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CÁMARA DE DIPUTADOS

cia de Coquimbo.— Serena, 26 de Marzo de 1831.— José María Benavente.—Señor Ministro , de Estado en el Departamento del Interior.

Santiago, Abril 18 de 1831.—Acúsese recibo i resérvese a la próxima Lejislatura. —(Hai una rúbrica ).—Portales.


Núm. 164


OFICIO DEL CABILDO DE COMBARBALÁ AL INTENDENTE DE LA PROVINCIA


A los individuos del Cabildo que suscribimos, les lia sido imposible evitar el que se repitan en las elecciones de electores para Presidente iguales fraudes e ilegalidades que las que se cometieron en las calificaciones i elecciones anteriores; i, por estos motivos, ha suspendido firmar las actas hasta ponerlo todo en noticia de US. para sus superiores determinaciones, a las que nos prestaremos sumisos.

Acompañamos a US. la correspondencia que el Cabildo ha mantenido con el gobernador. Por ella conocerá US. la oposicion que hemos esperinientado de parte de éste; el desprecio con que nos ha tratado, i que si hemos procedido inadvertidamente no se nos debe culpar, sino a la retención del oficio de US., fecha 21 de Febrero próximo pasado, con que nos remitía los ejemplares de las leyes de calificaciones i elecciones, que solo lo recibimos de mano del gobernador, i abierto el pliego el dia 5 del corriente, víspera de la votacion de diputados al Congreso.

Cuando el Cabildo conoció su posicion, propuso e instó al gobernador para entenderse por oficios, de m"do que hubiese constancia i pudié-emos múiuamente reconvenirnos por las faltas de dichos respectivos deberes ante los su periores; pero ni contestó a esto, i sí lo ha hecho sobre otras súplicas del Cabildo; ya verá US. que sus contestaciones son con cautela i ambiguas; parece acceden al Cabildo, i, en realidad, no hace mas que indicar el apoyo que presta a los maniobrantes, porque mas escandalosamente pueden cometer sus fraudes, como lo han hecho.

Note US. en qué términos hace el Cabildo sus súplicas i en cuáles ha concedido el gobernador. Pidió el Cabildo que se permitiese asistir a la mesa receptora a cualquier vecino i representarle lo que advirtiese contra la lei o que se presumiese fraude, i el gobernador concedió solamente que pueda asistir cualquier ciudadano dejando obrar libremente a la mesa. Repitió verbalmente la súplica para un cabildante i contestó que podia asistir quien quisiese, i se retiró a su hacienda.

Asistió un dia don Jacinto Vásquez, i el siguiente don Agustin Maitínez i ámbos fueron sonrojados, éste por el cura i aquél por don Apolinario Lillo, porque quisieron reparar el reconocimiento de votos i maniobras al recibirse.

No podríamos referir todos los fraudes, pero US. podrá formar idea por aquí:

El Cabildo, desde que se comenzaron a poner pasquines, pidió al gobernador que se le mandase salir del partido, o regresar, al ménos, a su casa a un don Francisco Macaya, a quien se atribuían, i colocaron en la mesa receptora de secretario a mas de los cinco vocales que previene el artículo 17 de la lei de elecciones; contestó el gobernador que ya no intervendría en las elecciones; pero éste salia de bracete con Ríos a verse con el gobernador; i los pasquines siguieron, tal que hubo mañana que un Nicolás Castañeda llenó la copa de un sombrero de los que recojió. Nada ignoraba el cura; estaba íntimamente unido con todos ellos i a todas horas se comunicaban; pero, a todo se mostró insensible.

Los del partido opuesto, a lo que presumimos, votaron también un pasquín de iguales chocarrerías, a las con que les habian provocado un dia sábado; pero, al dia siguiente, nuestro santo cura, hasta entónces tan tolerante, fulminó escomunion mayor reservada así contra el que votase pasquines, quien como el cura se declara sin embozo por un partido de opiniones en política, i llega a valerse de escomuniones sin duda para santificarlo, aterrar i condenar el opuesto, ¿de qué fraudes no se habrá valido con sus alumnos (como llama a los vocales de la mesa receptora, en oficio al comandante de milicias) i demás consorcios que lo son los del nuevo Cabildo i gobernador infieri don Gregorio Rios?

Verdaderamente no ha sido esto lo único que ha hecho el cura, pero sí lo mas público i escandaloso. No han tenido mas recato los demás de la comparsa. Abusando de la buena fé con que les creyeron i se comprometieron je leralmente todos los del pueblo para hacer tranquilamente las elecciones, despues que calificaron sus adictos recojieron las calificaciones, i se aseguraron, se retra. taron, quebrantaron su palabra i compromiso hasta jactarse de ello, i burlarse de los que les creyeron i así han dispuesto de las elecciones. Dan por hecho su Cabildo i gobernador, entre todos piensan repartirse de los terrenos de esta villa, a mas de creerse llenos de honores, sin acordarse cómo i por qué medios logratian sus deseos. ¿Habrán leyes, habrá justicia, habrán razones con que puedan colocarse siguiendo semejantes hechos? Igualmente se ha infiinjido la lei en las cal ifi-aciones i elecciones. Aquéllas se hicieron pasado el tiempo con exceso; i por ésto í aunque no faltaron razones contradictorias al gobernador para no hacerlas a tiempo i hacerlas cuando quiso; el resultado de faltar a la lei ha sido el que ninguno de los cabildantes, que suscribimos, nos calificamos, i es raro el comerciante o de los principales vecinos que se hayan calificado; i hoi, en los mayores intereses