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SESION EN 17 DE OCTUBRE DE 1844

El señor Presidente. — Parece que esta es una observacion i nada mas. Si no se hace alguna enmienda sobre esta partida se procederá a votar. ¿Se aprueba o nó?

Aprobada por unanimidad.

Partida 11.a Para sueldos i gastos en la Iglesia Catedral de Concepcion, aplicando la tercera parte de la renta de los canónigos para la reedificacion de la misma Iglesia Catedral. ... $ 39.592.3

Aprobada.

Partida 12.a Para sueldos i gastos del culto en la Serena. ... $ 14,900

Aprobada.

Partida 13.a Para fábrica de la Iglesias. ... $ 35,000

El señor Presidente. — El ramo de fabrica empleó el año pasado ménos de $ 18,000, i el señor Ministro ha creido conveniente aumentar la cantidad: porque son tantas las Iglesias que se van a edificar, que con esa cantidad no alcanza.

El señor Egaña. — ¿Esto será para todos los obispados de la República?

El señor Presidente. — Sí, señor.

Aprobada.

Partida 14.a Para Sínodo de curas incóngruos. ... $ 4,881

Aprobada.

Partida 15.a Para diversos gastos del Culto. ... $ 5,691

El señor Egaña. — Aquí hai un ítem en la partida que está en discusion, mal colocado. No insistiré sobre esto, porque el año siguiente se puede colocar bien; que es ese que dice: "para el capellan del Puerto o de la Iglesia de Coquimbo" pues, se debe colocar en los Sínodos, porque éste no es capellan sino cura de allí.

El señor Aldunate. — Creo que nó, señor.

El señor Presidente. — Vice Parroquia, será señor.

El señor Egaña. — Bueno, señor, se puede aprobar; pero lo que se quisiera ahora, era que se agregase un Capellan a la corona de Magallánes, porque si el Capellan que hai falleciese, ¿cómo queda la poblacion?

Parece, pues, de necesidad aumentar otro Capellan en ese punto.

El señor Presidente. — Yo fuí el que pedí que se agregara esta partida con concepto a que el otro relijioso que pudiese estar allí, quedáse con el título de Ejército o capellan militar.

El señor Egaña. — Pero seria de batallon, i esto no deben tener aumento de sueldo. Por ahora estará allí, i despues se puede mudar siendo conveniente.

El señor Aldunate. — Yo coincidiendo con las ideas de V. S. quisiera que se pusiesen dos Capellanes con 500 pesos cada uno.

El señor Ortúzar. — ¿I tantos serán los pobladores que hai allí?

El señor Aldunate. — Habrán como sesenta.

El señor Ortúzar. - ¿I se podrá talvez obtener algunas ventajas en la conversion i civilizacion de los indíjenas? El señor Aldunate. — Sí, señor, i el Capellan que hai allí ha pedido un compañero para que le ayude.

El señor Egaña. — Lo que podia hacerse era poner unas misiones en Magallánes, o aumentar el número de misioneros. El señor Ortúzar. — Hai dos motivos justos i convenientes para aumentar otro Capellan; el uno es relijioso i el otro politico; porque si se pudiese por medio de la relijion ir civilizando estos infieles, se iria precisamente aumentando la poblacion, con lo cual habríamos dado un gran paso hácia el bien de la Colonia. Así es que bien sea con el título de Capellan o bien con el de misionero, me parece que se debe agregar un relijioso que ayude al que se encuentra en aquella poblacion.

El señor Presidente. — Bien, pues, señor; ¿se aumenta otro capellan con la dotacion de 500 pesos anuales?

La Sala declaró que sí por unanimidad, quedando en consecuencia, reducida la partida 15.a a la cantidad de 6,191 pesos.

16.a Para las misiones de propaganda, 11,444 pesos.

El señor Presidente. — Está en discusion esta partida.

El señor Egaña. — Con este motivo, señor, se me permitirá hacer presente que yo he pedido que se aumente un misionero en Magallánes: no habria querido que fuese con la dotacion de 500 pesos; porque ese es un ejemplar que puede ser mui perjudicial. Yo habria deseado que fuese con la misma dotacion de los demas misioneros, pues éstos que están mas incómodos, querrán tambien quinientos pesos.

El señor Presidente. — Lo que se habia propuesto era agregar un capellan con quinientos pesos en una colonia la mas incómoda, porque muchas veces tendrán que estar encerrados por muchos motivos, i no me parece que de aquí pueden sacar argumento los misioneros para pedir mas de lo que tienen, pues éstos no son sino capellanes.

Ya se habia puesto un capellan con quinientos pesos en esa colonia, i no se habia hecho observacion. Sea, pues, misionero, si se quiere i entónces se podrá decir: un misionero con la asignacion correspondiente.

El señor Meneses. — A mí me parece que será mejor dejarlo así no mas, i para las sesiones del año venidero se verán los progresos que se han hecho. El tiempo nos irá manifestando lo que haya de conveniencia con respecto a esa colonia.

El señor Egaña. — Mui bueno, pues, señor, que quede así por ahora; pero ya será difícil remediarlo despues.