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SESION DE 21 DE ENERO DE 1825

legado don Luis de la Cruz, citó a las corporaciones a su Sala, para que le proporcionasen arbitrios para sacar un empréstito de 300,000 pesos; se empezó a discutir i en nada se pudo convenir. Aquí el número de 30 o 40 individuos yo propuse (como puede decirlo uno de los señores de la Sala que fué presidiendo una de las corporaciones) que se nombrase una Comision de Economía, la que dentro del término de ocho dias presentase el empréstito; esta Comision, de la que yo fui individuo, buscó los arbitrios para conseguir esto, i el empréstito de 300,000 pesos se realizó a los ocho dias, i la Comision siguió conociendo sobre economizar gastos supérfluos del Gobierno. Esta Comision fué mui útil, no solo por haberse conseguido el empréstito con prontitud, sino en todos sus demás trabajos. Esto mismo estamos tocando ahora. El señor Ministro dice que no encuentra arbitrio; pueda ser que en estos momentos apurados no los encuentre, pero reflexionando, quizá encontrará alguno; si lo encuentra, puede presentarse aquí a la noche (si se quiere), i si no los encontrase, que se nombre esta Comision, i que las propuestas de la Comision de Economía pasen al Congreso para su sancion. En el Congreso creo que no habrá entorpecimiento, porque hallo en los señores diputados la mejor disposicion para el empréstito. Tampoco hai necesidad de que desmembremos la Sala, sacando de ella una Comision de cuatro o seis individuos; éstos pueden ser de fuera; pues, yo creo que en la capital hai sujetos tan aptos en esta materia como los que pueden haber en la Sala; pueden nombrarse ahora mismo para que empiecen sus trabajos, i haciendo sus propuestas dentro de veinticuatro horas, si es posible. Los arbitrios propuestos por el señor Vera, me parecen mui propios; todo eso la Comision lo tendrá presente i puede dejarse al arbitrio del señor Ministro que él nombre los individuos que han de componer esta Comision.

Resuelto i sancionado esto por el Congreso, yo creo que los pueblos se prestarán gustosos a cualquier sacrificio.

El señor Fernández. —Se dice que existe un remate del empréstito de Lóndres, i que el señor Egaña ha sido encargado de su recaudacion. Un señor diputado ha hecho una mocion dirijida al señor Egaña sobre este particular; el señor Ministro podria informar a la Sala si existe o nó ese recibo, i de su informe se veria si son conformes los medios indicados por algunos señores.

El señor Ministro. —Verdad es que existe un fondo del empréstito en Lóndres, pero todo no está en poder del señor Egaña. Aunque exista ese remanente, tambien se ve que es para concluir la contrata con el estanco. Asentado que exista, si el señor Egaña viene en camino, tampoco se le podrá escribir para que lo remita.

El Gobierno nombró una Comision compuesta de hombres intelijentes; pero nada ha podido conseguir. Yo no culparé a los ciudadanos de Chile porque no prestan, sino a la falta de fondos i numerario. Es verdad que el Gobierno no tiene ese crédito; pero será bien sabido en la Sala que la plata es lo mismo que cualquier otro efecto, hoi tiene el 2 por ciento de premio, i así corre en todo el comercio; éste que parece un exceso, no es sino un efecto de su escasez, así como las casas que ántes valian 50 pesos, ahora valen 200. El dinero sube i baja segun su escasez o su abundancia, lo cierto es que en la actualidad no hai numerario. Los Gobiernos anteriores, que no realizaban sus empréstitos por apuros semejantes a éste, han destruido el crédito del Gobierno, aunque éste fué un hecho criminal, él salvó a la Patria; pero no es tanto la falta de crédito porque debe el Congreso marchar sobre el seguro que la principal dificultad es la falta de numerario que se nota en el país.

La hipoteca de los bienes nacionales i de todos los fondos del Erario se ha propuesto a todos los sujetos que se han hablado para este empréstito, un señor que está hoi mismo en la Sala se proponía tambien afianzar con sus bienes los créditos del Gobierno; pero nada se ha podido conseguir, con que no es falta de garantías o de patriotismo lo que hace nulo cualquier empréstito, como la falta de fondos. Los comerciantes, que son los únicos que podrian tener dinero, lo tienen en poder de los comerciantes por menor, que tampoco pueden cubrirles por las pocas ventas que se hacen en el dia. Tambien sé que hai diezmos que, atraídos del premio, han venido al Gobierno a ofrecer sus fondos; pero no tienen como dar numerario; aquí mismo en la Sala hai uno que lo sabe. Yo creo que si el Gobierno, de justicia i de necesidad, no abona el uno i medio o dos por ciento, a que el senado-consulto tambien autorizó, no se podrá conseguir nada i debe advertirse, como he dicho, que este interes no es injusto por lo escaso el dinero. El Gobierno desea que el Congreso le autorice para que pueda hacer uso de los diezmos, que es la mayor garantía con que puede asegurar su crédito, pudiendo al mismo tiempo rematar las haciendas del Bajo i Espejo en cinco o seis dias, sino se llenan los 100,000 pesos del empréstito, para que se puedan mover los cuerpos sobre el Sur, los que no se han marchado hasta ahora por el temor de que esas tropas insolutas vayan a contaminarse i sigan el ejemplo de las que se han sublevado.

El señor Argomedo. —Si como ha dicho uno de los señores preopinantes la necesidad es la que nos obliga a tomar esta medida ¿qué tiene pagar el 2 por ciento? No encuentro embarazo ni creo que la Sala lo encontrará en autorizar al Gobierno para que, con estas condiciones, pueda realizar el empréstito, principalmente cuando el señor Ministro nos dice que este es su precio corriente. Si hemos de gastar 100,000 pesos, gastemos 120,000. Sobre la venta pronta de la