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CÁMARA DE SENADORES

dez del soldado chileno; ilustró los fastos de la historia con uno de los hechos de armas mas portentosos que vieran los Estados de Sud-América i pulverizó, por último, el nefando poder que amenazaba destruir sus instituciones e independencia. Esta es en compendio la grandiosa obra a que Chile dió principio en Octubre de 1836, i completó con esplendor en Ancach el 20 de Enero de 1839.

Con la llegada de tan plausible noticia, se disolvieron varios cuerpos de infantería i caballería últimamente formados i próximos a partir en auxilio de sus compatriotas.

La gratitud i la justicia aunadas exijían que la nacion recompensase los distinguidos i señalados servicios de los jefes i oficiales que se hallaron en la célebre jornada, que ha restituido a la patria la paz mas venturosa. En este concepto, elevó a la dignidad de Jenerales de division a los que fueron de brigada don Manuel Búlnes i don José María de la Cruz, el primero en jefe del Ejército i el último jefe del Estado Mayor del mismo, i confirió a los demás un grado sobre el que ya poseían, distincion verdaderamente honrosa por haber sido adquirida en una de las mas heroicas batallas. A mayor abundamiento, el Gobierno ha creido que debía concederles, también, un signo mas ostensible de su valor, para perpetuar el recuerdo de tan insigne victoria, decretando, en 28 de Marzo último, una medalla de oro costeada por el Tesoro Público.

Los relevantes servicios del Jeneral en jefe en el curso de tan gloriosa campaña, los desvelos, fatigas, riesgos i sacrificios de todo jénero para asegurar su feliz éxito, i sobre todo, el imponderable mérito contraído en la, para siempre, memorable batalla de Yungai, son títulos bastante poderosos para que el Gobierno, a nombre de la nacion que representa, distinguiese particularmente al esforzado Capitan que condujo las huestes vencedoras, i ha dado tantos dias de gloria a la patria. Al efecto, espidió el decreto fecha 1.º del citado mes, obsequiándole una espada de honor con la empuñadura guarnecida de brillantes, que aunque su costo no pasa de 3,000 pesos, tiene el inapreciable valor de ser el emblema del que desplegó denodadamente en defensa de la soberanía nacional.

El Gobierno del Perú ha querido también dar muestras de agradecimiento a los bravos que tuvieron la gloria de conquistar su independencia, honrando con grados i condecoraciones a los que han tenido parte en las notables acciones que han ocurrido durante la última guerra. Como sus deseos no podían tener efecto, sin que recayese la aprobación del de la República, en conformidad de lo que la Constitucion establece a este respecto, ha crudo justo deber acceder a las instancias que, por el primero, le han sido dirijidas solicitando la admision de las espresadas distinciones. Los que han inmortalizado la patria de los Incas, con los memorables combates de Guias, Matucana, Puente de Buin i otros de mayor nombradía, ciertamente merecen llevar un testimonio que acredite en todo tiempo la intrepidez i denuedo con que arrojaron de aquel suelo al despotismo estranjero.

E1 título de Gran Mariscal de Ancach recordará una de las mas espléndidas victorias alcanzidas por las armas de Chile, bajo la direccion del Jeneral que lleva nombre tan esclarecido.

En medio de las graves atenciones que demandaba una guerra que afectaba esencialmente a los intereses mas vitales de la nacion, el Ministerio de mi cargo no ha de atendido el importante objeto de dictar cuantas providencias ha creido oportunas para el mejor arreglo de la fuerza armada.

La Academia Militar, despues de haber pro porcionado un número de oficiales capaces de ocupar las vacantes de los cuerpos, ha sido disuelta, lográndose con esta económica medida reducir los gastos del Erario. Para reemplazar en parte la falta de aquel establecimiento, se ha dispuesto que en cada compañía de los cuerpos de las diferentes armas que componen el Ejército, se admita un cadete con el sueldo de diez pesos mensuales, con la precisa circunstancia de reunir las calidades que la lei del caso determina. Como, sin establecer un plan de estudios elementales, no puede conseguirse que los de esta clase adquieran aquellos conocimientos tan necesarios a los que están destinados a recorrer la escala de los diferentes grados del Ejército, se ha ordenado que en cada cuerpo haya una escuela ile enseñanza bajo la direccion de un oficial idóneo, con la obligacion de instruirles en las materias que espresa el título de ordenanza que trata de su admision. Sin estas preliminares nociones no podría contarse con oficiales que desempeñaran correspondientemente las varias comisiones del servicio que deben cometérseles en las distintas épocas de su carrera militar.

No habiéndose dictado ántes de ahora la lei que debía designar el premio que los oficiales del Ejército tienen derecho a optar en los diversos períodos de su vida, i especialmente cuando el estado de su salud no les parmite continuar sirviendo activamente, ya sea por edad avanzada o por heridas causadas por la guerra; el Gobierno, en la obligacion de atender a esta parte escojida de la nacion, no habría cumplido con uno de sus principales deberes, si no hubiera provisto oportunamente a esta necesidad. Al promulgar el reglamento de retiros, espedido en 26 de Abril último, ha sido impelido por el sentimiento de la mas estricta justicia. Verdad es que la antigua lei española, vijente ántes de ahora, no ofrecía a los interesados las ventajas que les concede la últimamente publicada; pero, teniendo presente que el Ejército ha contribuido eficazmente a la emancipacion política del pais, i a que en todos tiempos debe ser uno de los primeros sustentantes de las instituciones que le