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CÁMARA DE DIPUTADOS

empresas i proyectos es necesario echar mano entre nosotros de la prensa periódica, sin la cual esas sociedades que apénas cuentan con el patriotismo, con la buena intencion de sus miebros, no podrian hacer lo necesario para desenvolver sus mismas ideas; no podrian dar todos aquellos pasos que ccntribuyan al fin que se proponen i que coadyuvan a su sosten. Léjos de eso, hemos visto que el primer paso que han dado las sociedades organizadas, que son las de agricultura i de mineria, ha sido el establecimiento de un periódico, el de la primera murió por falta de fondos con que hacerlo subsistir; al de la segunda no ha sido posible auxiliarlo, porque el Gobierno carece de los fondos necesarios para poderlo hacer.

¿I quién podrá desconocer que así del seno de éstas i otras sociedades, como de muchos individuos, pueden aparecer periódicos en todo sentido útiles, periódicos sin los cuales quizás no tendrían vida esas mismas sociedades que aparecen apagándose en ellos?

Es tambien otro hecho, señor, que el Gobierno no abusa de los fondos que las Cámaras le proporcionan para el fomento de la prensa periódica, porque con toda satisfaccion repetiré en esta noche lo que en otrás dije: que el Gobierno no exije de los editores de los periódicos que proteje, sino sensatez, buen juicio i que coadyuven a servir al pais; no exije que le alaben ni que le sirvan ciegamente, i siento esto como un hecho, porque lo puedo poner de bulto a la vista de los señores Diputados; fíjense si no aun en los artículos editoriales de esos mismos periódicos i allí se verá espresada con plena libertad la opinion del que escribe, i se encontrará que mas de una vez se han atacado los proyectos del Gobierno.

Es otro hecho, señor, que la libertad de la prensa tiene sus peligros, i que estos peligros son tanto mayoies donde esa libertad no está moderada por las costumbres donde aun no es bien conocida. I digo esto para manifestar que siempre que sea posible que haya un regulador, no encuentro otra palabra mas a propósito, un regulador del uso que se haga de ese bien tan precioso para los pueblos, será éste un grandísimo beneficio, ¿i quién mejor que la nacion misma, por el órgano de sus representantes, que son los que votan el sosten que se presta a los periódicos? ¿Quién mejor que las Cámaras, que son las que dan lo que el Gobierno pide con ese fin? No puede decirse que haya a este respecto el temor de que el Ministerio de hoi, cambiándose, pueda influir en la aplicación que se dé a los fondos para suscripciones a periódicos, i que otro Ministerio que pueda haber mañana, haga mal uso de la suma a que me estoi contrayendo; porque es preciso que las Cámaras aprueben esta partida cada año; i si a guna vez apareciese que se habia hecho mal uso de ella ¿qué inconveniente habria para que las mismas Cámaras suspendiesen lo que hoi acuerdan?

Es también indudable, señor, que siempre que no exista este resorte moderador, como ántes dije, no tendríamos medios ningunos que emplear para correjir los desbordes mismos de la prensa; no tendremos diques que poner, de manera que miéntras mas estemos espuestos a los abusos de la licencia de la prensa, ya sea porque no se conoce lo que importa la libertad de ella, ya sea por la naturaleza de la misma institucion, tanto mas necesario es que la lejislatura esté en guardia i procure evitar los efectos funestos que pudieran causar tales abusos. A primera vista parece que esto hace contra mi propósito, pero no es así, señor, si bien se considera, porque uno de los medios de correjir los abusos de la prensa misma, es emplear la misma arma con que se combate, i es necesario por lo mismo, que no nos desprendamos de ella, para poder gozar un bien semejante.

Por último, señor, me parece una especie de fenómeno que sea a la Cámara de Diputados de Chile a quien yo venga a hacer reflexiones para pedir que procure el fomento de la prensa periódica; de esa institucion eminentemente republicana, eminentemente liberal; de esta institucion a que debe el mundo casi todos los bienes que hoi gozamos; de esta institucion sujeta como todo a abusos i demasías, pero que por lo mismo es necesario prevenirse contra esos mismos abusos i demasías. No convengo pues señor, en lo que la comision ha opinado, i me parece que debe aprobarse la partida tal como el Gobierno la presentó.

El señor Toro. —Miembro yo, señor, de la Comision Mista que redujo la partida en cuestión a 16,000 pesos, no puedo ménos de hacer presente a la Cámara las razones que hubo para reducirla a esa suma.

No seré yo nunca, señor, el que niegue que la prensa periódica es el vehículo por donde se comunica a la sociedad la ilustracion i todos los descubrimientos de las artes, como los secretos de la ciencia. Nó, señor, ni creo tampoco que podria decirse de la Comision Mista que ha mirado como poco importante, ni que ha dejado de apreciar en su verdadero valor la institucion de la prensa periódica. Léjos de eso, la ha mirado como un poder morijerador, i en este sentido ha reducido la partida. Mas, reducir la partida no es de ningún modo atacar la prensa periódica. No niego tampoco, señor, que el Gobierno deba tener tambien periódicos que sean un brazo fuerte contra la licencia; pero tambien es un hecho que la prensa periódica no tiene mas amo que el que la sostiene; si la prénsa la sostiene un partido, de él dependerá: si la sostiene un particular, dependerá de ese particular.

Esto ya lo hemos palpado, hemos visto aquí un periódico que no vino sino de una sola persona i ¿qué otras ideas ha revelado sino las de