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SESION DE 26 DE AGOSTO DE 1840

han sido hasta ahora infructuosos; i las demostraciones de amistad i benevolencia que recibimos del Gabinete ecuatoriano, alejan todo recelo de que se les permitiese inquietar a los otros paises, abusando del asilo que se les ha concedido en aquél. El Gobierno del Ecuador espidió una mision con el objeto especial de solicitar, aquí i en Bolivia, la restitucion de los bienes del ex-Protector; i Chile ofreció recomendar esta medida con algunas modificaciones que, en el estado de las cosas, le parecieron absolutamente necesarias.

Un ajente del Gobierno ha continuado en Lima las jestiones concernientes al ajuste final de la expedicion restauradora i un Ministro, que saldrá dentro de poco para el mismo destino, pondrá fin a este asunto i entablará negociaciones para el arreglo i liquidacion de lo que debe la República peruana a la nuestra. El Encargado de Negocios de Chile en Bolivia se ocupa en un objeto análogo; i ámbos Ministros tienen la comision especial de estipular tratados de amistad i comercio con los respectivos Gobiernos.

Se miran con una exajerada prevencion los tratados, pero sí no podemos ménos de cultivar relaciones con otros pueblos, si tenemos puntos de contacto inevitables, en intereses comunes con ellos, necesario es tambien establecer de común acuerdo reglas claras i precisas que regularicen estas comunicaciones, este cambio de productos, que tanto contribuye al desarrollo de la prosperidad de cada suelo, i el cambio no ménos importante, de buenos oficios, que hace de todas las naciones civilizadas una sola familia. Aun prescindiendo de cuestiones e intereses locales que no pueden dirimirse ni arreglarse, sino por medio de pactos, el derecho internacional no es interpretado uniformemente en todas partes i es indispensable establecer, por medio de convenciones especiales, reglas fijas sobre los puntos controvertidos. Los principios que Chile ha adoptado para sus estipulaciones políticas i comerciales, esclusion de privilejios odiosos, reciprocidad completa i duracion limitada, dejarán reducidos a límites mui estrechos los inconvenientes que pueden resultar de los tratados, i harán preponderar con mucha ventaja sus efectos benéficos.

Nada seria mas indigno de nosotros que esa indiferencia i alejamiento que irreflexivamente recomiendan algunos, para con los demás Estados, i en especial respecto de nuestros vecinos. Hai un medio entre el aislamiento, que condenan a una la humanidad i la verdadera política, i la intervencion en los negocios puramente internos de las otras naciones. El Gobierno, en sus relaciones esteriores, ha procurado no desviarse jamas de esta línea, i permanecerá constantemente en ella.

Fieles a estos sentimientos no era posible que mirásemos, sin la mas profunda simpatía, la situacion de la República Arjentina, en sus desavenencias con una nacion poderosa, que bloqueaba sus puertos i costas, i anunciaba actos vigorosos de hostilidad, de que hubieran podido orijinarse consecuencias altamente sensibles. Se habían frustrado mas de una vez las tentativas hechas por una i otra parte para poner fin a un estado de cosas tan ominoso, i veíamos con dolor cerradas las negociaciones entre los contendientes i con tanta ménos esperanza de que se renovasen, cuanto parecía oponerse a ello un sentimiento natural de repugnancia a dar el primer paso despues de tantos otros, que solo habian servido para agriar los ánimos i alejar el avenimiento deseado. Se indicó entónces a nuestro Gobierno, por el señor Cónsul Jeneral de Francia, el buen efecto que podria producir la intervencion de un tercero, que acercase de nuevo a los representantes de la Francia i al Gobierno de Buenos-Aires i provocase nuevas espiraciones, que por el aspecto de las cosas era de esperar condujeran a un resultado satisfactorio. Se solicitó nuestra interposicion con este objeto i no era posible rehusarla. No se trataba de una mediacion en el sentido propio de esta palabra. Semejante paso, en una cuestión en que ya había intervenido una potencia de primer órden, habria dado justo motivo de pensar que el Gobierno de Chile había formado un concepto muí exajerado de su posicion política.

Procediendo con su modestia i circunspeccion habituales, se ciñó a encargarse de los buenos oficios que se solicitaron i a que debía preceder la aceptacion espresa del Gobierno de Buenos-Aires i del Ministro francés en Montevideo. La llegada del Almirante Dupotet a las aguas del Rio de la Plata con nuevas instrucciones de su Gobierno, i los sucesos que se siguieron a ella, i de que el Congreso está instruido por los papeles públicos, han hecho ya innecesario este paso.

Remitiéndome a la Memoria del Ministerio de Hacienda, por lo tocante a las discusiones pendientes con los ajentes británicos, sobre el empréstito de Lóndres, me es grato concluir la presente repitiendo a las Cámaras, que no existe ningún motivo de temer que se interrumpan nuestras relaciones de paz i amistad con los otros Estados; i que la buena fé, justicia i liberalidad con que las cultivamos, nos dan derecho para prometernos igual correspondencia de su parte.

Tengo la honra de presentar al Congreso el presupuesto del próximo año económico para el Departamento de Relaciones Esteriores.

Santiago, 20 de Agoste de 1840. — Joaquín Tocornal.