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CÁMARA DE DIPUTADOS

mas la suma de 108,000 pesos que comprende la partida a que me riflero, se habria llenado un importantísimo objeto i se habría ahorrado de entender la Cámara de este asunto en otra ocasion.

El señor Ministro del Interior. —Siento no poder suministrar a la Cámara todas las nociones que podrían esperarse de mí, segun el discurso del señor Diputado que acaba de hablar.

El año pasado se nombró la comision a que ha aludido, con el objeto de hacer un plan i nivelacion de los rios Ñuble, Perquilauquen, Lontué i Claro, a fin de formar con el Maule un gran canal. Este trabajo, delicado e importante, se ha concluido ya. Mas, sólo han llegado a mis manos los planos levantados por esa comision i los presupuestos de los gastos que demandará la obra. No puedo anticipar el concepto que el Gobierno for4me cuando haya pedido verificar el exámen de tales piezas, pero entiendo que por mucha importancia i gran costo tendrá el Gobierno que meditarlo mucho, que creo no será ménos de 300,000 pesos; será un objeto a que deba llamar la atencion de las Cámaras. Me he propuesto, al tomar la palabra, manifestar con sentimiento que no puedo por ahora suministrar los pormenores sobre la canalizacion del Maule, los cuales pondré en breve en estado de suministrar a la Cámara.

El señorGarcía Reyes. —Para aprobar este artículo desearia oir el señor Ministro del Interior si los medios corresponden a las necesidades que se hacen sentir i si cree ademas que la suma de 108,000 pesos bastaría para pener en movimiento estos medios. Sin ésto me es imposible poder votar.

El señor Ministro del Interior. —Ha tocado el señor Diputado preopinante una cuestion difícil de resolver i a la vez de importancia. Yo no dejaré pasar esta indicacion sin manifestar a la Cámara que uno de los negocios que llama mas la atencion del Gobierno es el estado de nuestras vias de comunicacion. De palabra i por escrito he manifestado muchas veces que el Gobierno espera el bien jeneral del pais de un buen sistema de comunicacion, en toda la estension de la palabra. De aquí partió para presentar el proyecto de lei de caminos, puentes i calzadas, que la lejislacion tuvo a bien aprobar; al discutir este proyecto de lei, bien conocíamos que no era ni podria ser tan completo como pudiera desearse; se advirtieron en la discusion defectos no despreciables, pero conociendo la necesidad que de él habia, se apresuraron las Cámaras a sancionarlo para que en adelante pudieian hacerse las mejoras que la esperiencia diese a conocer como es necesario. El Gobierno se propuso subsanar algunos ce los vacíos de esa lei en el reglamento que espidió en 8 de Agosto del año pasado, pero en un reglamento no podian ni con mucho correjirse les defectos sustanciales, ni mucho ménos suplir las necesidadades que se hacian sentir en el ramo de caminos, que es uno de los principales de la administracion pública. Desde luego se pensó en un cuerpo de injenieros civiles, el que organizado se principió a ocupar en aquellos puntos a que por las circunstancias era de mas urjencia ocurrir, i puedo asegurar que todos los oficiales de dicho cuerpo que no han estado impedidos para trabajar, se han ocupado constantemente en este importante ramo.

Yo entiendo, señores, contrayéndome a la interpelacion que se me hace por un señor Diputado, que no son suficientes los medios con que el Gobierno cuenta para el arreglo de nuestros sistemas de caminos. Los fundamentos son los siguientes: en primer lugar el cuerpo de injenieros civiles es del todo insuficiente para llenar estos fines a que está destinado. Creo que se necesitaría en él mucho mayor número de oficiales i mejores dotaciones. La razón de uno i otro i mui especialmente de lo primero, está a la vista porque no hai un departamento, una provincia en la República en que no sea necesario hacer algo en materia de caminos, i pudiera decirse que en alguna de ellas hai necesidad que pueden calificarse de verdaderamente urjentes; i con siete oficiales, incluso el jefe que hoi tiene la oficina de injenieros civiles, no se puede atender sino a una pequeña parte del trabajo que demandan tantas necesidades.

El segundo inconveniente que encuentro, o la segunda razón que tengo para decir que son insuficientes los medios con que cuenta el Gobierno, consiste en la falta de hombres intelijentes en la materia. Hai entre nosotros algunos jóvenes distinguidos que tienen bastantes conocimientos teóticos, al ménos en aquellos principales ramos que pueden servir para emplearse con provecho en la mejora de caminos, pero no tenemos ni podemos tener por ahora individuos que a esos conocimientos teóricos reúnan también los prácticos. El Gobierno, al dictar el reglamento que antes cité, quiso constituir en una especie de academia el cuerpo de injenieros civiles, juagando de necesidad abrir cursos de algunos ramos de matemáticas de las necesarias para trabajar con acierto en caminos, puentes i calzadas. Mas, el reglamento no ha podido hasta hoi llevarse a cabo por las razones ántes apuntadas, de que todos han estado ocupados en trabajos prácticos. Si no tenemos ni es posible que tengamos por ahora un número competente de individuos que se empleen en los trabajos de apertura, mejoras de caminos, se puede decir que el Gobierno no tiene medios suficientes para obrar en este importante ramo. Se ha tocado un recurso, a consecuencia de lo mismo, que acabo de esponer i es el procurar empresas o comisiones particulares, para que por medio de ellas se abran algunos caminos; al efecto, se han hecho varias invitaciones, desde el año 35 que fué cuando se concedió al Gobierno la facultad de