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SESION EN 23 DE OCTUBRE DE 1843

aquí nacia por consiguiente otro efecto retroactivo de la lei. Mas, concluyó, que como este artículo seria inútil si no se sancionaba el anterior, era de opinion que se suspendiese su discusion.

El señor Orrego dijo que en 8 años que habia sido cura de Valparaiso, nunca habia visto ejemplo de un matrimonio entre disidentes, celebrado en tierra; que todos sé contraían a bordo, o en casa de los ajentes diplomáticos.

Quedó este artículo para segunda discusion.

Se leyó el 9.º

El señor Vial (don Manuel Camilo) dijo que creia que este artículo se hallaba en el mismo caso de los oros a que ya se habia opuesto, por lo que no creia necesario repetir las razones; i que por tanto, era de parecer se dejase tambien para segunda discusion.

Así se hizo i se suspendió la sesion.


A segunda hora continuó la discusion particular del proyecto en discusion suspenso a primera hora.

Se dejó tambien para segunda discusion el 10 i último de este proyecto.

Acto continuo se puso en discusion particular el proyecto que fija el número de fuerza de que debe componerse el ejército permanente. Fué aprobado sin discusion el único artículo que contiene.

Pasó en seguida a discutirse en particular el proyecto sobre supresion de la Comisaría Jeneral del Ejército.

Leido el artículo 1.º fué aprobado sin discusion.

Se leyó el 2.°

El señor Cerda preguntó si en el sur habia o no Comisaría, i si no habia cómo se hacían los pagos.

El señor Ministro de la Guerra tomó la palabra,i mas o ménos dijo: Ni en el sur ni en ninguna otra de las provincias hai Comisaría, i el pago de la tropa se hace en ellas por las Tesorerías. Por este proyecto se ha querido uniformar la marcha de las Tesorerías, uniendo a la de Santiago la Comisaría Jeneral del Ejército.

Voi a presentar a la consideracion de la Sala los ahorros que va a reportar al erario la supresion de la Comisaría. Esta importaba a la nacion 6,185 pesos de gastos anuales, la mesa militar que la ha subrogado importa 3,850; resulta de consiguiente un ahorro de 2,335 pesos.

Se procedió a votacion, i fué aprobado este artículo. Lo fueron igualmente el 3.º, 4.º, 5.º, 6.° i 7.º sin la menor discusion. El artículo 7.º fué aprobado en la forma en que lo aprobó el Senado.

Inmediatamente despues se puso en discusion jeneral el proyecto iniciado por el Ejecutivo para formar una oficina de marina.

El señor García Reyes tomó la palabra: Quisiera que el señor Ministro de la Guerra me dijese si la oficina de que habla el proyecto en discusion, no pudiera formarse con alguno de los jefes u oficiales de marina que se hallan en Valparaiso o en otros lugares de la República. De este modo se ahorrarían gastos cuya necesidad no concibo por ahora.

Nuestra marina está en principios todavía; debe ir marchando poco a poco, i creo que sin aumentar empleos, pudiera mui bien formarse una oficina con los oficiales i jefes marinos que tenemos.

El señor Ministro de la Guerra tomó la palabra. Las necesidades primordiales de la marina, las que con mas urjencia se hacen sentir, consisten en la redaccion de un reglamento de marina, cuya falla se siente entre nosotros desde mucho tiempo atras; i la formacion de ese reglamento requiere conocimientos especiales, que no siempre se encuentran en los oficiales marinos. Los consejos que éstos den pueden valer mucho, sin duda, pero sus conocimientos no son tales que valgan por sí solos para desempeñar un trabajo laborioso i que, lo repito, exije conocimientos especiales.

Por otra parte, todos nuestros oficiales marinos tienen ocupaciones peculiares que no podrían abandonar sin gran perjuicio del servicio público. Puede el comandante jeneral de marina unirse a un oficial, puede aprovecharse de sus consejos, mas sin perjuicio del secretario, quien tiene que trabajar mucho para organizar debidamente una ordenanza de marina que no tenemos en el dia. Verdad es que está aun en principio nuestra marina; pero se trata de organizarla, de ponerla en la marcha del progreso, i esto no se conseguiría, si ántes que todo, no nos apresurásemos a plantear una oficina encargada de la formacion de una ordenanza, que debe ser el primer paso para que nuestra marina prospere i se engrandezca.

El señor García Reyes, entre otras cosas, contestó: Dos clases de trabajos demanda nuestra marina: unos de organizacion que deben encomendarse a los jefes mas capaces; i otros de despacho diario i rutinario que se pueden encomendar a oficinistas. Si el señor Ministro desea que se emprendan cuanto ántes los primeros, debe echar mano de los oficiales de grados superiores, como por ejemplo, del actual comandante de arsenales, del capitan de puerto de Valparaiso, de los comisarios de marina, etc., pero bien poco o nada servirán para este fin los individuos a quienes se llame para ocupar los empleos de la oficina que se propone crear; oficiales dotados con setecientos o seiscientos pesos, no tienen seguramente los talentos que aquella empresa requiere. La oficina de marina sólo podrá llevar el despacho ordinario, i por eso es que miéntras no se manifieste a la Cámara la estension, la importancia i calidad de este despacho no será posible saber si hai o no por ahora necesidad de tal oficina, ni el número de