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CONGRESO NACIONAL

se ve el Gobierno para subvenir a los gastos de la administración que no admite ya espera, i pide que el Congreso tome con preferencia en consideración el objeto de esta nota. A esta continuación se realizó la votacion i resultaron treinta i cuatro sufrajios por la mayor urjencia de oir a la Comision de Hacienda, i seis por la del proyecto del señor Cordovez. Se preguntó en esta situación por el Presidente si siendo la hora de levantarse la sesión era de la voluntad del Congreso, se prorrogase ésta o se tratase en la siguiente. Tomada la votacion, resultó acordado por mayoría de mas de los dos tercios que se discutiese en sesión estraordinaria del dia de mañana el informe que presentará la Comision de Hacienda sobre los proyectos que se le pasaron.

En este estado, se levantó la sesión, anunciándose para la próxima estraordinaria el asunto que la ha motivado. —Joaquín Campino. —Doctor Gabriel Ocampo.


El señor Presidente abrió la sesión i se leyó el acta de la sesión anterior.

El señor Presidente. —Hago dos observaciones en el acta: la primera es que en el asunto de la Hermosilla no sé si se acordó pero creo que sí; la Sala tendrá presente que se acordó que se oficiase al jefe que se suspendiese la ejecucion de la sentencia ínterin la comision informaba; la otra es sobre el proyecto que se pidió a la comision para arreglar las apelaciones en las causas militares, no tengo presente si se mandó pasar a la Comision Militar o a la de justicia.

La Sala convino que así se habia acordado. Se mandó poner así en el acta, i quedó aprobada el acti con las adiciones.

El señor Presidente anunció que este dia se cumplía el mes, pero que para no perder tiempo, si la Sala quería, lo dejase para la noche o mañana.

Se pidió la votacion sobre esto, i se acordó que en la misma sesión. Luego se hizo la votacion, i como ninguno sacase la pluralidad absoluta i los que sacaron mas votos fueron los señores Campino i Pérez para Presidente, i para Vice Presidente los señores Pineda i González, se fijó la votacion solo en estos individuos, de la que resultó electo para Presidente el señor Campino i paia Vice-Presidente el señor Pineda, el primero por veinte sufragios i el segundo por veintiuno.

El señor Argomedo desalojó el asiento de Presidente, i dijo: toda mi vida seré reconocido a las consideraciones que me ha dispensado la Sala.

Luego el señor Campino tomó el asiento i dijo: señor, yo soi sumamente obligado a la distinción que la Sala me ha hecho en fijar en mí su consideración. Después del testimonio de la propia conciencia, la mayor satisfacción que puede manifestar un hombre honrado es la consideración de los demás. Ya cuento con el favor de la Sala para cumplir el alto encargo que me ha conferido.

El señor Presidente. —Entre la importancia de la discusión sobre la Constitución i la urjencia de tratar en los negocios de la Hacienda, la Sala decidirá lo que llevará el órden de la discusión; si le parece a la Sala se podrá votar este asunto.

El señor Cordovez. —Yo creo que las leyes que están persistentes por el reglamento de la Sala determinan espresamente que toda mocion debe concluirse i acabarse en tres dias en otras tantas sesiones. La mía, que lleva dos, debe quedar concluida en este mismo dia.

El señor Elizalde. —Aunque el reglamento previene que el asunto que está en tabla continúe con el órden de la discusión, también se ha acordado por la Sala que si hai algún asunto importante se debe preferir en su discusión. Yo creo que el negocio de Hacienda es lo mas urjente i lo que mas merece la consideración de la Sala. El Congreso cuanto ántes debe proporcionarle medios al Ejecutivo para salir de sus apuros, pues sabemos el estado en que está el Erario.

El señor Vera. —Yo creo que al presentarse estos dos asuntos i cualesquiera otros que se quieran poner en paralelo, la prudencia dicta cuál será de estos dos que, no discutiéndose, causará ménos daños al público. Cualquiera conocerá que el arreglar la hacienda nos ocuparía meses enteros principalmente si se trata de arbitrios que no sean planteables; al paso que si se trata si ha de existir o no la Constitución, creo que su discusión seria mas corta que cualquiera otra. Por otra parte primero es ser que obrar. La Constitución misma en el Estado en que se halla presenta obras en el ramo de Hacienda, ella establece majístraturas i son un obstáculo a la consecución de este fin. Entretanto que el Congreso se va a decidir sobre este asunto podria objetarse mui bien que la Constitución estaba en oposicion con lo que el Congreso determine si ántes de declarar su existencia o nulidad, el Congreso entra a deliberar en el grave negocio de la hacienda pública. Pienso que debe preferir la discusión sobre la Constitución ántes de entrar en ningún otro asunto. En fin, pienso que el reglamento interior de la Sala, en que no estoi instruido por lo reciente que soi en el Congreso, ordena que se discuta el asunto que está en cuestión, con que por tres principios necesarios se debe preferir la discusión de la Constitución a saber: porque este asunto absorbe ménos tiempo, porque, existiendo ella, el Congreso no puede deliberar sobre otro asunto i porque la lei que se ha dictado la Sala así lo determina.

El señor Elizalde. —Esplicaré mi proposicion. Yo, cuando he dicho que es necesario buscar arbitrios para las urjencias del Erario, no he hablado de un plan de hacienda sino que es necesario buscar algunos medios o arbitrios para subvenir a las necesidades públicas; pero si sujetamos aho