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SESION EN 21 DE AGOSTO DE 1843

rú, de lo que ha sucedido en el Gobierno del Perú, i quien amoneste al Gobierno del Perú para que nos pague pronto, i no un ájente lleno de títulos i de campanillas.

El señor Irarrázaval. Me parece que si hai un pueblo de la tierra en el que nos veamos obligados a mantener por ahora un empleado diplomático, es el Perú.

He aquí la proposicion que me propongo demostrar contestando al señor Diputado preopinante. En efecto, señor, no hai un pueblo con que nos liguen mas relaciones tantos políticas como ecorómicas i comerciales.

Por los mismos motivos que ha espuesto el señor Ministro para manifestar que nada pidió de nuevo cuando solicitó la dotacion de un escribiente del fiscal de la Corte de Apelaciones, no la ha tomado en consideracion; i es bien estraño i aun ignoro con qué objeto ha podido hacerse esta alusion.

Estraño también la alusion que ha hecho el señor Ministro a los soldados del tiempo de la conquista i que haya dicho que estaría bien pedir el aumento de sueldo al que necesita tener el apoyo de la fuerza. Son bien conocidas mis opiniones para que me empeñe demasiado en rebatir esta increpacion. Pudiera hacer otras de igual naturaleza; pero serian igualmente injustas.

Ni mi situacion ni mis ideas me permiten aspirar al despotismo ni a que se cree i paguen las columnas en que debe apoyarse, Mui al contrario, he pedido el cumplimiento de la carta constitucional, la observancia de los derechos que esta concede a todos los ciudadanos, i que no se violen, porque las personas a quienes se hace sentir su inobservancia, no pueden alzar la voz, ni encontrarán muchos ecos que apoyen la defensa de sus derechos. He pedido la proteccion de los derechos del ciudadano desgraciado, i nunca imajiné que por esto, pudiera hacerse una alusion tan injusta como ofensiva.

Si porque el soldado puede hacer mas uso del dinero, estamos autorizados para privarle de él, ya podia autorizarse toda violacion de la propiedad. Con igual motivo podríamos privar al jornalero, al artesano i al labrador del premio de sus servicios, de su trabajo, porque sin duda dan a este el mismo destino que el soldado. Se pide la creacion de establecimientos donde el soldado pueda descansar cuando se encuentre agravado con sus fatigas i se niega el pago del establecimiento donde debe curarse sus heridas. Esto es injusto e inhumano.

Por otra parte no hai pais alguno con quien tengamos pendientes mas asuntos de interes particular que el Perú. Daré una idea sucinta de ellos para que la Cámara pueda formarse juicio.

En primer lugar la liquidacion i pago de millon i medio de pesos con sus intereses. Sabido es que han tiascurrido veinte años sin que siquiera se haya liquidado tan justo crédito, lo que es debido principalmente a mi modo de ver, a las circunstancias deplorables del Perú. Es necesario pues ajitar un negocio de tamaña importancia; ya aprovechándonos de circunstancias favorables, hemos logrado que el Gobierno del Perú se preste a ocuparse actualmente en él de consuno con nosotros, i creo que mui luego tendremos la satisfaccion de verla concluida.

(Se continuó relacionando otros muchos negocios que tiene Chile pendientes con el Perú, ya sobre reclamos nacionales, ya de particulares, i siguió así:)

Pudiera citar otras tantas reclamaciones talvez; seria largo también referir los ataques intentados contra varios chilenos, i que, gracias a ese centinela que tenemos ahí, no se han realizado, sobre lo cual el Gobierno no deja de oficiarle continuamente para que proceda con la necesaria actividad i enerjia. I ¿se creerá todavía que en tales circunstancias, en el estado actual de las cosas pudiésemos retirar la Legacion del Perú?

¿Cómo seria posible mandar, según se ha dicho, un procurador secreto? Este procurador secreto no podría sacarse de hombres que por sus conocimientos i relaciones, pudiesen llenar tales miras. Yo convendria con otro señor Diputado en que debia sólo haber en el Perú un Encargado de negocios, pero cuando el Ministro Plenipotenciario actual tiene adelantadas todas las importantísimas negociaciones, no seria prudente retirarlo para que fuese subrogado por un funcionario de ménos carácter, como puede i debe serlo dentro de algún tiempo. Yo deduzco la necesidad de mantener la legacion de que tratamos, valiéndome del mismo principio por el que se combate esta necesidad. Esta misma instabilidad del Perú, haria que no supiésemos los hechos hasta despues de consumados, i bien se vé que nos espondríamos así.

Se ha dicho que no sacamos nada con tener un ájente en el Perú, encargado de cobrar la deuda; porque no tiene con qué pagar; pero ¿no i podria suceder mui bien que las circunstancias del Perú, variasen de un año a otro, de un mes a otro i que nos viéramos precisados a entrar en liquidaciones engorrosas i difíciles de aclarar, cuando otro debia ser nuestro objeto? ¿No será mejor que el Gobierno del Perú reconozca desde luego al ménos que debe a Chile 4, 6 o 10 millones de peso;? De aquí deduzco que aun suponiendo que el Gobierno peruano no tuviera como pagar (advierto que esta es una mera suposicion) no debemos despreciar esos prontos arreglos. Talvez me he estendido mas de lo que debiera. Resumiré sucintamente mi opinion. Creo que los intereses tanto jenerales como particulares de Chile, exijen por ahora que subsista la legacion que retenemos en el Perú; he dicho por ahora, porque creo con un señor Diputado que bastará despues que mantengamos allí tan sólo un Encargado de negocios.

El señor Palazuelos. Yo no sé señor, pero a mí