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SESION EN 2 DE SETIEMBRE DE 1844

cial hacerlas depender de otro Tribunal que del de Santiago.

No puedo alagarme mas, ni me parece que es del caso; así es que insisto en la indicacion que hice la noche pasada, que en el caso de creer la Cámara conveniente i necesario el que se establezcan estas Cortes, sea por via de ensayo, por un determinado número de años, prorrogándose a juicio de la Lejislatura; porque de esta manera, si se conoce la utilidad de la medida, podrá acordarse su permanencia.

El señor Rosas. —Señor, no me he encontrado en la sala cuando el señor Diputado dió principio a su discurso; por esto es que me voi a contraer sólo a la última parte. Ha dicho en primer lugar, que se opone al establecimiento de los Tribunales de que se trata porque léjos de creer que de esto les ha de resultar un bien a esas provincias, se les va a hacer un mal, particularmente, a las de Valdivia i Chiloé, que se van a ver en la necesidad de traer sus asuntos a Concepcion, con lo que harán mayores gastos que trayéndolos a Santiago.

Yo he dicho otra vez, i lo recordaré nuevamente, que hai correos establecidos en estas provincias i que estos llegan mensualmente; tambien hai comunicaciones diarias de particulares; de consiguiente, no resulta el perjuicio que se ha querido hacer notar. Sobre esto no me estenderé mas, porque seria repetir lo mismo que en otra ocasion he tenido el honor de esponer a la Cámara.

Aunque se dice que hai mucha facilidad para la conduccion por mar, yo no encuentro en esto sino muchas dificultades. En dias pasados he ocupado una gran parte de un dia en ver los periódicos que se han publicado, i en ellos sólo he visto dos buques que han llegado de Chiloé a Valparaiso en un año, i de Valdivia ninguno; porque no sé con qué objeto vayan los buques a aquellos puertos.

Ha dicho el señor Diputado en seguida que las provincias recibirán un mal positivo, porque si estos jueces no cumplen, no habrá facilidad para hacer efectiva su responsabilidad. Prescindo de esta consideracion; solo me fijo en la necesidad que hai de que no continúe el presente estado de cosas; porque aunque se diga que pueden venir aquí, es preciso convenir en que las mas veces este recurso lo abandonan. Me remito al decir esto, a cuatro causas que han concluido dos empleados en la administracion; fueron acusados; las causas se concluyeron; pero ha sido para ello necesario un año, sin embargo de que estaban recomendadas; estos han tenido que hacer viajes por mar para ver la conclusion de ellas; han tenido que gastar casi mas de lo que les daba su destino, i han recibido otros males de gran trascendencia; otras causas han dilatado 10 meses para su decision, siendo de personas de mediana fortuna; uno de ellos ha ido a quejárseme preguntándome qué haria para la conclusion de sus espedientes, pues no tenia los recursos suficientes para venir aquí; despues de 10 meses o 1 año ha venido a ver su decision.

Yo no sé cómo, si siguiese el presente estado de cosas, podría haber quietud en las provincias i no sé tampoco cómo podrán salir del estado de pobreza en que se encuentran. Para esto no hai ningun remedio mas oportuno que el establecimiento de tribunales, i creo que la Cámara se prestará a hacer a los pueblos este bien.

Señor, aun en el tiempo en que éramos colonos, cuando la España sólo pensaba en sacar todo el producto de nuestro suelo, en esa misma época el Rei de España se dirijia a todos los puertos de América con el objeto de averiguar en cuál de ellos podrían establecerse nuevos tribunales; i despues de tantos sacrificios, despues de habar salido de la miseria, ¿será posible que se nos niegue hoi lo que no se nos hubiera negado en tiempos ménos felices? No lo creo señor, ¿seria talvez por la escasez de nuestras rentas? No estamos en este caso, puesto que estamos con un sobrante de 2.600.00 i tantos pesos.

Para hacer salir a las provincias del estado de suma pobreza en que se encuentran, creo que, como he dicho ántes, desde que se han establecido las Cámaras no se habrá propuesto una medida de ventajas tan positivas como la presente, i estoi mui distante de participar de los temores que se han manifestado tocante al establecimiento de estos tribunales.

Se ha dicho tambien por el señor Diputado que las provincias tienden a igualarse con la Capital; i para mí, señor, si ellas solicitan esto, pretenden una cosa justísima; lo contrario será peligroso aun para las rentas públicas, si se quiere; porque éstas no pueden progresar, si los pueblos no caminan tambien en progreso.

Si ha hablado de la necesidad de contar con algunos datos judiciales i estadísticas para resolver con acierto en este particular.

Desgraciadamente carecemos de estos datos; pero el Gobierno trabaja activamente con el fin de alcanzarlo; i aunque carecemos de este bien, no por eso deja de estar al alcance de todos el estado de las provincias, el crecido número de habitantes que hai en ellas i los males que por falta de a administracion de justicia se ven condenados a sufrir.

Señor; yo no sé si tengo otra cosa a que referirme; ya he dicho ántes que no he estado en la Sala durante todo el discurso que se acaba de pronunciar; si algunas otras observaciones se hiciesen, entónces tendré la bondad o el honor de pedir la palabra, pero diré que he creido cumplir con un deber haciendo estas observaciones i que me haria una acusacion si no lo hubiese hecho; así, pido pues a la Cámara que vote en favor del proyecto que nos ocupa.

El señor Lira. —Naturalmente tímido o enemigo de pedir la palabra, he aguardado que al