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SESION EN 4 DE AGOSTO DE 1845

lo ménos un primer ayudante i dos segundos que dirijan los trabajos; siendo, pues, tres las armas, se necesitan a lo ménos tres oficiales, i uno mas para que corra con el archivo.

El proyecto contiene precisamente ese número, i a mas un jefe de las secciones, que hace también de secietario.

Todo lo mui necesario es lo que solamente existe en el proyecto, pues ni siquiera están considerados en él algunos ayudantes para despachar las órdenes del inspector jeneral.

Por otra parte, dado caso de que fuese posible establecer una sola Inspeccion, no habria jefe que pudiese soportar el enorme peso de atenciones que cargaría sobre él.

El señor Egaña. —Yo insisto siempre en que una Inspección bastaiia, tanto para el Ejército Permanente como para la Guardia Nacional, i cuando mas se podria añadir un número suficiente de oficiales para ayudar a las diferentes secciones de que corista la oficina; porque del establecimiento de dos Inspecciones con el tren correspondiente a cada uno resultaría necesariamente mayor número de gastos. Yo bien me hago cargo de lo que ha espuesto el señor Ministro de la Guerra; i aunque no tengo los conocimientos profesionales que se necesitan para juzgar con mas exactitud, haciéndolo racional i prudentemente, es que opino del modo dicho. ElEjército no puede ser mayor en Chile en los años siguientes, según el pié que actualmente tiene. Yo recuerdo que cuando habia un número de mas de 6o mil hombres de todas armas en la milicia del pais en el año de 1810, número por cierto, mayor que el que ha designado el señor Ministro de la Guerra, i repartido también en toda la estension del reino, la España no creyó que este número de tropas fuese capaz de emplear las atenciones de una Inspeccion; i el rei habia contestado a varias solicitudes que se le dirijieron, que no habia necesidad de una Inspeccion en Chile i que bastaba la Capitanía Jeneral. Todas estas razones me hicen creer que una sola oficina será suficiente para las atenciones del servicio.

El señor Presidente. —La Inspeccion del Ejército, del modo que se ha propuesto, la considero bastante para desempeñar las funciones que corresponden al Ejército Permanente; pero en cuanto a la Guardia Cívica, por numerosa que sea, no puede ocupar tanto a una Inspeccion, como aquél. Sin embargo, creo que debe haber alguna oficina de esta clase para atender a las necesidades de la milicia.

Se ha dicho, en apoyo de la indicacion sobre establecer una sola Inspección, que en 1810 habia sesenta mil hombres en la Guardia Cívica, i que entónces no se creyó necesario una Inspección para esta tropa; pero a esto se puede contestar que las milicias de aquel tiempo no tenian ninguna semejanza con las que actualmente existen, pues tal número se componía de sólo hombres alistados, que no se reunían sino en los dias de los patronos de los pueblos, i que se retiraban luego que concluían las funciones o fiestas. Esos cuarenta batallones indicados por el señ or Ministro de la Guerra, están bien organizados ahora i con una disciplina que dentro de diez o doce años podrán competir con la fuerza veterana.

Hai una razon aun mas poderosa en favor del proyecto. Tal es, que tantas serian la superioridad i atribuciones de un solo inspector jeneral, qua llegaría a inspirar recelos a la administracion misma; i en una Repúbli a debe alejarse este peligro, por remoto que se considere. Dos inspectores se equilibrarán en trabajo i se balancearán en influencia. Tenemos ademas un excesivo número de jenerales que pueden ocupar estas plazas.

Presentando la cuestión bajo el aspecto de la economía, diré que los gastos que se van a hacer por la creacion de una nueva Inspeccion paralas milicias puede estimarse que están costeados, pues habiendo un número crecido de oficiales s ibrantes, se puede echar mano de ellos sin que de esto resulte perjuicio alguno al Erario.

Por estas razones creo conveniente que subsista una inspeccion para el Ejército Permanente i otraptra la Guardia Cívica. Mas el artículo que discutimos está complicado, por las varias partes de que se compone; i así, es preciso dividirlo.

El señor Egaña. —Como autor de la indicacion, pido la pilabra para hacer algunas observaciones: la primera es que no deben ser tan necesarias dos Inspecciones, considerado el número de las milicias, porque en la mismi España, en que habia mas de 80 mil hombres sólo de infantería, se contaba con una Inspeccion únicamente. Creo, pues, que ahora, atendiendo al número de la Guardia Cívica, no debe haber mas que una de estas oficinas, i ella puede de sempeñar los cargos de las dos que se proponen. La segunda observacion se contrae a la pirte del discurso del señor Presidente en que se refiere a los gastos, i dice que no habrá mayores que hacer por el número de oficiales que habria de quedar existente i sin ocupacion; pero yo diré a esto, que mas vale que reciban ahora sus sueldos de ociosos, que no que con el tiempo exista siempre este gravá nen del Erario con la perpetuidad de dos oficinas cuyo desempeño exijiria el empleo de muchos individuos. Me parece, pues, como he dicho, ménos mal que por ahora reciban su sueldo los oficiales sin ocupacion, porque dentro de veinte o veinticinco años, a mas tardar, habrán deja lo de existir; i los fondos nacionales no se gravarán.

El señor Aldunate. —Yo me apoyo en las mis mas razones qae el señor Egaña con respecto a la España: esta tiene tres Inspecciones Jenerales para las tres distintas armas de que se compone