cara son= riente que ya le conocéis. No creo que me haya reconocido, pero os confieso que he sido extrañamente emocionada cuando le he visto entrar por aquella puertecilla. Si supierais cuán des- graciado se es cuando se tiene el corazón como yo le tengo, estoy segura que tendríais piedad de mí; pero pienso, porque Os conozco, que no estáis en mejor estado que yo. He estado á ver nuestra querida vecina, y os compadezco tanto de no tenerla ya, cuanio que nosotros nos encontramos muy contentos de tenerla. La hemos hablado de nuestro querido amigo; ha visto á Sapho que le ha dado valor. En cuanto á mí, yo iré mañana á buscarle también á su casa, pues de tiempo en tiempo sien. to que tengo necesidad de consuelo : no es esto que no me

a

(1) Las mujeres entonces, salían de máscara, uso que se encuen» tra en las antiguas comedias de Corneille y que habia sido impor- tado de ltalia por los Médicis,