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CÁMARA DE DIPUTADOS

Gobierno ha recibido. No se despreciará una invitacion tan oportuna.

Si del ejército de línea pasarnos a la Guardia Nacional, encontraremos defectos no ménos dignos de ocupar la atencion de los lejisladores. Su aparencia esterior es en verdad lucida, pero su oiganizacion interior es viciosa i talvez anti republicana. No es este el caso de encubrir mañosamente lo que nuestras instituciones tienen de incompleto o defectuoso, ni diseñir hermosos cuadios de órden i de un arreglo que no existe. El Congreso debe oir de boca de los en cargados de la administracion pública, la esposicion fiel de las dolencias del cuerpo social a que debe ponerse remedio En esta virtud diré al Congreso que nuestra Guardia Nacional no llena ningunos de los objetos de su instituto. Son estos de dos clases; ei único político que tiende a poner las armas en manos de los ciudadanos de respetabilidad interesados en la conservacion del órden i de las libertades públicas; el otro puramente económico que consiste en ahorrar los inmensos gastos que orijina un ejército de línea para ocurrir a todas las atenciones dt 1 servicio interior i a la di fensa esterior de la República.

La Guardia Nacional en primer lugar, es sobremanera dispendiosa; i para conocerlo basta atender a las que se inventen en aquellos cuerpos que por estar medianamente organizados, deben servirnos de punto de partida para apreciar el sistema establecido. Los cuarro batallones de Santiago, por ejemplo, consumen la cantidad que se necesita para mantener dos cuerpos de linea. Si en proporcion se invirtiesen los caudales públicos en la milicia de los otros pueblos que tienen el mismo derecho que la capital a las erogaciones del Erario, el peso de la Guardia Nacional llegria a ser insoportable En los paises en que esta institucion ha sido mejor comprendida, el servicio que se presta es puramente gratuito; no hai jefes rentados i solo se concede un corto número de oficiales i clases veteranas para la instruccion i el desempeño de los cargos que son demasiado onerosos. Es sin duda indispensable adoptar en Chile el mismo sistema Hai ademas en este punto otro defecto grave, i es la desproporcion chocante con que se dispensan los ausilios. Departamentos de mui poca importancia en el órden militar, reciben para mantener su fuerza cívica, sumas mui superiores a las que se conceden a provincias enteras cuya posicion jeográfica las deja espuestas a los insultos del estrai jero i son por consiguiente mas dignas de nuestra atencion. Siento decir al Congieso que cualquiera providencia que se tome para cortar de pronto estes males, produciría funestos resultados, que el Gebierno por prudencia tendrá que evitar en cuanto le fuese posible.

Patentes son los vicios de la Guardia Nacional considerada bajo el aspecto político; i aun cuando no hiciéramos mención de otra cosa que de la tenaz resistencia que oponen los propietarios i personas de prestijio para servir en ella, habríamos señalado una causa fecunda en males de toda especie. La Constitución impone a todo ciudadano la obligacion de enrolarse en la milicia; no hai escusa alguna, racionalmente hablando, para negarse a cumplir este deber, ni el Gobierno puede cometer la injusticia de hacer que el servicio de las armas recaiga solo sobre la clase desvalida, sobre aquella cabalmente que necesita mas que ninguna otra del uso libre del tiempo i de las personas. El Gobierno mira como un deber de conciencia cortar de raiz este abuso.

Agréguese a lo dicho que la Guardia Nacional no tiene reglamento alguno para su organizacion, gobierno i disciplina. Todas las disposiciones que existen son parciales, incompletas i dan lugar a multitud de corruptelas. Delicada es por cierto la empresa de hacer que esta institución entre a su natural camino, i obra de incesantes labores i de mucha perseverancia i tino. Tal es sin embargo el cargo que pesa sobre el Gobierno i para cuyo cumplimiento implora el ausilio de la Le jistura.

Todo lo que ha podido hacerse hasta ahora es ordenar la formacion de nuevos cuerpos en Illapel, en Petorca i en la provincia de Valdivia, donde eran necesarios; i separar de la Inspeccion Jeneral del Ejéicito, una sección destinada es elusivamente a las atenciones de la Guardia Nacional.

Marina: No me ha sido posible en el corto tiempo que ocupo el Ministerio, dirijir mi atencion a la marina, tamo ajeno de un militar de tierra, en que tendré que tomar conocimientos para mi nuevos. Mi antecesor espuso mui acertadamente en su última memoria, el estado en que se encuentra, e indicó los importantes trabajos que aguardan al í al Gobierno i a la Lejislatura. Desde entónces las únicas disposiciones dignas de ponerse en noticia del Congreso, son el desarme i venta de la goleta "Colocolo", por la imposibilidad de continuar en servicio i la consiguiente disminucion de los medios de comunicacion que el Gobierno debe tener. Se siente de una manera notable la falta del competente número de embarcaciones, para guarda-costas i correos, falta que hace sufrir demoras que obligan a emprender gastos en el flete de buques mercantes, que impide perseguir el contrabando, i orijina pérdidas superiores a los gastos que traería la compra i tripulacion de buques del Estado. En ti presupuesto del departamento, se ha pedido al Congreso que autorice aquel gasto, cuya necesidad no puede ponerse en duda. —Santiago, Agosto 31 de 1842. —JOSÉ SANTIAGO ALDUNATE.