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SESION DE 20 I 21 DE FEBRERO DE 1825

los males que se han indicado, a ver si por este medio, dilatándose el Congreso por el término que he indicado i trabajando en sesiones continuas, pudiese acabar el Congreso en los 15 dias. Nada tiene de estraño, ¿qué mas se le puede dar que tres meses, que son los que ha empleado hasta aquí para organizar al Estado de Chile? Por lo demas, queremos comparar con las naciones grandes, como la Francia, Inglaterra i otros países; no puede ser, somos mui pequeños. ¿Cuál es la poblacion del pueblo de Chile? Nadie le da mas de ochocientas mil almas; ¿i para arreglar los intereses de ochocientas mil almas queremos demorarnos mas de tres meses?

Yo creo que esto no traería desagrado a los pueblos porque la costumbre que ya tienen de que todos sus Congresos no hagan nada i siempre salgan mal, haria en ellos un placer al ver que este cuerpo ha hecho algo. Si queda un cuerpo intermediario seria necesario sueldos como en el Senado, i el mal estado de nuestra hacienda no lo permite.

De aquí es que soi de opinion que se oficie al Ejecutivo, acompañándole el proyecto que he leido. Dejaré sobre la mesa el proyecto; concluyendo, lo entrego al secretario.

El señor Elizondo. —Discutiéndose el primer artículo de la mocion que se reduce a la disolucion del Congreso, hemos oido dos indicaciones que, en mi concepto, son mas útiles i mas honrosas al pueblo que la mocion. La una del señor Rodríguez, que por parte se renovase el Congreso; la otra del señor Albano, que el Congreso fije un término para sus sesiones. He dicho que éstas me parecen mas honrosas al pueblo i al Congreso porque la mocion pone en un contraste nuestro honor, estableciendo que el Congreso es perjudicial a los intereses de la Nacion. ¿Cuáles son los perjuicios que de su existencia han resultado? ¿Acaso el Congreso ha enervado las operaciones del Gobierno? ¿Acaso el señor Director se ha quejado alguna vez de perjuicios que haya causado el Congreso? Por el contrario, siempre le ha manifestado sus profundos respetos. ¿No le ha auxiliado el Congreso al Ejecutivo cuando le ha manifestado sus necesidades? ¿Ha manifestado hasta ahora algun pueblo desagrado por el Congreso? ¿No hemos visto, por el contrario, que los pueblos tienen una confianza en la Representacion Nacional i que concurren a sus debates?

Otra razon que se aduce para la disolucion del Congreso es que nada ha hecho hasta aquí; pero esto no lo dice el Ejecutivo, no lo dicen los pueblos; tampoco es su voluntad que se disuelva. Con que, el Congreso no va a ser disuelto por el Ejecutivo; al contrario, el Director se ha manifestado por su existencia, obedeciendo siempre gustoso. El Congreso se va ha disolver solo, ¿qué cosa mas deshonrosa? Yo hablo sin agraviar a nadie; pero entiendo que será un crímen contribuir a su disolucion; no seria decente, no seria de juicio. Este, o yo lo he perdido, o lo comprendo. Con que un hombre que ha sido mandado por su pueblo para que contribuya a formar sus leyes en el Congreso, ¿qué respondería si se retirase sin haber hecho nada?

Si en el Congreso hai embarazo ¿por qué no toma arbitrios para cortarlo? Si por neglijencia, nada ha hecho, sustituya a esa neglijencia la celeridad. ¡Pero los que han venido a desempeñar las confianzas de los pueblos retirarse diciendo que nada han hecho! Este seria un crímen.

Se dice que nada se ha hecho porque dentro del Congreso hai quien estorbe las decisiones del Congreso. ¿I no está al alcance del Congreso purificarse? Si tiene un dedo enfermo, cortárselo. Averigüese quién de los señores diputados tiene crímen, i castíguesele. Pero la medida que se propone no remedia el mal sino que mata al enfermo, no es un sistema curativo sino mortal.

Se dice que es necesario en el Ejecutivo una facultad estraordinaria por los peligros que amagan. Ya hemos visto que ellos no son de una calidad que exijan la disolucion del Congreso; pero cualesquiera que éstos fuesen ¿es posible que cuando la Patria está en peligro i cuando el Gobierno está consultando al Congreso sobre los medios de cortarlos nos separemos? Consultando todas las historias, desde Roma, jamas ha habido ejemplar que el cuerpo lejislativo se separe aun cuando se hayan presentado los mayores riesgos. Señor, yo me produzco de buena fe, no tengo interes ninguno en la existencia del Congreso; solo quiero que no nos agravemos.

El señor Rodríguez. —Cuando la Sala ha oido producir con tanto método i fuerza a tres de los señores diputados, al señor Palazuelos, al señor Montt i al señor Elizondo, en contra de la medida de disolucion del Congreso, cuando ellos, fundados en principios filosóficos, han opinado contra la mocion que se está discutiendo, a mí me debería dar vergüenza el indicar algo. Sin embargo, por no dejar medio alguno, trataré de rebatir errores de algunos señores, permitiéndome decir ántes que me he complacido en oir a los señores para saber que no la ignorancia de los diputados (como se dice) es un motivo para la disolucion del Congreso. Habremos entre nosotros 25 o 26 diputados que toman la palabra i con madurez; ¿cuál diputado se podrá decir que es un hombre rudo? Ciertamente no lo encuentro.

Se dice que porque el tiempo se ha perdido no se deberá hacer nada. Esto me parece mas una cosa como aquella caricatura que nos atribuyen a los chilenos, de huesos; o de aquellos comerciantes que habiendo sido habilitados i pierden algo tratan mas luego de arruinarse jugando lo que les queda. Este es el lenguaje de los apoyantes de la mocion.

Se nos cita a otros pueblos como por una especie de comparacion. Yo me veo en la necesidad de hablar de un pueblo, a quien le merezco mucha hospitalidad, aunque su Gobierno me ha perse