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COMISION CONSERVADORA

José Copola, conocida bajo el nombre de fonda francesa, media cuadra de la Merced. En ella permanece hasta ahora como yo que estaba alojado desde mi entrada en Lima, un dia antes que él.

Tambien es notorio que, desde el 1.º de Febrero, ha llevado el periódico titulado El Globo, en el que ha criticado las providencias administrativas del Gobierno; i por último, después de algunas insinuaciones que se manifiestan en varios números del mismo papel, por el del 23 aparece que un dia o dos antes de la llegada de vuestro Mercurio está intimado salir fuera del país. La órden aun no está revocada, ¡i quien sabe, señores, si vuestro Mercurio contribuya a hacerla inexorable, apesar de que el se ha enteramente decidido a una absoluta abstraccion de la política!

¿Si tendrán, señores, que reprenderse a sí mismos vuestros corresponsales el haber concurrido, por su indiscreta lijereza en escribiros, al infortunio de un hombre desgraciado en sus mas aflijentes circunstancias? No lo permita Dios i quiera mas bien mover el equitativo cotazon del señor Presidente de esta República en su favor, puesto que ya no puede ser del menor perjuicio, separándose de toda intervencion directa o indirecta en el actual órden de las cosas.

Después de todo esto, ¿habrá quién pueda pensar todavía que el señor Gamarra pagase su dinero para que hablasen tambien contra sus medidas gubernativas? Yo creo que ni aun vuestros corresponsales se atreverán ya a decirlo, si su temerario empeño no les ha prostituido hasta el fango de las mayores vilezas.

Está mui bien que vuestro señor Presidente don Joaquin Prieto jamás haya desmerecido la estimacion pública que, vuestros corresponsales dicen, se puso adquirir como bueno i honrado militar; como patriota distinguido i como ciudadano virtuoso; pero es mui estraño que, cuando ellos asientan que si en una época no obtuvo las confianzas del Gobierno, vivió relegado al olvido por la nota de amigo de don Bernardo O'Higgins; i que si esta solo pudo perjudicarle, ya reconocerá cuan poco digno ha sido de su aprecio el que después de haberle dañado con la influencia de su nombre como amigo , se ha convertido en protector del que le calumnia vilmente; puesto que si los ataques del sucio Espectador, como dicen vuestros corresponsales, al Jeneral Prieto, no los aprobase O'Higgins, no franquearía su casa i su mesa a Chappuis, su adecuado amigo; pero, sin embargo, no se atreven a decir que aquél pague a éste ni que esté devorado de una envidia que no puede disimúlar para maquinar contra el ilustre Jeneral Prieto; i estas dos imputaciones se las hacen mas bien al señor Gamarra. Esto sí es peregrino. Cansa ya examinar tan en detalle la conducta de los corresponsales. Ya siento el haberme metido en ello; pero, sin embargo, es preciso continuar al menos por si consigo que, en lo sucesivo, se eviten tan temerarias imposturas i que sean mas circunspectos los hombres que se atreven a presentar al público sus producciones. ¿Por qué motivo puede tener envidia el señor Gamarra al señor Prieto? ¿Ha sido jamás su rival? ¿Han estado alguna vez juntos en campaña? ¿Se conocen ni aun de vista? ¿No son ambos Presidentes cada uno en su respectiva República? El de ésta no tiene treinta mil pesos, segun creo, de renta anual, cuando el otro solo goza de doce? Para que haya lugar a envidias es preciso suponer algunas ventajas en el envidiado, i por lo espuesto, yo no diviso ningunas en vuestro señor Prieto, i deseo que Uds. tengan la bondad de apuntármelas. Si es cierto lo que Uds. dicen en su nota editorial que allá circulan libremente las filípicas de aquí contra ese Gobierno, tambien corren en Lima las horrorosas de allá; i si no traslado a las lástimas, con la agregacion de que aquí se escribe contra el Gobierno mismo, casi directamente o en términos alegóricos, como deben Uds. haberse desengañado leyendo El Telégrafo i El Penitente, fuera de otros muchos papeles sueltos que hasta los muchachos pregonan por las calles, cuando en los periódicos de Chile novemos mas que elojios i milagros del gobernante. Mucho mas podría decir, pero temo ofender talvéz a mi inculpable país, i esto sería mi mayor sentimiento.

Tambien se hacen cargo los corresponsales del periódico titulado La Verdad, de 9 de Febrero; i sin conocer que el artículo a que se diríjen es del andaluz don José Joaquin Mora, como se los probaré mui luego, se contraen a lo que no deben, injuriando a los peruanos en jeneral i mui en particular a uno de los mas respetables, i se desentienden ellos i Uds. SS. EE. de la mas atroz injuria con que aquel hombre ingrato ultraja el honor i bien merecido crédito de nuestra comun Patria.

Nadie me ha dicho que Mora sea el autor del comunicado de La Verdad, ni mucho menos se lo he visto yo escribir, pero por el estilo me parece indudable que él es el redactor, i voi a fundarme para que me digan Uds, si tengo razon o nó. En él son notables las palabras siguientes: desterrados i desvergüenzas —en indecentes bufonadas —muñecos hinchados de orgullo —de aquella caricatura —con esa augusta desnudez del suelo chile no —desplega sus virtudes i su civilizacion —robando vacas —que hacer en sus suntuosas tolderías —estos honoríficos antecedentes —gastado ya el terciopelo —cuya locura estaba demostrada como una proposicion de Euclides —ilustrado pueblo bajo de Valparaiso —el asesinato nacional —los homicidas eran hijos de Arauco, i con decir esto ha dicho todo —usurpadores ambiciosos —desvastadores de su sustancia —entonamiento bufonesco —regateado de precio de la desercion —compañías mercantiles —lójias conspiradoras —bolsas de los monopolistas —trazan sus amos —mas dignos los hombres que rijan la suerte de aquella desgraciada {DatosCL|sesión=2|día=27|mes=9|año=1833|cámara=Comisión Conservadora}}