cizaña de que la relijion se pierde si no elijen a don Juan Egaña. Ayer se ha visto confirmado, pues cuantos venian por su parte i la de otros aliados a sufragar, decian que votaban por el protector de la relijion don Juan Egaña. Son muchos los ajentes de estos manejos reprobados, pero señaladamente a mas de los dichos, se enumeran los hijos del anterior delegado don Manuel Valdés, i sus yernos don José Antonio Lecaros i don Pedro Nolasco Barros, e igualmente don Ramón Barros i tres de los señores Velasco, quienes, en la mañana de ayer, se agolparon a mi casa con todos sus domésticos e inquilinos, i con el estilo mas descompuesto e insultante, exijieron la apertura de la elección, tomando para todo la voz, dicho don Pedro Nolasco. Seguidamente, se marcharon a la Sala, i en ella hizo éste la elección de escrutadores, que fué aprobada a pesar de haberse practicado viciosamente, a pesar de habérseles indicado que era contra el tenor de la convocatoria permitir que votasen aquellas personas que no poseían ¡as cualidades legales. Nada ha bastado, porque habia un espíritu de partido i el plan estaba de manifiesto.
Seguidamente concurrió una parte de pueblo que, aunque menor en número, era mayor en votos lejítimos, como que se componía de ciudadanos capaces de sufragarlos conforme a la convocatoria. Dijo de nulidad de aquellos actos i pidió se suspendiesen. Los suspendieron por fin i deliberaron reservarlos para el 28 del corriente.
Concurría a dichos actos el procurador Achurra, que no se haliaba en ejercicio i a quien esa reunión autorizó para que lo reasumiese repentinamente, desempeñándolo otro por nombramiento superior. Sobre este particular hubo mil altercados escandalosos que me obligaron a ir a la mesa i mediar para que no resultase un suceso desagradable, lo mismo que en cuanto a la suspensión. Yo protesto a US. que, a no haberme personado, las cosas se habrían graduado en términos que hubiesen tenido despues un remedio sensible.
Convencido el titulado procurador Achurra de que el pueblo hacia una oposicion abierta a sus miras, me pidió auxilio para hacer armas contra él. Me negué a darlo, manifestándole a mas que no tenia tropa disponible. Me exijió que facultase a los mismos inquilinos que él i los sujetos referidos habian traido, i que, en efecto, venian parte de ellos armados; pero encontró en mi la misma resistencia.
Es todo lo que ha ocurrido, omitiendo particularidades menudas que quitarían a US. mucho tiempo, pero que influyen en que se deba temer un fatalísimo resultado, si el Supremo Gobierno no me provee de la respetabilidad necesaria, no para otra cosa que para consultarla quietud en un caso que no basten, como ya se manifiesta, mis insinuaciones i oficios. De lo contrario, yo no puedo cargar sobre mí responsabilidad alguna, i desde ahora lo manifiesto a US. en bastante forma. Podrá decírseme que mantenga el órden con los mismos habitantes del país, pero debe advertirse que supuesto que éstos pertenecen a uno u otro partido, no son aptos para aquel objeto. Los pueblos de esta provincia están, como se vé, en una espantosa división; unos, seducidos con la idea de que contradicen a la relijion sino elijen a Egaña, i otros, electrizados con el conocimiento del oríjen que tiene este error i persuadidos de que este sujeto no es el llamado a representar sus derechos, sino todo lo contrario.
Sírvase US. tomar en consideración lo espuesto, i dar de ello conocimiento al Supremo ▼Gobierno para la urjente probidad que reclamo. Seria de mas protestar a US. que yo en nada intento mezclarme. Guardo en este asunto la imparcialidad i prescindencia que debo; pero no puedo prescindir del desorden i sus consecuencias, supuesto que soi responsable de la quietud pública. Consultarlo es el único móvil de mi solicitud sobre alguna tropa.
US. resolverá lo que estime de justicia. —Dios guarde a US. muchos años. —Melipilla, Diciembre 25 de 1824. —Pablo Silva. —Al señor ▼Ministro del Interior.
Núm. 193
▼Excmo. Señor:
Como ▼procurador jeneral de Melipilla i Presidente de la mesa de escrutadores para la elección de representantes al Congreso Nacional, i por acuerdo unánime de dicha mesa, hago presente a V. E. que, convocados todos los ciudadanos con sufrajios para las siete de la mañana de hoi, veinticuatro, i habiéndose elejido los escrutadores í procedido a la elección en cuyo acto continuábamos por cerca de dos horas, recibiendo los votos, se presentó repentinamente don Nicolás Hurtado, (a quien se ha mandado guardar arresto en esa capital) acompañado de cinco o seis individuos, pidiendo se suspendiese la votacion, i a pesar de nuestras excitaciones al señor delegado para que no permitiese tal suspensión que, sobre ser un atentado el mas ilegal, ocasionaba gravísimos perjuicios a los ciudadanos convocados para este dia i hora, i que se habian reunido como el número de quinientos o seiscientos; sin embargo, el delegado ha suspendido la votacion i citado nuevamente para el mártes, 28 del corriente.
No alcanzamos con qué facultad legal pueda haberse violado un acto nacional de tanto interes i seriedad. Pero, tolerado ya esto, suplicamos a V. E. dicte una providencia que, vindicando su alta dignidad i la probidad de sus Ministros, haga conocer a estos sencillos i virtuosos ciudadanos que el Gobierno no tiene el menor interes en estas elecciones, ni que estas disposiciones arbitrarias dimanan de su autoridad o influencia,