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CÁMARA DE DIPUTADOS

no estar plenamente convencido del horrendo crimen que se cometería aprobando la recomendacion del Gobierno.

Nuestro deber exije que no se confunda la restitucion con los premios; que si es necesario acordar recompensas, se otorguen a todos principiando por el que mas la necesite. Con razon dijo el señor Ministro, que no podía tener calma, cuando se desconocian los servicios prestados en la causa de la independencia, por los mismos que disfrutaban de este beneficio; pero habría tenido mas razon para decir que no podia haberla, cuando se reconocen los servicios de uno olvidando los de todos los demas, cuando se trata de dispensar favores al que existe, al que puede alzar su voz entre nosotros i deslumbrarnos con el brillo de sus bordados; cuando se conceden al que mas feliz que otros, ha participado de los beneficios de la independencia i puede trasmitir a sus hijos fortuna i honores; i finalmente cuando se cenceden por el influjo i el favor, i se olvida a los que muriendo en defensa de Chile, inmolaron tambien a sus mujeres e hijos; a los que sacrificando su fortuna i reposo, no tuvieron mas pensamiento que la independencia, otro sentimiento que la patria, ni mas recompensa que la muerte. Fijaos, señores, en sus sepulcros i librad vuestros sufrajios.

El señor Irarrázaval tomó la palabra, i mas o ménos dijo: No empezaré como el Diputado preopinante por investigar si se ha violado o nó el reglamento que rije nuestros debates poniendo en discusion este asunto. Creo sí que mi opinion si bien no está apoyada en un artículo espreso de ese reglamento, puede al ménos deducirse del contenido de uno de ellos, citado en otra sesion por el mismo señor Diputado preopinante.

Cuando en otra sesion se trató de este asunto, no pude responder como hubiera querido al señor Diputado que ha hecho la oposicion, porque carecia entónces de datos; mas ahora que he reunido éstos, procuraré destruir los argumentos que se han hecho i aduciré las razones que a mi juicio no pueden hacer vacilar un momento a la Cámara en la aprobacion del proyecto que se discute.

El señor Diputado preopinante hizo mérito en otra sesion de un decreto espedido por el Gobierno, en virtud del cual se establecia que el militar, cualquiera que fuese su graduacion o que saliese fuera del territorio de la República, no tiene derecho a percibir sueldo alguno; pero ese señor no tuvo presente o ignoraba talvez que ese decreto fué derogado por una disposicion en la cual se esceptuó a los jenerales de la regla jeneral, disposicion que ha estado vijente hasta el año 39, en que se dictó la Ordenanza del Ejército, en la que se ha hecho revivir el principio antiguo. Sin duda que al esceptuarse a los jenerales se tuvo presente los sacrificios de todo jénero porque estos habian tenido que pasar, los servicios importantes que habian prestado a la causa de la independencia, i lo injusto que seria desatender esos servicios sujetándolos a la regla jeneral de los demás militares. Esa escepcion sabia i justa fué pues una recompensa de los méritos a que esos jenerales se hicieron acreedores por haber tenido parte en la sangrienta lucha de nuestra emancipacion política.

Otra de las citas que se hicieron en aquella sesion, fué un decreto espedido por el Gobierno negándose a la solicitud del jeneral O'Higgins.

Dije yo entónces que suponiendo el hecho tal como se presentó i careciendo por otra parte de datos exactos, pudo el Gobierno dormir en aquel momento. Tengo que retractarme, señor, de esta espresion, tengo que hacer al Gobierno la debida justicia, porque realmente no estaba en sus facultades acceder a la peticion de aquea jeneral. Recien dado de alta i cuando estaba ya en todo su vigor la Ordenanza Jeneral del Ejército, solicitó el jeneral O'Higgins sus sueldos atrasados; i el Gobierno no pudo absolutamente hacer otra cosa que cumplir con un artículo de la Ordenanza, negándose a esa peticion; mgno había llegado aun a manos del jeneral O'Higgins el decreto del Gobierno de Chile, cuando éste habia ya pasado a las Cámaras un proyecto de lei, concediendo sueldo tanto a ese como los demás jenerales que se dieron de alta; i no estoi bien si en los preliminares de ese proyecto se espresa que todos esos jenerales iban a percibir sólo el sueldo de retiro, por no encontrarse la Nacion en circunstancias de hacer mayores sacrificios por los héroes de su independencia. De estos antecedentes deduciré que las disposiciones citadas por el señor Diputado autor de la oposicion, no pueden servir de fundamento para negar al jeneral Blanco lo que con títulos justos solicita.

Antesdeentrar en el fondo de la cuestion, tengo necesidad de emplear mis débiles fuerzas para vindicar al Gobierno de una imputacion que se le ha hecho. Accediendo a la peticion del jeneral Blanco, se ha dicho, parece que se cuida poco del arreglo del ejército; i este descuido pudiera ser mui perjudicial. Imputacion es ésta, señor, que me será tanto mas fácil destruir cuanto que en esta o en la próxima sesion, se leerá en la Cámara un mensaje en que el Gobierno propone a las Cámaras el arreglo que desea el señor Diputado preopinante; mas no un arreglo tal que obligue a los jenerales a ir a las provincias a disciplinar el ejército.

El señor Vial. —Yo no he dicho disciplinar!

El señor Irarrázaval. —¿No ha dicho V. S. disciplinar?... i ¿cómo ha dicho?... Yo no uso de la palabra disciplinar en la significacion técnica de la milicia, sino en el sentido de arreglar, ordenar. Digo pues que seria mui triste para un jeneral verse precisado a vivir en un rincon de la República, en Valdivia o Chiloé al ménos, esperando el caso en qué poder ser útil. No me