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CÁMARA DE DIPUTADOS

mentos de que disponer, porque al fin pertenecía a un partido; i en estas circunstancias ¿de qué amparo podia servirle don Ramón desde su triste albergue?

Los militares de crédito que contrarrestaban al jeneral Prieto le habian burlado públicamente; no ejercía sobre ellos ninguna influencia; los seudos constitucionales le consideraban como su enemigo ¿cuál seria esa mediación que imploró para preservarse de la ruina completa a que estaba condenado ¿Habrá quien crea que un oficial como don Ramón Freire, que un mes ántes habia sido arrojado de un cuartel poco ménos que a sablazos por los soldados enemigos del jeneral Prieto, tuviese con ellos algún vínculo de respeto para poder mediar en favor de éste? ¿No es insultar la situación abatida de los seudos constitucionales el decir que el jeneral Prieto im ploró su jenerosidad por la mediación del enemigo a quien mas habia ridiculizado? Si don Ramon hubiese sido partidario de éstos, ni el jeneral Prieto, ni sus amigos habrían tenido la imprudencia de sacarle a luz i darle parte en una empresa en que arriesgaban sus mas apreciables intereses para que los entregara al sacrificio. Se le creyó incapaz de faltar a los principios que públicamente habia profesado, porque hasta entónces su mismo decoro le obligaba a ser consecuente, i por esto se le llamó a la celebracion del tratado. El nombramiento de un apoderado a quien se le hace un encargo no es implorar mediación i solo para vindicar a don Ramon Freire puede tener lugar la descarada ocurrencia de clasificar aquel hecho con esta frase. El jeneral Prieto dió a don Ramon Freire, como plenipotenciario, un diploma en que le autorizaba para celebrar un tratado i una instruccion a que se debia reglar; están al pié de la letra en el manifiesto como piezas justificativas (i), i sin embargo su defensor le hace jactarse de que la intervencion que tuvo en el tratado fué por haberse implorado su mediacion por los constitucionales.

"Sellóse la paz, continúa el manifiesto, sobre la única base que podia estirpar los temores de la

(I)

Don Joaquin Prieto, Jeneral de Division i en jefe del ejèrcito Libertador, etc.

Por las presentes i conforme al armisticio celebrado hoi por el señor jeneral don Francisco De la Lastra, nombro i faculto con los mas ániplios poderes al excelentísimo señor capitan jeneral don Ramón Freire i al doctor don Agustin Vial Santelices para que, en calidad de plenipotenciarios por este ejército libertador, celebren un tratado definitivo con los plenipotenciarios señor jeneral de brigada don Manuel Borgoño i el doctor don Santiago Pérez nombrados por el señor jeneral don Francisco de la Lastra que manda ia división acantonada en la Cañada de Santiago, para que reunidos a las ocho de esta noche si fuere posible, en la casa quinta del señor jeneral don Manuel Blanco Encalada, i hecho el canje de poderes procedan a celebrar un tratado que ponga término a la guerra que se hacen ámbos ejércitos, procurando una paz sólida, i de modo que se acaben las enemistades políticas i vuelva a renacer la unión en que se interesan el bien del pais i la

continuacion de la guerra civil. El artículo 3.° exijia que cesasen en sus mandos los dos jenerales de los ejércitos belíjerantesn, i sigue espli cando la intelijencia de este artículo, i las ocurrencias que hubo desde la ratificación del tratado hasta la derrota de Lircai, sin cosa alguna que merezca la curiosidad, sino los embustes, las exajeraciones, i esa multitud de epítetos i vocablos de que usa el pérfido espíritu de faccion. Por toda refutacion nos remitimos al artículo de nuestro número 8, porque de otro modo no haríamos mas que repetir lo que entónces escribimos. Es maravilloso el ardid con que el panejirista saca al pobre don Ramón del barranco de Lircai. "No entra en mi plan, dice, justificar los movimientos estratéjicos que precedieron a la batalla de Lircai. La desproporcion entre las fuerzas belijerantes era monstruosa. De nada servían con esta inmensa desventaja ni las maniobras de la táctica, ni los prodijios del valor. Los liberales fueron derrotados...

Estas cuatro palabras encierran todas las verdades que contiene el manifiesto, i es lástima que el panejirista no haya tenido recursos para dorar una mancha, que por sí solo inutiliza todos los esfuerzos con que ha trabajado para dar brillo a la vida pública de su héroe. Aun pintándolo desgraciado por una de las muchas casualidades

humanidad. Quedará reservada la ratificación conforme al armisticio.

Cuartel jeneral del ejército libertador en Ochagavia, Diciembre 14 de 1829. —Joaquín Prieto.

Instruccion para los señores plenipotenciarios por parte del jeneral en jefe del ejército libertador para ti tratado definitivo que debe tenerse, en virtud del armisticio firmado en esta fecha con el señor jeneral don Francisco de la Lastra.

Antes de empezar a tratar, se debe pedir que, por parte del señor jeneral Lastra, se cumpla con lo pactado en el armisticio, en cuanto a devolver a este ejército libertador todo militar que bajo cualquier pretesto hubiese sido detenido hoi por el otro ejército al concluir la acción i deben venir con sus armas i caballos; también las municiones i armamento, vestuarios, mochilas, equipajes de que se apoderó el señor Tupper, cuando ya estábamos en el armisticio.

El señor jeneral Lastra empeñó su palabra de honor a este respecto i por esto se le dejó en libertad i se permitió a la division de su mando el que pudiese pasar a su campamento. Nuestros soldados fueron tomados con sorpresa cuando iban al otro ejército, en el concepto de que éste estaba entregado.

Aunque todo lo dejo a la dirección, prudencia i amor patrio de los señores plenipotenciarios, de que sabrán mantener ilesa la Constitución, la libertad de los pueblos i el honor de este ejército, con todo les acompaño la proclama que, en 8 del corriente, diriji al pueblo de Santiago i la contestacion que di al ilustrísimo señor obispo de Ceran, con su referencia. En ámbos documentos está hecha la profesión de mi fé política i la misión i objeto de este ejército desde que los pueblos pidieron su proteccion.

Cuartel jeneral del ejército libertador en Ochagavia, Diciembre 14 de 1829. —Joaquin Prieto.