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CÁMARA DE DIPUTADOS

cion, por mui lijero que se ande ha de sufrir retardos i la Lejislatura debe cerrar en breve sus sesiones, me propongo pedir se autorice al Presidente de la República para expedirlos por sí, durante el tiempo que la autoridad lejislativa esté en receso.

Del mismo modo es preciso de terminar la clase de dependencia que los Capitanes de puerto deben tener en la Comandancia Jeneral, i este asunto, como la regularizacion de otros muchos incidentes del departamento, serán materia de los trabajos de la futura direccion de Marina.

No entra, por ahora, en las miras del Gobierno, la construccion de grandes almacenes navales, ni su provision de municiones i pertrechos.

Rste seria un gasto superfluo en el estado de la Escuadra, e inútil, porque sin invertir las sumas que tales obras requieren, podemos surtir los buques de guerra a medida que lo necesiten en los almacenes particulares de Valparaiso, con ventaja de precios, así como se surten las naves de las potencias europeas que navegan en estos mares.

Pero sí parece indispensable comprar un buque de vapor o dos menores de vela para el destino de guarda costas i correos.

El Gobierno se ve obligado a veces a fletar bueques mercantes que absorben en gran parte los ahorros mal entendidos que se obtienen, privando a la suprema autoridad de la República de sus medios de accion.

Esta necesidad es mucho mas imperiosa desde que la goleta Colocolo se inutilizó para el servicio i fué preciso enajenarla.

En suma, el Gobierno se ha propuesto mantener una Marina proporcionada a las necesidades i recursos de un pais naciente pero compuesta de buenos elementos i arreglada bajo un sistema regular que garantice su prosperidad futura.

Fl órden es el fundamento de toda fuerza, es el alma de la disciplina, i nada habria que pudiese justificar el desgreño de nuestro servicio naval por mas pobre i reducido que se le suponga.

Si por desgracia se viese la República en el caso de aumentar sus fuerzas marítimas por una de aquellas pertubaciones que sufren las relaciones amigables de los pueblos, no habria la nesesidad mas de una vez sentida, de prodigar en confusion las rentas públicas, sino que bastaria dar ensanche a los elementos de defensa que tuviésemos.

Me lisonjeo de que el Congreso penetrado de estos mismos principios, prestará su aprobacion a las partidas del presupuesto que he presentado para los gastos del departamento.

Por lo que respecta a la marina mercante, tengo el sentimiento de anunciar que no continúa en la rápida progresion que habia tomado en años anteriores. Es cierto que está sujeta en su desarrollo al comercio nacional a quien sirve de vehículo i que no seria prudente esperar en ella el instantáneo acrecentamiento a que la industria del pais no se presta. Sin embargo los buques nacionales, cuyo número alcanza a ciento tres, frecuentan mas que los de ninguna otra de las Repúblicas americanas las costas del Pacífico, cruzan el Océano hasta las colonias inglesas de nueva Holanda, doblan el Cabo para visitar las costas del Uruguai i del Brasil i se presentan tambien en los primeros puertos de Europa.

Se han tomado algunas providencias en beneficio de la marina mercante; i entre ellas mencionaré la publicacion de una carta de todo el litoral de la República, en grande escala, que el Gobierno habia obtenido por obsequio del capitán Fitz-Roy. encargado de la espedicion científica de la Beagle; i el reconocimiento del puerto de Curanipe en la provincia del Maule que se anuncia como mas cómodo i seguro que el de Constitucion, cuyos inconvenientes son demasiado conocidos. En fin, se han dado reglas para la descarga del lastre de las embarcaciones, que, por un abuso mui perjudicial para los puertos, se hacia en el fondeadero mismo con notable desmejora del local. Esta providencia debe mirarse como parte del reglamento de policía de los puertos que el Gobierno se propone espedir.

No debo terminar esta esposicion sin hacer una recomendacion especial de la Comisaría de Marina. Esta oficina, talvez una de las mas laboriosas que haya en la República, ha desplegado constantemente un celo por el servicio publico i tal intelijencia en sus operaciones, que se ha hecho acreedora a la consideracion del Gobierno. Ella es el alma de la Marina en el estado presente sin la que habrían dejado de existir tiempo ha los informes elementos que llevan aquel nombre. En ella se reconcentran, no sólo los trabajos peculiares del ramo, sino todo lo que corresponde a la milicia de tierra, i aun estiende sus servicios a otros ramos incoherentes de que el Gobierno le ha encargado. A pesar de esto los sueldos de sus empleados son reducidos e injustamente inferiores en proporcion a los que se pagan en la Aduana de Valparaiso i en otras oficinas de su jerarquía. La agregacion hecha últimamente a la plaza de Valparaiso en los departamentos de Quillota i Casablanca, ha reagravado sus tareas i parece equitativo aumentar tambien su recompensa.

Santiago, 28 de Agosto de 1843. José Santiago Aldunate.


Núm. 290

Excelentísimo señor:

Salvador Puga, Coronel de Caballería de Ejército, retirado, a Vuestra Soberanía respetuosate espongo: que a consecuencia del Decreto Supremo, que acompaño orijinal, se me hizo esten