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SESION DE 7 DE SETIEMBRE DE 1842

Nuestra gloria será todavía mayor cuando las repúblicas hermanas imiten el ejemplo que hoi Ies damos de virtud, moralidad i patriotismo. Concluyo, señores, pidiendo a la Cámara sancione, si es posible, los proyectos de que nos ocupamos ántes del 18 de Setiembre, que así contribuiremos a solemnizar de un modo glorioso el dia grande de nuestro aniversario.

El señor Concha no pudo ménos de manifestar las afecciones de su corazon apoyando el discurso del señor Ministro i exijiendola mas pronta ejecucion de un proyecto de que no solo pendía la suerte o fortuna de algunos ciudadanos sino tambien el orden, la armonía, en una palabra, la felicidad i gloria de la patria.

El señor Cobo espuso en pocas palabras que la mas pequeña demora, la mas leve desconfianza, la menor duda sobre este asunto, ofendía el republícanismo; que era preciso proceder inmediatamente a consumar una obra tan fecunda en buenos resultados.

En seguida tomó la palabra el señor Palazuelos, i dijo: —Señores: siento tomar la palabra i ocupar una parte del tiempo que debíamos consagrar desde luego en realizar un objeto tan grande, tan patriótico, tan republicano; pero, señores, no me es posible resistir al deseo de manifestar el júbilo que innunda mi corazon al ver repentinamente cerrado el campo que abrieron los crímenes i las mas violentas pasiones. Sí, señores, este es un acto gubernativo que arrancará elojios a las naciones civilizadas, i avergonzará i estimulará a las repúblicas americanas.

Debemos, pues, mirar estos mensajes como una inspiración divina, a la cual debe contestar sin tardanza nuestra conciencia, debemos darle la preferencia sobre otros asuntos, i, en fin, debemos considerarla como un símbolo de nuestra civilizacion.

Se pasó inmediatamente a comision, por indicacion de este señor diputado, i a segunda hora se leyó el informe que declara se deban aprobar en todas sus partes los proyectos presentados.

Acto continuo tomó la palabra el mismo señor diputado para indicar a la Cámara seria mui conveniente votar al Gobierno una acción de gracias por haber sido el primero que ha procurado establecer de nuevo la union i confraternidad de los chilenos; por haber sido el primero que ha intentado sacarnos del imperio de la injusticia i del dolor para introducirnos en el templo augusto de la razon i la moralidad.

En seguida indicó el señor Concha seria mejor que se quitase la caja que se habia traido con el objeto de votar en privado, como es de costumbre en asuntos de esta clase, que esa caja indicaba un secreto, un misterio que no existia en realidad, pues el voto de aprobacion se estaba divisando en todos los semblantes i manifestándose con ardiente entusiasmo.

El señor Ministro Irarrázaval, dijo:

Señores: Desde el último período de la administracion pasada se anunciaba la época de ventura a que habíamos de llegar. El primer paso que se dió hácia nuestra completa dicha fué sin duda la elevacion de algunos jefes a sus antiguos honores; siguióse la lei de amnistía, que si no llenó entónces los deseos de todo pecho republicano, hoi se han realizado: este es un complementó.

El espectáculo lisonjero que hoi nos presenta nuestra República, es obra señores de algún tiempo de trabajo por disipar enteramente los disturbios, conciliar las fracciones i hacer imperar con brillantez la virtud i el patriotismo. Al fin tomó la palabra el señor Cerda, i dijo: Señores: Yo deseo que esto sea obra de la refleccion i no del entusiasmo; quiero que se trate este asunto detenidamente, pues se me ocurren mil dudas desde luego, sea porque yo soi tardío para entender las cosas, sea por el poco lugar que ha habido para meditar. Yo deseo pues, saber primeramente si esta lei comprenderá tambien a los militares manchados con crímenes comunes; en segundo lugar, quiero tener a la vista una nómina de todos los jefes i oficiales a quienes se piensa elevar, pues, hasta aquí no pasan de cuatro o seis los que se me vienen a la imajinacion; en tercer lugar, quiero que se me diga cuáles son estos grados que se restituyen, si los conferidos por el jeneral que se titulaba entónces de división (Freire), o por el jeneral Prieto, Presidente al poco tiempo despues; en cuarto lugar, si estos militares quieren reformarse ¿se les debe contar sin interrupcion su servicio? Ultimamente, señores, las dudas que orijina los montepíos, i en fin...señor Presidente, yo me opongo, puede considerar desde ahora mis dudas como una oposicion. Aunque mil digan que soi un judío, ¡qué me importa! Yo debo hablar aquí con la voz de mi conciencia.

En seguida tomó la palabra el señor Concha, i dijo: que aunque no era seguro el convencimiento, se atrevia, sin embargo, a rebatir las objeciones hechas, i en efecto, las consideró particularmente. Hizo ver que no se debia atender en las circunstancias presentes al número i clase de individuos; que se debia considerar solamente el fondo i el espíritu de la cuestion: que a la Lejislatura sólo le incumbe la aprobacion o desaprobacion de la lei, i al Ejecutivo, su ejecucion; que en cuanto a los manchados con crímenes comunes, los Tribunales de Justicia habian juzgado ya sobre ellos, o debian juzgar; que por lo tocante a los grados no existia ningún inconveniente, pues se darian segun la validez o calidad de sus despachos; últimamente, que en los montepíos era mui natural se siguiese el órden de costumbre. Concluyó este señor Diputado, indicando a la Cámara que para aprobar en jeneral todo proyecto de lei bastaba una discusion.

Habló el señor Cerda, i dijo: que cuando se habla de gracias, debe atenderse precisamente a las personas a quienes se les confieren estas gra