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SESION EN 18 DE OCTUBRE DE 1843

año, como se ve en los estados que se publican mensualmente, se reputaría prodijioso el acrecentamiento de nuestra poblacion. ¡Tanto es el conato por servir a sus semejantes de los ciudadanos que componen la junta central de vacuna, dignamente secundada por las autoridades de todas las provincias!

Inmediatamente que el Gobierno, supo, en Noviembre próximo pasado, que varios puertos del Pacífico habian sido invadidos por una horrible epidemia, ordenó que cuantas embarcaciones llegasen a los nuestros con procedencia de los que hai entre Panamá i Tumbes, uno i otro inclusive, se sujetasen a una estricta cuarentena, lo que tuvo despues alguna amplificacion con motivo de nuevas noticias que aquí se recibieron, i espidió varias providencias, ya precautorias para nosotros, ya de utilidad para los que estuviesen a bordo de dichas embarcaciones. Estoi satisfecho de que nada quedó por hacer para preservarnos de uno de los mayores males de que la humanidad está amagada. Posteriormente, para evitar perjuicios innecesarios al comercio, se han relajado en parte los efectos de aquéllas respecto a los buques que no contengan ningun enfermo, i que despues del tiempo en que se sabe por buenos conductos, que la indicada epidemia desapareció de alguno de los mencionados puertos, hayan salido de ellos, i si no se han suspendido todavía del todo, es por que el Gobierno espera para esto tener informes, que ha pedido a sus respectivos ajentes, que no dejen lugar al mas leve temor.

Vías de comunicacion. —A proporcion de que se desarrolla la industria nacional en todas sus diversas ramificaciones, crece también la necesidad de prestar a los caminos públicos una atención tan activa i esmerada como pueda serlo. El poderoso influjo que estos vehículos de riqueza i civilizacion ejercen en la prosperidad de los pueblos, umversalmente reconocido ya, impone al Gobierno la obligación de no dispensar medio alguno para proporcionar a Chile las inestables ventajas de un buen sistema de comunicacion, i podéis estar seguros de que, para cumplirla, empleará todas sus fuerzas, i de que no desmayará, sean cuales fueren los obstáculos que se opongan al rápido mejoramiento de un ramo cuyo buen estado merece contarse en el número de las bases primordiales del bienestar i el engrandecimiento de toda la Nacion.

Poco satisfactorias son, ciertamente, (i no habia por qué esperar otra cosa) las relaciones que los intendentes me han trasmitido en órden a la condicion actual de los caminos que cruzan nuestro territorio: en ella se deja conocer bien que esos funcionarios participan del convencimiento comun respecto a la importancia del ramo que me ocupa; pero se advierte asimismo, a primera vista, lo reducido de los recursos de que hasta ahora han podido echar mano para llevar a cabo las mejoras que tan provechoso convencimiento i su celo les han hecho emprender; i así es que parece prodijioso que hayan podido no sólo mantener transitables los principales caminos, sino tambien, ejecutar algunas otras inmensamente superiores a los indicados recursos. Descuella entre éstas la perfecta reparacion del camino de madera, llamado de Caicumeo, que se hallaba casi completamente destruido en toda su estension que no baja de dieciocho leguas, obra realizada en Chiloé por su digno intendente sin mas arbitrios que los que ha sacado de los estímulos del patriotismo i del Ínteres que por el adelantamiento de la provincia que preside ha sabido fomentar, con su ejemplo i sagacidad, en todos sus laboriosos habitantes. Pero lo vuelvo a decir, tales esfuerzos se acercan mucho a lo prodijioso, i no pueden servir de base en que fundar sólidas esperanzas para lo futuro. Las que el Gobierno abriga respecto a la mejora progresiva de las vias de comunicación, las que lo alientan en su propósito de trabajar infatigablemente para acelerar cuanto sea dable esa mejora, emanan de los buenos efectos que se puede asegurar, producirá la lei de 17 de Diciembre último, cuyas disposiciones están en plena observancia desde que se pudo dictar el reglamento que para esto era necesario, en el cual se trató, como lo habréis advertido, no sólo de organizar i detallar los deberes i atribuciones de las oficinas creadas por aquella lei, de una manera que las hiciese útiles desde luego, sino tambien de convertir la principal de ellas en una especie de academia, de la que, dentro de pocos años, saldrán injenieros que por sus conocimientos teóricos i prácticos nada dejen que desear en el ejercicio de su profesion, atendiéndose ademas en el mismo reglamento a otros objetos de notoria conveniencia pública.

Independientemente de lo que precede, no vacilaré en asentar que en lo sucesivo será cada dia mas satisfactoria la condicion del ramo a que me voi contrayendo mediante los trabajos de la direccion jeneral i de las juntas provinciales de caminos que han empezado ya a funcionar, i mediante los fondos que la Lejislatura ha designado, i continuará seguramente designando, para atender a aquellos. Mas como estos fondos no es posible que sean lo suficiente para satisfacer todas las necesidades que se notan en lo que mira a las vias de comunicacion, el Gobierno se propone aplicarlos a la reparacion de los caminos principales, i ausiliar con ellos, proporcionalmente, las empresas particulares que no ha cesado de promover, aunque en vano, para hacer uso de la autorizacion que el Congreso le concedió en las leyes de 2 de Setiembre de 1835, i de 10 de Noviembre de 1841; debiéndose presumir, que pudiendo facilitar dicho ausilio, sus invitaciones para tales empresas, siempre difíciles donde los capitales son escasos, no