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SESION EN 9 DE AGOSTO DE 1844

no de lo que se ha dejado de gastar en el año anterior.

El señor Toro. —No quiero decir eso: hablo por analojía. El señor Ministro podrá decir si alcanzará o no la suma presupuestada.

El señor Palazuelos. —Debe votarse porque hai una indicacion que se ha trasmitido por la sala; debe votarse señor.

Se puso en votacion la indicacion del señor Sanfuentes, considerándosela como una nueva partida, i fué aprobada por 16 votos contra 15, en las términos siguientes:

"Para ausilio de un hospital en Vallenar, $ 2,000".

Se aprobaron igualmente las partidas 20 i 21 sin discusion.

"Partida 20. Para ausilios al hospital de Valparaiso. Documento numero 31, $ 57,312".

"Partida 21. Para asignaciones de indijenas en Concepcion i Valdivia. Documento número 32, $ 4,480".

Partida 22 (en discusion).

"Para costear la impresion de El Araucano, suscripcion a varios periódicos, la redaccion taquigráfica i publicacion de las sesiones de ámbas Cámaras. Documentos números 33 i 34, $ 16,000".

El señor Ministro del Interior. —No puedo convenir, señor, con el parecer de los señores de la Comision que ha informado sobre los presupuestos, en órden a la partida que se acaba de poner en discusion. El Gobierno pidió para costear la impresion de El Araucano i suscripcion a periódicos, la suma de 16,000 pesos i separadamente 4,000 mas para la redaccion taquigráfica i publicacion de sesiones de ámbas Cámaras, con arreglo al acuerdo que estas hicieron el año anterior, i en conformidad al cálculo de lo que tal impresion i publicacion importarian. La Comision ha unido en esta parte las dos partidas, cuyo monto total era de 20,000 pesos, reduciéndolas a 16,000; de manera que destinando 4,000 pesos al objeto de que he hablado i aplicando, 2,600 a El Araucano, que es lo que poco mas o ménos importa su impresion anualmente, quedan sólo para la suscripcion a periódicos en jeneral, 10.000 i pico de pesos, suma que me parece del todo insuficiente si se atiende a la importancia del objeto a que se puede aplicar, i los bienes reales que por ellos se pueden conseguir. No me propongo ahora, señor, manifestar a la Cámara cuánta es la importancia de las publicaciones periódicas, cuánta la predileccion con que todos los pueblos libres han mirado esas mismas publicaciones. A ese respecto, yo no haria otra cosa, que presentar verdades triviales, que esponer hechos conocidos de todos, i que referir en suma, lo que con igual motivo que al presente, tuve en otra ocasion el honor de esponer a la Sala. No es ese ahora mi propósito; basta decir que el mejor canal de civilizacion, el mejor motor de la industria, el medio mas eficaz de preparar los adelantos de los pueblos i desenvolver los proyectos útiles que conciben, ya la autoridad, ya los particulares; en suma, que el camino las mas veces seguro a la marcha i progresos de un pais, es la prensa periódica. I si esto se considera cierto en paises que parece que ya no podrían adelantar mas por la alta ilustracion ha que han llegado; si éste es un punto en que se ha fijado la atencion de los pueblos en que la promocion de adelantamientos importantes ha tocado ya en su término; cuánto mas seguro, cuánto mas cierto será esto en uno que empieza a dar los primeros pasos, tanto en la carrera de la civilizacion, como de los progresos. ¡Mucho podria estenderme, señor, a este respecto, seguro de que no podría oponérseme otro argumento, si no es tomado del abuso que por desgracia se hace de vez en cuando entre nosotros de la prensa periódica! Yo veo con sentimiento, señor, que el ánimo de todos los hombres que abrigan verdaderos deseos por el bien del pais; que el ánimo de hombres pensadores i de juicio, de hombres en quienes tiene especialmente su asiento la ilustracion, se ha ido, por decirlo así, previniendo contra la prensa periódica a causa de semejantes abusos; i que en cierta minera se ha confundido lo santo de la institucion con lo pernicioso de los abusos a que están sujetas todas las cosas humanas, i aun no humanas. Cuando se echa la vista a aquellos escritos mal considerados en que se proponen bruscamente, por ejemplo, innovaciones que no se conoce cuál es su estension, cuáles sus resultados; cuando se ve que la prensa periódica se arrastra, digámoslo así, en el fango de las personalidades; cuando se oye dogmatizar i dar lecciones a los que todavía se hallan en el caso de recibirlas, se previene entónces el ánimo de aquellos hombres de sensatez que quisieran ver en todas partes el bien del pais. Pero volveré a decirlo: del abuso, de la licencia, no pueden deducirse argumentos de valer contra la institucion, ni considerarse como perjudiciales, como maléficos, los resultados de un invento que en todas partes se ha considerado en la forma en que ántes lo presenté.

Es un hecho, señor, que la prensa periódica no puede existir entre nosotros sin algun ausilio del Gobierno; en otros términos: sin un ausilio de la nacion, que lo acuerda por medio de sus representantes; i digo que es un hecho, porque es difícil que se pueda presentar un periódico que haya durado en su carrera algun tiempo considerable i que no haya sido costeado en la forma que acabo de esponer.

Es un hecho, por otra parte, señor, que felizmente el espíritu público, adormecido en estremo hasta hoi, como tantas veces lo hemos esperimentado, va despertando poco a poco de su letargo, i unido al espíritu de asociacion, se van promoviendo empresas útiles i formando proyectos de importancia. Para el desarrollo de esas