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SESION EN 2 DE OCTUBRE DE 1844

mos mas bien de criticar los actos administrativos, i haciéndose el eco de esa ánsia de progreso i mejora que parece preocupar a todo el mundo, tuviese esa espuela a los hijares de la administracion; que si esto no la indujese a hacer la activar su marcha i precipitar acontecimiento que no está en su mano realizar, al ménos es útil para tenerla en guardia i ponerse a cubierto de todo ataque. Pero nos parece impropio desnaturalizar las cuestiones i hacer responsable al Ministerio de lo mismo que milita en su justificacion. Habla el Ministro del Interior del adelanto de las provincias, i se le objeta que no marchan a la par de la capital. Se estasia contemplando el desarrollo de la riqueza pública, i se le echa en cara la pobreza de los inquilinos i su servidumbre por hambre. Pero ¿qué cargo puede hacerse racionalmente al Ministro del Interior sobre este punto? ¿Va él con decretos a enriquecer a los pobres, aumentar el salario en las haciendas de campo i morijerar las costumbres disipadas de los proletarios? ¿Irá por ventura a hacer de cada ciudad de Chile otra Santiago, de cada rincon un Valparaiso? Si las provincias no marchan a la par de la capital ¿sucede en Chile otra cosa que lo que necesariamente sucede en toda la tierra, cualquiera que sea la forma de Gobierno? Si en Norte América, no hai ciudad capital que oprima a las provincias ¿deja por eso de haber una Nueva York, un Boston, una Filadelfia, que descuellen por su inmensa poblacion i su riqueza inmensa?

Pero el espectáculo de Valparaiso debiera aleccionar a La Gaceta sobre las causas de la prosperidad de unos pueblos i lo estacionario de otros. Dadas ciertas condiciones administrativas, lo demás es obra de la localidad, del trabajo, de los nuevos hábitos, de la influencia estranjera, i si, como lo nota La Gaceta, en Valparaiso la administracion se queda atrás de la sociedad, en las demás de la República la administracion va adelante de la sociedad en espíritu de progreso, en prevision de los males que aquejan a los pueblos; los reclamos que en favor de aquella ciudad hace La Gaceta lo prueban demasiado, i el espiritu municipal que allí se ha despertado i que reclama imperiosamente medios de accion para subvenir a sus necesidades manifiesta claramente que se aproxima el momento en que será necesario alterar el sistema municipal de Chile, en donde, como en Valparaiso, tiene ya suficiente vida propia para bastar al progreso local i atender a sus necesidades.