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CONGRESO NACIONAL

rodeado al Gobierno, i los que han dado impulso a las providencias de la administración." Esta invectiva del mensaje contra los actuales Ministros, i toda la ponzoña que contra ellos abunda en aquel escrito, creen éstos que debe acreditarles por los motivos que la ocasionan, i temen a veces habérsele atraído, no tanto por su oposicion a la Constitución cuanto por haberse resistido uno de ellos a firmar el proyecto de instrucciones presentado por mi antecesor i actual Ministro de Europa. De esta se rechazaron absolutamente todos los artículos que dicho proyecto contenia relativos al establecimiento de réjimen monárquico en Chile.

Pero no son tanto las malignas e insidiosas acriminaciones del mensaje contra los Ministros, a quienes considera personas mui subalternas, cuanto contra el actual Supremo Director, a cuyo patriotismo i virtudes debe el país la libertad que goza i hallarse en marcha a su rejeneracion. Es bien necia la astucia con que pretende lisonjearle, haciendo el elojio de su antiguo mérito i virtudes, que en el mísmc hecho supone haberse apartado ya de aquella senda. Pero aun el mismo párrafo consagrado en el mensaje a estos elojios pérfidos, concluye diciendo; que no le exime de los errores, que seguramente cree se han cometido. ¿Habrá sido un error salvar al país de la anarquía i guerra civil, i al mismo Senado de ser la víctima del odio nacional? ¿Será otro error haber reunido los representantes de los pueblos para que su sabiduría acuerde lo que debe hacerse en circunstancias tan difíciles, i no querer tener otra regla de conducta que la libre voluntad de ellos? Cuando el jeneral Freire se puso al frente de la insurrección en favor de los derechos de los pueblos, ha contraído para con toda la República una enorme responsabilidad ante todo el mundo i la posteridad, i él se halla obligado a dejarla asegurada, o al ménos a sacrificarse por conseguirla i sostenerla.

Estas circunstancias, el voto jeneral de la República, demasiado espreso en su favor, i el nombramiento de Supremo Director que le habían hecho los representantes del anterior Congreso, obligaron a continuar en el mando, no el nombramiento hecho por la pequeña sección del pueblo de Santiago, reunida el 19 de Julio, como dice el mensaje. Aquella reunión solo debia considerarse o como una porcion de ciudadanos que usaban del derecho de petición que se concede hasta en los países sujetos a un réjimen despótico, o del derecho de resistencia a la lei que fijaba el pacto social de la República, sin haberse obtenido ántes la sanción de los pueblos, como era de eterna justicia. En aquellas circunstancias fué cuando se publicó el bando popular, no confiriendo al Director Supremo el gobierno o dictadura de la Nación, anulando la Constitución i Majistratura del Senado, como dice el mensaje, si no convocando a todo el pueblo para que concurriese a las Casas Consistoriales a manifestar su libre opinion sobre la Constitución. ¿Por qué no fué sofocada entonces esa pequeña sección de habitantes de Santiago por la mayoría que el mensaje supone adicta a la Constitución? No pudo ser por temor a la fuerza militar que habia sido mandada permanecer en sus cuarteles, para que no se mezclase en las deliberaciones del pueblo. Tampoco puede acusarse al Director de su prescindencia en los acontecimientos de este dia, pues con fechas 14 i 17 les habia anunciado que no podia continuar en el mando bajo aquel órden de cosas, i que así mandase el Senado a reemplazarle al que estaba determinado por la lei, que fué quien debió tomar las providencias que juzgase convenientes en aquel caso, i aunque el Senado se prestase ya en aquellas circunstancias para hacer la reforma de los artículos de la Constitución que embarazasen la marcha del Ejecutivo, ni la situación del país, ni el estado de la opinion pública era capaz entonces de conformarse con alguna reforma parcial, ni de poder esperar todas las trabas i solemnidades dilatorias prescritas por la Constitución para la reforma a su menor artículo, que el Senado se creía con facultades para suspender o anular estas solemnidades sagradas, también debia tenerlas para anular o suspender la misma Constitución, que era el único medio que se divisaba para restablecer a los pueblos su tranquilidad, debiendo aparecer mui ridículos los escrúpulos que manifiesta el mensaje haber ocuparlo al Senado, sobre si excedía o no sus facultades en las que trasferia al Director; i si llamó despues al Senado para estender el acta de 21 de Julio, no hizo mas en la exijencia de estas fórmulas que manifestar un Ínteres por la conservación del órden, i que se mantuviese siempre al hábito de respeto a cualesquiera leyes i Majistraturas, i sus candorosos i sinceros sentimientos por el honor i reputación del país i del mismo Senado. El Director no podia haber dado este paso por el temor de las aspiraciones de algunos, como indica el mensaje; pues por una parte se hallaba bien seguro de la opinion de los pueblos en su favor, que debia aumentarse con la noticia de la suspensión de la Constitución, i por otra todos saben cuán penoso i contrario a su carácter es el mando supremo, i que la Patria ha debido apreciarle mas el sacrificio de todos sus sentimientos que ha hecho aceptándole, que cuantas veces ha espuesto su vida al sable i lanza enemiga.

El Sanado puede deponer el sentimiento que manifiesta en su mensaje por el desconcepto que debe causaros en el esterior el movimiento del 19 de Julio. Eitos movimientos son bien disculpables en pueblos inespertos i nuevos, ajitados ademas por el calor de las pasiones que se desenvuelven en toda revolución; pero al ménos no se dirá en parte alguna que este movimiento ha sido injusto o sin motivo, cuando sabemos el desprecio i la burla con que tal Constitución i sus comentarios han sido recibidos en todas par