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CÁMARA DE SENADORES

naturaleza trascendental en sumo grado para la suerte de Chile desde el hogar de la familia atendido ton cuidado casi paternal en la lei de prelacion de créditos hasta la organizacion mas democrática de la República, fin primordial de las altas medidas que se han discutido sobre Cortes de Apelaciones en las provincias.

La oposicion debiera mirar estas cosas ántes de escribir, i no ir a buscar en los sueños de su loca fantasía o en los consejos de algunos malvados, argumentos que se evaporan como fantasmas luego que uno se acerca a ellos. ¿Ha faltado acaso en el seno de las Cámaras uno que otro desafecto al personal del Gobierno actual? Todo el mundo sabe que no. ¿Porqué pues no han hablado? Porque han temido presentar en ellas esa oposicion que se dice dueño del sentido público i mejor órgano de las necesidades del pais que el Gobierno mismo? Porque habrían tropezado indefectiblemente con una mayoría imponente por su número i saber i esto habria acabado de probar lo poco que valen nuestros enemigos.

Las mayorías parlamentarias son en las Repúblicas el barómetro lejítinio del crédito de la fuerza pública cuando el uno o el otro individuo que está separado de la tendencia jeneral guarda el mas profundo silencio, no por miedo de ella o porque ella lo impida, sino sólo por la vergüerza de una derrota semejante. ¿O se cree que hai alguien entre los Diputados i Senadores que pueda decir que ha tenido miedo, o que ha sido impedido? ¿Miedo de qué? ¿Impedido por quién? Eh! Estas objeciones sólo pueden ocurrirse a alguro de los niños de la sociedad Demócrata, que si fuesen militares, podria apostar se cien contra uno a que andarían todo el dia llevando la mano al pomo de la espada.

Si se nos dice que esta misma mayoría o mas propiamente esta uniformidad es una porcion de la tiranía de que se quejan, no podemos menos de decir a nuestra Oposicion que esto seria declararse insolentemente contra toda regla i todo Gobierno i que así corroboraría aun mas, si es posible, la animadversacion jeneral que ha caido sobre ella. Sin duda que la mayorías ejercen una tiranía; pero esa es la de la razon, que siempie está con el mayor número de inteligencias i sin la cual no hai poder social, por republicano que sea, que pueda dar un solo paso. Precisamente la verdadera República consiste en el triunfo de las mayorías sobre las minorías del todo sobre una clase: la mayoría es la que ha impuesto la Constitucion que tenemos i ella es la que la sostiene. No cabe, pues, otra marcha legal a esa opinion, minoría o como quiera llamársela, que el captarse la opinion por medio de debates francos i moderados, ántes de exhibirse como poder atendible i anhelar a los honores consiguientes.

Por simples i al alcance de todos que estas obsetvaciones sean, ellas han escapado, sin embargo, a los escritores de la Oposicion i el resultado ha sido el que lamentamos en nuestro número anterior; resultado a que se ha llegado por un declive insensible, es cierto, pero que no por eso es ménos funesto i criminoso.

Primero quisieron darse un valor que no derivaba de la realidad de sus recursos, exajerando la voz como los cobardes que gritan para conjurar el miedo; i despues aspiraron ya hasta pretender comunicarlo, sin pensar que en manera alguna era conforme i las leyes de la naturaleza el comunicar lo que no se tiene. La decepcion ha debido ser mas terrible que el descalabro; porque no puede realmente haber descalabro donde no hai fuerzas. Ni nombre siquiera, ni una gloria efímera les ha sido dado conseguir de una sociedad que si los rechazaba como escritores indecentes, aun mocho mas los ha repelido como ajitadores de complots de callejuela. Nunca mas que ahora se ha podido repetir con verdad aquel grito antiguo de væ victis!

Otra de las obsetvaciones no ménos injustas que hemos oido hacer contra el cuerpo lejislativo es la de que no representaba bien el pensamiento jeneral, i que por eso no se encontraba nunca en lucha con el Ejecutivo, no siendo mas que una modificacion suya. El menor defecto de esta observacion es el de encerrar un triple error.

Si el Ejecutivo no cuenta con las simpatías comunes, si las Cámaras tampoco eran la espresion de esas simpatías i ni el poder judicial no hacia mas que las veces de un ájente subalterno de aquél, como todo lo ha pretendido poco a poco la Oposicion: ¿en qué se ha apoyado entónces todo este tiempo ese edificio de nuestra nacionalidad, que respetan aun los Gobiernos estranjeros por el vigor de su marcha i su escrupulosa regularidad en el ejercicio constitucional de sus poderes? ¿Dónde están las bayonetas o el reinado del terror que a falta del prestijio que da la lei habrian al ménos podido remedar uno? Los que así piensan i esto escriben con seriedad imperturbable, no ven, en su frenesí, que con semejantes razonamientos son ellos, que tanto se precian de ser los liberales por excelencia, los que mas aniquilan en su base misma el sistema representativo.

Las Cámaras, pues, en sus meses de receso deben tener la conciencia de que han llenado dignamente su mision, i lo que aun es mas consolador, que dejan al pais siguiendo la misma ancha senda de tranquilidad i progreso que le abrió el auje de la presente administracion bajo cuyos auspicios ha tenido la felicidad de abrir i cerrar otro año sus sesiones.

Honrados padres de familia la mayor parte, ciudadanos íntegros, amantes de la libertad i del órden, su satisfaccion debe ser inmensa tanto por la obra a que han dado cabo como por la que han iniciado. Si mas no han hecho, es por