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CÁMARA DE SENADORES

de probanzas el abismo de la verdad i el azote de los reos. No solo no se menciona en ella la publicidad de las pruebas, sino que se ordena el secreto terminantemente por una lei de partida, i se priva al juez de una porcion de datos que en ese sistema inquisitorial de probanzas es imposible proporcionarse; i es desconocida también la facultad de aprovecharse de las circunstancias pasajeras, que el exámen de un testigo puede presentar como favorables a un acusado. Nadie mas interesado que el inocente en destruir una calumnia, por medio de una escrupulosa indagacion; i el inocente tiene que confiar, según nuestras antiguas leyes, este ramo importante de su defensa, a un juez que, por sabio e íntegro que sea, carece de ese vivo ínteres individual, que como el ájente mas poderoso de toda accion humana, debe ser el mas ilustrado mentor de las indagaciones. Ningún chileno, que conozca el precio de los derechos civiles i los medios que la ciencia de la lejislacion presenta como unas a propósito pata su conservación, podrá dejar de desear que llegue el momento en que estas instituciones se hagan transcendentales a toda especie de procedimientos criminales, al considerar que la esperiencia las ha señalado como las garantías mas positivas del ciudadano en los paises clásicos de la libertad civil.

¿Qué mas podía hacer la asamblea lejislativa mas entusiasta por los principios, que establecer tribunales i procedimientos por los que quisieran ser juzgados todos los hombres inocentes? ¿Habrá uno solo de ellos en Chile que, si se ha envuelto en una causa criminal, no quiera ser sometido a la condicíon de los conspiradores? ¡Raro fenómeno! ¡El poder estraordinario es reputado como el verdugo de la libertad; i la libertad nace en Chile a la sombra del poder estraordinario. Esta observación será el martirio de los Gobiernos que quieren ahogar en sangre la indignacion que excitan sus abusos, i sería también el de los pocos enemigos del órden interior, si nuestra administracion tuviese la desgracia de contar entre ellos algunos hombres pensadores.


Núm. 478

La Cámara de Diputados, en sesión de 15 del corriente, ha elejido para Presidente al que suscribe i para Vice al señor don Domingo Eyzaguirre.

Dios guarde al señor Presidente. —Santiago, Julio 17 de 1839. —J. JOAQUIN PÉREZ. Rafael Valentín Valdivieso,diputado secretario. —Al señor Presidente de la Cámara de Senadores.


Núm. 479 [1]


Sesion del 18 de Julio

Leida el acta de la sesión anterior, se procedió a la lectura de varios proyectos, entre ellos, uno pasado por el Gobierno, derogando la lei de los consejos permanentes, atendida la desaparicion de las causas que motivaron la creacion de estos tribunales; i en seguida, se leyó una mocion sobre suprimir los empleos de portero i sirvientes de la Sala. El señor Presidente puso a discusion esta última, con preferencia al célebre e importante proyecto de Lei de Imprenta. Algunos de la barra esperaban que, sin debate alguno, se aprobase o desechase una proposicion, que no debía ocupar el pensamiento de la Sala. La cuestion de un portero i un sirviente es un asunto bien miserable, repetían muchos, para que los señores Senadores empleen sobre ellos sus discursos. Pero, cuál fué su sorpresa al ver que un señor Senador, que quizá no había tomado la palabra en las sesiónes anteriores sobre el famoso proyecto que tiene fijada la atencion pública, fué el primero en pedirla; i dijo: la supresion de estos empleados tan necesarios para el servicio mecánico de la Sala no debiera aun proponerse.

¿Quién no está convencido de la necesidad de estos destinos consagrados al aseo i decencia del primer cuerpo de la nacion? Todos los Ministerios tienen un portero, que cuida de la limpieza de las oficinas i del servicio personal de los empleados, i sería mui estraño que los Senadores, representando la paite mas noble de la soberanía nacional, no tuviesen de quien valerse en sus exijencias mecánicas. Si se dice que es necesario economizar rentas al Estado, también debiera suprimirse el Ministerio de Gracia i Justicia, sin el que marchaba en otro tiempo la República. I cómo por economizar dos sueldos miserables, se quiere privarnos de dos funcionarios encargados de la policía de la Sala? ¿Se quiere que un peon cualquiera pase a presencia del primer cuerpo del Estado a espavilar las velas, o a ejercer cualquier servicio que se le exija? Ademas, estos destinos pueden darse a los inválidos. El oficial de Sala, encargado de la alta comision de citar a los Senadores, no debe ocuparse de funciones tan bajas, como contrarias a su dignidad. Opino, pues, por la permanencia de portero i sirviente.

En seguida, tomó la palabra otro; señor Senador i dijo:

Desde que murió el primer portero de la Sala, Márcos Gana, que trajo un sirviente sin duda para dividir con él sus trabajos, no se le ha hecho un nuevo nombramiento, i sin embargo, mui bien que hemos pasado sin el tal portero. El sirviente sigue funcionando; no sé, pues, cual es el objeto de la presente discusion. Tampoco hai acta don

  1. Este artículo ha sido trascrito de El Diablo Político núm. 7, de 27 de Julio de 1839. —(Nota del Recopilador.)