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SESION EN 30 DE JULIO DE 1845

Con que así ¿sacrificaremos la industria del norte a una esperanza tan infundada? ¿Iremos ahora a sacrificar la inmensa riqueza que nos dan las minas del norte, nada mas que por la esperanza de mejorar unas pocas minas que han empezado a trabajarse en el sur?

Señor, otra consideracion me ha ocurrido sobre este asunto, i es la siguiente: aquí se ha hablado de un conflicto entre los intereses del norte, i precisamente no se sabe dónde está este conflicto; pero lo que se ha dicho me parece lo bastante para demostrar que no existe tal conflicto.

Si se dijese que el sur no podrá aprovechar sus trigos, i que para este aprovechamiento era necesario negar al norte esta concesion, éste llamaria yo conflicto, porque seria necesario sacrificar un ramo de industria por protejer otro.

Pero si esto no sucede, i lo que sucede es que real i verdaderamente el norte nos pide la vida, i nosotros le decimos: aguarde Ud. que el sur se enriquezca a costa del bienestar de Ud.; esto es en sustancia lo que decimos. ¿I esto es racional? Pero no contentos con enriquecer a unos cuantos individuos con el sacrificio de toda la República; pero no contentos, diré señor, con querer sacrificar el interes nacional al interes de unos cuantos particulares, se quiere establecer este conflicto i que se decida por él, que se decida la cuestion por estos individuos: esto es lo que quiere decir; porque la concesion al norte de la libre introduccion del carbon de piedra, importa nada ménos que el anonadamiento de toda la riqueza de la mayor parte de los minerales que hoi subsisten i que no pueden subsistir en adelante sin este ausilio.

Ahora señor, ¿en qué parte la historia del mundo presenta este ejemplo de que no presentándose casos de conflictos en las deliberaciones públicas, se apele a exijir grandes sacrificios de las grandes secciones del pais? ¿Quién ha dicho que no presentándose estos conflictos no estamos aun en el caso de arrostrar un compromiso? I esta es la última concesion que ha hecho la Lejislatura de los Estados Unidos, en la gran crísis ocasionada por la tarifa de los derechos en el año 35.

La cuestion era nada ménos que de vida o muerte; mantener la tarifa, o abolida. ¿I cómo concluyó esa crísis? Por un compromiso, todo el mundo lo sabe; siendo así que habia una manifiesta i espantosa incompatibilidad. Esto es mui sabido, señor; cualquiera puede verlo en la historia de ese tiempo. I nosotros no hallándonos en un caso semejante, ¿querremos exijir ese sacrificio? En fin, me parece que seria hacer un insulto al buen sentido el pasar adelante. He dicho.

El señor Lastarria. — Si la Cámara tiene un vivísimo interes de acertar en esta cuestion, no me cansaré de pedirle que se deje de bellas conjeturas. Al juzgar, al discurrir sobre este artículo, es preciso, señor, una discusion inglesa, una discusion matemática basándola sobre datos fijos.

El bello discurso que acabamos de oir trata de combatir la oposicion que yo i otro señor Diputado tuvimos el honor de emitir, fundándose:

  1. En que los metales de cobre forman nuestra principal riqueza i nuestro único artículo de cambio con el estranjero.
  2. En que la industria del carbon de piedra no da en el dia suficiente cantidad para satisfacer las necesidades que se sienten en el norte para la fundicion del cobre.
  3. En que el carbon de piedra que tenemos es malo, de mala calidad, i nunca comparable con la hulla inglesa.
  4. En que la esplotacion del carbon de piedra que tenemos en el dia, no merece el nombre de industria. Todos los demas argumentos son de esta complexion i naturaleza.

Se parte, señores, de una hipótesis, en todo lo que he oido discurrir, de una hipótesis inverificable por lo ménos en muchísimos años; se parte, en fin, de una suposicion falsa. Así es que por eruditos, por verdaderos que sean las cálculos que se hacen, por mas que sea la autoridad de los señores que los han hecho, a quienes yo respeto, no son de ninguna manera eficaces para que la Cámara pueda decidir acertadamente en el asunto, porque, como he dicho, están basados sobre una hipótesis inverificable, tal es la necesidad que se supone haber en Chile de fundir minerales de cobre con carbon de piedra ¿Quién nos prueba esta necesidad? pregunto. Disputaria a cualquiera los respetos que yo tributo a la esperiencia, a la creencia de los señores que han hablado sobre este asunto, a los conocimientos del ilustre profesor de Coquimbo, que es el primero que ha escrito acerca de esta necesidad, pero no diré que tal necesidad existe. Yo apelo a la conciencia de los señores Diputados, en este caso.

El señor Domeyko, ya que tanto se recurre a su autoridad, ya que se dice que es el único que puede tratar de este asunto, ha dicho que se necesitan 300,000 toneladas; buen cálculo será, si se quiere, aunque yo me atendria mucho mas al señor Diputado Cifuentes, segun el cual se necesitan 45,000 toneladas solamente; porque tomando todos los productos de los minerales del norte son de 400 a 500,000 quintales, puesto que no pasan de 300,000 los que en barra se esportan de las provincias de Atacama i Coquimbo.

Pero aun contando con esto i con todo lo demas que se quiera producir, creo que cuando mas se necesitarian de 50 a 60,000 toneladas para fundir todo el mineral de cobre que se esplota en el norte. Mas, yo quiero suponer que se necesiten 3.000.000, i todavía supongo que se necesiten 20000,000 mas se necesitarian tam