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CÁMARA DE DIPUTADOS

los lidiadores i el término de la subasta fué de 18 meses. Por la esposicion de estasépocas vendrá V. E. en conocimiento de haberme tocado la mis aciaga e incapaz de presentarme la menor utilidad, i sí pérdidas i perjuicios enormes; consecuencias todas de la lucha mas empeñada en que se hallaba el pais con los enemigos de la independencia. No era posible medrar, i sólo una alma en estremo decidida a contribuir con todos sus esfuerzos a la ventura de que hoi gozamos podria entrar a semejantes empresas.

Mírese ya como comision o como subasta la administracion de esta provision i hospitales, siempre se presentará delicada ante los ojos de todo imparcial i rodeado de peligros su administrador. Para demostrarlo séame permitido recordar sucesos consiguientes siempre al estado de la gran convulsion en que se halló la República en aquellos años de una lid sangrienta, devastadora, i en que a la vez se pierde el respeto a toda lei.

Entónces la violencia i arbitrariedad se entronizan, i se olvidan o se desatienden hasta los esfuerzos del amigo i del compatriota mas decidido. Prueba de ello es haberme el señor Jeneral don José de San Martin héchome pagar $ 800 al Comandante Necochea, quien le llevó 16 panes de los que se daban a la escolta porque eran pequeños. Tuve que sufrir un desembolso por una arbitrariedad, cuyo hecho lo presenciaron el señor Jeneral Zenteno, Ministro de la Guerra en aquellas circunstancias, i el señor don Rafael Correa, quien entregó el dinero como Ministro de la Tesorería, con lo que evité una prision. El Jeneral que obró así no se hizo cargo de que los panaderos hacian un favor en dar el pan, pues no se les pagaba oportunamente.

En la accion de Cancha Rayada perdí toda la provision del Ejército, hasta las camas de los enfermos, botiquines, etc., sin que el Gobierno me abonase un real por esta pérdida. Aquel desgraciado acontecimiento me obligó a emigrar como otros muchos, i el Gobierno me hizo volver desde la cordillera para que le ausiliase en aquellos instantes de gran conflicto, pues tenia al enemigo al frente i victorioso: obedecí, despreciando todo riesgo i llegué ocho dias ántes de la acción de Maipú: en ménos de dos dias conté ya con una provision capaz de sostener un ejército de diez mil hombres al ménos por un mes i el mismo dia de la gloriosa accion del 5 deAbril dejé en el campamento cuidando a proveedores de los batallones; pero sucedió que mas de dos mil hombres del populacho se apoderaron, llevaron i saquearon cuanto encontraron, sin que tampoco nada se me abonase. Continué, sin embargo, proveyendo, i cuando presenté mis atenías no tuvieron en consideración estas pérdidas i continjencias que no pude evitar, y por último se me hicieron cargos tan indebidos que resultó así un alcance en mi contra que hasta el dia me hace esperimentar la mas amarga persecucion.

El espediente promovido por mí en el año de 1818 que contiene datos mui a mi favor, por desgracia mia desapareció; i al cabo de 24 años se ha encontrado en el Tribunal de Cuentas, sin que éste haya podido servir a las cuentas formadas posteriormente. Este nuevo incidente, el no haber todavía concluido el juicio ejecutivo con que se me hostiliza, i tener por la lei derecho para entablar un juicio ordinario contra el Fisco que me ha ejecutado hasta el estremo de ni dejarme hogar en que habitar con mi familia; la esperiencia conque frecuentemente se sujetan a compromisos los asuntos en materia de cuentas, i algunos ejemplares de haberse facultado por las autoridades a las personas que necesitan de supremo permiso para entrar a un arbitraje; los cargos i descargos que han de ofrecerse en esta materia siempre que se haya de seguir ante los juzgados i tribunales, lo que es en estremo despacioso i tardío, considerando asimismo los sacrificios que he prestado en obsequio de la libertad del pais mecompelen con vehemencia a implorar de V. E. que el juicio que debo seguir con el Fisco sobre dichas cuentas sea ante compromisarios. Allí serán atendidas las circuntancias que hayan podido a mí hacerme responsable en tales o cuales partidas. Allí con juicio mas detenido serán examinados los cargos i contra cargos. Ahi invistiéndose el concepto judicial de toda su seguridad natural se penetrará de la triste situacion en que se hallaba el Estado i el ciudadano, que contribuyó con sacrificios de todo jénero para sacudirse del yugo ominoso con que se intentaba sofocarlo. Allí, en fin, el Fisco i yo, sin el menor estrépito de juicio, tendremos una contienda pacífica en que a cada uno se imparta lo que le corresponda, que es el resultado sagrado de la justicia. Yo me lisonjeo de que en el recto ánimo de V. E. han de obrar poderosamente estas razones i que se dignará acceder a mi solicitud de que ya se han visto ejemplos. Sobre todo, yo me resigno desde ahora con las decisiones del respetable Senado. Es gracia que espero de su munificencia. —José Jgnacio Soto mayor.