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CONGRESO NACIONAL


  1. Pagará religiosamente el Ínteres de cuatro por ciento sobre el valor en que se tase que es lo sumo que hoi produce.
  2. Dicha hacienda se dividirá en pequeñas porciones o hijuelas, procurando que las que caigan en los cerros sean mayores i tengan una parte en los planos.
  3. Para esta división, se procederá a hacer la mensura de la hacienda por una comision que nombre el Gobierno.
  4. La venta de las hijuelas se hará en pública subasta, con condicion de dar al contado la mitad del valor, i la otra quedará a censo redimible.
  5. El Ministro Secretario de Hacienda, queda facultado para nombrar los sujetos que arriba se indican i encargado del cumplimiento de este decreto, de que se tomará razón donde corresponda e imprimirá en El Boletin. —Santiago, Julio 31 de 1824. —Freire. —D. J. Benavente.

Núm. 149

El Ejecutivo esperaba que el Congreso estuviese espedito para poner en su alta consideración el triste estado de la Hacienda pública. Le es demasiado sensible,- pero indispensable, hacer presente la completa exhautez del Erario, i la insolucion de la lista civil i militar por muchos meses. Anulada la renta mas principal por la falta de comercio, agotados los recursos ordinarios i empeñado el crédito del Gobierno en considerables sumas para hacer frente a las grandes necesidades que le han rodeado, se ve impelido a ocurrir a la augusta Representación Nacional en busca de un pronto remedio.

Aunque deba esperarse de los grandes planes que medite el Congreso la creación de la Hacienda, sus efectos deben retardar mucho tiempo, i miéntras tanto el Ejecutivo carece de medios para mantener a los empleados, que no podrán desempeñar dignamente sus destinos, sin ser pagados de sus sueldos; al benemérito ejército, que sin asistencia, marcha precipitadamente a su disolucion cuando hai mas necesidad de conservarlo en el pié i fuerza que demanda la defensa nacional.

Las obras de fortificación de Valparaíso han parado por falta de fondos; lo mismo el apresto de la segunda división de la Escuadra. A Valdivia no ha podido auxiliarse con cantidad alguna por cuenta del situado, como tampoco a Concepción. Al ejército que se halla en esta provincia se le deben seis meses i solo ha tomado cortas buenas cuentas. Los jefes representan diariamente los perjuicios que sufren sus cuerpos. A la mayor parte de la lista civil se le deben ocho meses. Por último, las escaseces son tantas que ya no permiten esperas.

Las pequeñas entradas del año actual se han distraído en parte para pagar las deudas del anterior; lo mismo sucederá con las del venidero para pagar las del presente, i así los apuros han ido creciendo i crecen anualmente; de suerte que si el déficit en el año 22 fué de una décima parte de los gastos, el año 23 debió ser de la misma décima, mas la otra que se quedó debiendo, i el 24 de otra décima, mas las dos anteriores i así proporcionalmente.

Tiempo es ya de cortar el vuelo a la deuda, que crece en la proporcion que se ha dicho. Tiempo es de igualar las entradas a los gastos o éstos a aquéllos; pero miéntras se hace, es indispensable un esfuerzo estraordinario que pueda subvenir a las necesidades actuales i que deje algún desahogo para poner en práctica los recursos que se adopten. Nunca podrá surjir la Hacienda si cada esfuerzo que haga, es agobiado con un nuevo peso.

En solo la capital i Valparaíso debe gastarse cada mes mas de ochenta mil pesos, i no entra realmente la octava parte. Las aduanas están empeñadas por las causas que ántes se ha dicho, i no se desempeñan por la paralización del comercio. Los deudores al Fisco retardan sus pagos i burlan las mas activas dilijencias de los ejecutores bajo mil pretestos, privilejios i largos juicios. Todo conspira a sumir a los servidores de la Patria en la miseria i a sus administradores en la exasperación.

A la conclusión de este mes que cierra todos los libros de las oficinas, verá el Congreso el verdadero estado de la Hacienda; pero como no es posible remediarlo inmediatamente conviene que contraiga su atención i conatos a dar un pronto auxilio al Ejecutivo; a tocar aquellos recursos estraordinarios que están solo en sus altas facultades. La pobreza del Erario no puede ser mayor, ni mas urjente la necesidad.

Si el Congreso tiene en el Ejecutivo la confianza que debe, si el Ínteres público es tan recíproco para ámbos poderes, no puede dudarse del empeño i preferencia con que será tratado el asunto de esta nota.

El Director saluda al Congreso con toda consideración i respeto. —Santiago, 22 de Diciembre de 1824. —Ramón Freire. —D. J. Benavente. —Al Soberano Congreso.


Núm. 150

Acompaño a US. de órden suprema, cuatro ejemplares de la Memoria que se ha publicado por el Ministerio del Interior para que US. haga entregar dos de ellos al señor Presidente de la Sala i otro a cada uno de los señores secretarios.

Dios guarde a US. muchos años. —Santiago, Diciembre 20 de 1824. —F. A. Pinto. —Al señor Secretario del Congreso Nacional.