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CÁMARA DE SENADORES

decir nuestras instituciones i destinarnos un porvenir tranquilo.

Este suceso, de que todavía no tiene el Gobierno noticia circunstanciada, debe sernos doblemente satisfactorio por la facilidad que nos dará para conducir a un término honroso la cuestion pendiente con la República peruana, asentando sobre bases sólidas nuestra seguridad esterior. Recibid mis felicitaciones.

Santiago, Setiembre 14 de 1836. —Joaquín Prieto. Diego Portales.


Núm. 235 [1]

Por el parte circunstanciado que me ha pasado el comandante de la fragata de guerra Monteagudo, don Manuel Diaz, i que acompaño orijinal, se impondrá V.S. de los acontecimientos que han tenido lugar durante la campaña a que fué destinado este buque.

Al trasmitir a V.S. este documento, es de mi deber recomendar al Gobierno la buena comportacion, intrepidez i patriotismo del comandante de la Monteagudo i demas oficiales i tropa destinados a obrar contra los anarquistas en Chiloé.

Dios guarde a V.S. —Comandancia Jeneral de Marina. —Valparaiso, Setiembre 14 de 1836. Ramon Cavareda. —Señor Ministro de Estado en el Departamento de Marina.


Núm. 236 [2]

}El 17 del pasado, cuatro dias despues de haber zarpado de este puerto, toqué en la isla de Juan Fernández con el objeto de reconocer este presidio, en cumplimiento de la órden verbal de V.S., i lo verifiqué en dos dias de calma que impidieron avanzar la navegacion con destino a Chiloé; el 19 seguí este rumbo i avistamos la tierra el 28 a las once i tres cuartos de la mañana; se reconoció la punta de Huachicucui; a las tres i media de la tarde pasamos por el Castillo de la Corona i en este punto se observó que había una bandera blanca; mandé echar una chalupa al agua con el teniente de marina Bustos i cinco individuos de tropa al mando del teniente Espejo, con el fin de adquirir noticias; volvió a las cuatro i media trayendo al comandante de dicha fortaleza; por él supe que el Castillo de Agüi estaba guarnecido con cien hombres; que en el muelle de San Cárlos había una batería barbeta de ocho cañones de a 24, i que se hacían preparativos para armar dos buques de comercio. Seguí a San Cárlos i a tiro de fusil de la fortaleza de Agüi recibimos un bote mandado por el guardian del Orbegoso que venía en calidad de práctico, i ordenando como tal algunas maniobras a la Monteagudo, se ejecutaron puntualmente, lo que inspiró al práctico la suficiente confianza para saltar a bordo, darnos la señal de un cañonazo para no ser ofendidos por la artillería de Agüi, i para gritar sobre cubierta: «Viva el Jeneral Freire.» La corriente en estas circunstancias estaba en toda su fuerza i fué preciso fondear en la isla de los Cochinos, a las once de la noche.

En este estado, me determiné a tomar los fuertes de Agüi i Balcacura i abordar los buques, para lo que, no debiendo perderse momentos, mandé preparar las embarcaciones, i durante esta operacion, que se ejecutaba a las doce i media de la noche, recibimos otro bote que conducía una carta de Freire a Puga, felicitándole por su arribo. Empezó la vaciante i mandé dos embarcaciones al mando del teniente de marina Bustos i el piloto 2.º Mebon, tripuladas con doce marineros i doce hombres de tropa a las órdenes del teniente Espejo i alferez Arancibia para abordar los buques.

En seguida, se dirijió la lancha a tomar las fortalezas, tripulada con doce marineros i cuarenta i dos hombres de tropa al mando del comandante Cuitiño, que llevaba bajo sus órdenes al capitan Hinojosa, al alferez Dias i al empleado don Rafael Rodríguez, que espontáneamente quiso participar de esta fatiga.

A la una, puse la fragata con direccion a la bahia con el objeto de protejer la retirada en el caso de un mal éxito; pero, a las tres i media de la mañana, el Orbegoso, la Elisa i las fortalezas estaban en nuestro poder sin que esta adquisicion costase una gota de sangre.

A la salida sufrieron los buques un vivo fuego de la batería del muelle que nos echó a pique dos embarcaciones menores; el Orbegoso recibió siete balazos i la goleta Elisa cinco, pero sin grave daño.

El 29, me mantuve con todos los buques a la espectacion de lo que ocurriese en tierra, i en la noche vinieron a bordo el capitan del puerto de San Cárlos, Williams i el de corbeta Enson, instándome el primero para que emprendiese un combate. Pero, haciéndome sospechar la naturaleza misma del consejo i otros antecedentes, que su objeto era divertirnos para proporcionar la evasion de Freire en un buque ballenero que estaba fondeado en el puerto, me mantuve siempre en observacion.

En la mañana del 30, tuvimos la noticia de que los milicianos que había reunido Freire i mantenía encerrados en el cuartel, rompiendo las puertas, salieron dando gritos de «Viva la Independencia de la República, Viva el Jene

  1. Este documento ha sido trascrito del periódico El Araucano, número 315, correspondiente al 16 de Setiembre de 1836. —(Nota del Recopilador.)
  2. Este documento ha sido trascrito del periódico El Araucano, número 315, correspondiente al 16 de Setiembre de 1836. —(Nota del Recopilador.)