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CÁMARA DE DIPUTADOS

esperaremos tan dilatado tiempo sin hacer nada miéntras una imperiosa necesidad nos impele a tomar una medida?

Esto no puede oírse sin dolor profundo del corazon, nó, no puede señor. Porque, ¿qué tarea tenemos nosotros, pobres diablos, despues de haber concluido nuestros padres la mision de la independencia, sino legar un porvenir a los que nos han de suceder? ¿No somos nosotros los depositarios de aquel gran tesoro? ¿no brilla? ¿no está ya en nuestras manos? ¿no se resolvió ya el gran problema? ¿qué nos queda pues que hacer? legar un porvenir a la posteridad, ¿qué hacemos? nos mantenemos sentados en el legado de la lei: este es todo nuestro afan; estamos no sólo durmiendo, estamos sentados sobre el legado i maldiciendo a nuestros padres; sí, señor, los estamos maldiciendo.

He dicho esto, señor, porque ¿qué otra cosa hacemos sino dejar marchar las cosas por sí mismas? El tiempo las proteja, ¿entretanto no sea dado al hombre poner la mano sobre ellas obramos como turcos? ¿qué fatalismo, por Dios, es este que nos impide poner la mano sobre el elemento que se encuentra entre nosotros? No queremos tocarlo; esperamos sin duda que nos llueva así como el Maná. Ai! pobres de nosotros, que queremos hacer las cosas i no creemos en los objetos ni nos aprovechamos de ellos; conocemos la riqueza del pais, i la malogramos. Hemos visto como por encanto estenderse la poblacion del pais al otro lado del Bio-Bio ¿quiénes han sido los que han hecho este cambio? cuatro frailes, sí, señor, a los jesuítas principalmente es a quien se debe lo que tenemos al otro lado del Bio-Bio. Sabemos que el rei hizo grandes sacrificios en mantener aquellas colonias; pero no quiso hacer grandes gastos pata mantener el respeto con que deban ser tratadas; mas ahora ni ese sacrificio queremos hacer. Esas provincias no progresan, ¿i qué han de progresar cuando el medio circulante es una tabla de alerce?

Se dice que es imposible llevar a cabo por ahora un proyecto vasto sobre la materia. El gobierno pide facultades para enajenar terrenos baldíos bajo ciertas condiciones; la comision le dice distingamos baldíos de baldíos; en los unos convendrá admitir a los pobladores concediéndoles ciertos privilejios; en otros nó. ¿Es este el proyecto vasto? parece que no; el gobierno sólo pide facultad para hacer la enajenación de los baldío; la comision opina porque se conceda al gobierno esta facultad ¿i esto tiene algo de vasto? Se ha dicho que sobre estos terrenos se alegan derechos de propiedad i que no pertenecen a la nacion; pero para colonizar esa parte del pais, no debe mos atender a si pertenece o no a la nacion; pertenezca a quien perteneciese, un artículo de la Constitucion dice: que puede disponerse de las propiedades particulares cuando la conveniencia de la nacion lo exija, indemnizando a sus dueños. ¿I qué propiedades son éstas que van a quitarse, dado caso que pertenezcan a otro que al Fisco? Son propiedades, señor, que no tienen ningun valor, que se miden de tal cerro a tal otro i allá van 30 o mas leguas que se venden por una cosa insignificante i talvez por un vaso de chicha si es un cacique quien las venda. (Risas).

Puede, pues, disponerse de estos terrenos, sin embargo de que pertenezcan a otro que al Fisco, indemnizando a sus dueños. En fin, señor, para dar término a este largo discurso, concluiré con lo que he dicho ántes: que, no sólo quisiera que despertáramos de este sueño; porque dormimos un sueño con pesadilla, señor, que da pena, sino que desearia que se hiciese algo desde luego, porque no duele tanto a un hombre el que no se hagan las cosas, como el ver que se les da de mano ¡esto sí que duele! esto escuese, señor! No solamente quiero yo que se haga, quiero que se haga con fe i con amor. La fe i el amor son la fuente que puede alimentar toda esperanza, la esperanza no se alimenta sino de fe i amor. Si no tenemos fe ¿a dónde vamos a dar?

El señor Irarrázaval. —Tuve la desgracia de haberme esplicado tan imperfectamente la primera vez que hablé sobre este asunto, que no fui absolutamente comprendido por el señor Diputado que acaba de dejar la palabra. No sé si este señor pudiese asegurar que se ha formado una idea mas alta de las ventajas de colonizar nuestro pais, desierto en una gran estension de su territorio, que la que tiene formada el que habla.

Precisamente fué esto lo primero a que acudí en esta noche; mas, no quise estenderme ni lo haré, ahora tampoco, en manifestar cuáles son las grandes ventajas de adoptar un sistema vasto de colonizacion, porque he tenido razones para esponer que todas ellas están perfectamente en conocimiento de cada uno de los señores diputados. Dije entónces que el gobierno no habia tenido los datos suficientes para elejir entre cinco proyectos de colonizacion, que casi al mismo tiempo se le presentaron; dije tambien que estaba envuelta con esos mismos proyectos la resolucion de algunos problemas a los cuales ha aludido en parte el señor Diputado preopinante.

Es necesario, por ejemplo, fijarse en qué lugares convenga fijar la colonizacion con preferencia; es necesario saber cuáles son aquellos de donde mas útil sea traer pobladores; es preciso acordar ántes un buen sistema de defensa para estas colonias, a fin de que no sean presas de los bárbaros, que como se ha dicho, quizá duermen; es de necesidad fijarse detenidamente en aquellas necesidades que puedan tender a la estabilidad de las colonias, a fin de que no suceda lo que con los agricultores de Buenos Aires; es necesario en fin (todavía estoi poniendo estos casos como ejemplos, porque hai otros muchos a que