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SESION DE 31 DE ENERO DE 1825

nota de que salga un manifiesto que diga: «Fulano faltó.» Yo jamas convendré en que la lei se dicte sin un número fijo, porque puede llegar el caso de que las leyes se dicten para tan poco número que no sea la mayoría de la Representacion.

El señor Albano. —Yo creo que esta cuestion no le hace honor a la Sala. Será la primera vez que se ajita el Cuerpo Lejislativo en una especie de leyes penales, así como en las leyes comunes no hai suficiente para los juicios de la conducta de un diputado i se remite a un juicio discrecional. Yo quisiera mas bien que se remitiera éste al silencio. Mi corazon se ha contristado al ver que es necesario un arbitrio que solo es una lei penal. Por otra parte, si surtiese algun efecto seria siempre vergonzoso valerse de un medio tan duro para que los diputados cumplan con su deber. Yo no encuentro remedio absolutamente; derogar la lei, como alegan otros, no me parece conveniente porque entónces mejor seria declarar que no puede haber Congreso en el país, así como en el proyecto de lei tambien me parece degradante.

El señor Elizalde. —A los pocos dias de haberse instalado el Congreso, hice una mocion por escrito sobre esto mismo, tocando en el mismo inconveniente de que no se fijase su número, como mui bien ha observado el señor preopinante; opiné de que se diese parte a sus poderdantes para que elijiesen otro, i ahora para salvar el inconveniente de la falta de asistencia, como tambien para que no se fije por la imprenta su nombre a los que falten, por lo degradante que es esta medida, se les podrá hacer entender a los diputados de que a sus mismos pueblos se les avisará, haciéndolos responsables de los perjuicios que resulten de su inasistencia.

El señor Elizondo. —Señor, ojalá nada fuera necesario hacer para que todos asistiésemos al Congreso. Los diputados que han opinado justamente se contristan de que sea necesario esta medida tan fuerte. Ojalá nada fuera necesario, vuelvo a decir, pero si se contristan en ver que se les pone nó, una pena sino una acusacion ¿no será peor que esto refluya contra la Representacion Nacional? Yo mas bien quiero que se diga: «No hubo sesion porque faltó Diego Elizondo, que no se atrase el trabajo i las tareas del Congreso.» El proyecto de avisar a los pueblos de la inasistencia de sus diputados, me parece mui bueno, mas ¿con qué datos aseguran esto? Cuando los pueblos vean sus faltas en los papeles públicos, se ha de irritar mas contra su diputado el pueblo a quien represente i tendrá mas empeño en elejir hombres que sean mas amantes del bien público. De otro modo, señor, ha de refluir sobre el Congreso. Lo vuelvo a repetir, mas bien quiero que caiga esta nota sobre Diego Elizondo, si hace falta, que nó sobre toda la Representacion Nacional.

El señor Elizalde. —El modo como se puede dar noticias a los pueblos, sin necesidad de ese papel público, es mui llano, se pueden sacar de los mismos datos que presente la Secretaría.

El señor Albano. —El remedio es duro; yo sé que surtiría efecto pero tambien será orijinal; nunca lo he oido; yo nunca me sentaré con gusto al lado de uno a quien ha sido preciso ponerle una lei penal para que asistiese. Este acuerdo, cuando los diarios del Congreso aparezcan ante el mundo, dará a conocer el estado miserable de la opinion del país.

El señor Palazuelos. —Yo respeto mucho la delicadeza de los señores en no querer que se proceda por medios violentos para hacer asistir a los señores que no concurren; pero no podrá impedirse de recordar la muerte de Felipe V i su célebre historia... Estamos en el mismo estado ¿porque no se falte a la etiqueta de los señores diputados no se salva a la Patria? Es una objecion ridicula. Yo creo que estamos en el caso con los señores que no asisten, como si fuese con un reo de crímen de Estado, en uno i otro caso se falta al servicio de la Patria. Mi opinion es que, en faltando algun señor tres veces a la Sala, se avise a ella por el secretario i se le declare inhábil para ejercer cualquier empleo público i entretanto que se avise a su pueblo para que elija otro.

El señor Íñiguez. —He oido varias indicaciones que se han hecho con el objeto de cortar los males que resultan de la inasistencia de los diputados a la Sala, i siendo este punto de la mayor importancia por el crédito de la Representacion Nacional, i que envuelve la respetabilidad de las leyes, por el mayor número de los que la sancionen, es de necesidad que se adopten algunos medios para evitar estos males.

La Sala no tiene duda se halla en actitud de compeler a los diputados, aunque se quiera decir que esto sería nuevo; pero, al mismo tiempo, creo que la Sala tambien, al hacerlo, debia declarar los derechos personales del diputado. Yo tengo presentada una mocion hace cerca de un mes i todavía no se ha tocado i de cuya decision resultaría llenar de algun modo la lei que ahora se establezca: es la de las dietas. Es un engaño creer que ningun funcionario pueda desempeñar con gusto su cargo sin alguna compensacion. No creo que éste sea un gravámen, porque mas de las dos terceras partes están empleados i así es que el Erario no haria sacrificios mui grandes en dar dietas a los que no gozan por otro motivo de renta alguna.

Mi adición es un artículo reglamentario que ya debia estar sancionado. Yo no he visto en ningun tribunal ni cuerpo alguno que ningun funcionario hace faltas, seguramente será porque cree defraudar al Estado en lo que gana injustamente en los dias que falla; lo mismo sucedería en los diputados i todo se remediaría con esta medida.

El señor Ocampo. —Veo que nos ocupamos