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GRAN CONVENCION

Europa; [1] resultó su reconocimiento de cien victorias ganadas sobre ellos; de la decapitacion i destronamiento de antiguas dinastías i de un jeneral trastorno. Nunca le fué sinceramente aliada ninguna monarquía, porque siempre se miraba en la existencia de aquella República no solamente un escándalo, sino tambien un instrumento que, tarde o temprano, había de servir para dar por el pié a las monarquías, i talvéz para conducir al cadalso a muchos de los Soberanos que hoi se afanan en consolidar las democracias de América. [2] ¡Qué contraste!

Ayer la existencia de una sola República amenazaba a la de todos los tronos; i hoi aun los mas espuestos, como el actual de Francia, vociferan como un triunfo de política el reconocimiento de la de Haití.

¡Monstruosa contradiccion con los principios adoptados respecto de la España, por la Santa Alianza i por el gobierno de las Tullerías! ¿Será acaso este trastorno de política efecto de haber vuelto de los pasados errores? ¿O qué miras ocultas llevan ciertos Gabinetes en mudar de principios? ¿Se adelantarán ellos mismos a emancipar todas sus colonias, o esperarán a que éstas sacudan el yugo? Dejemos al tiempo el cuidado de descubrir estos misterios. [3]

Mientras que la Europa se apresura a participar del comercio i de las relaciones con la América independiente, no deberá ésta descuidar sus intereses, ni dejar de precaverse contra todo lazo que todavía puede tenderle el espíritu teocrático despótico que aun prevalece en Europa. [4] Las armas de la insidiosa política reemplazarán, sin duda, a las fuerzas con que España la combatía; así no será estraño que en los mismos ejércitos americanos se apoyen los principales elementos, primero de desavenencia i en seguida de hostilidades, unos contra otros i contra la libertad de los respectivos Estados que los tengan en pié.

Terminada la lid con España, ¿qué otra invasion estranjera puede temerse?

Hace luego ver que no puede haber República para mucho tiempo, donde en medio de la paz se mantienen ejércitos, i agrega: las provincias de Norte-América presentan el modelo mas digno de imitacion para las nuevas Repúblicas. Aquellas provincias son libres i ejercen ámpliamente sus funciones soberanas; la Confederacion es un lazo que las une, pero que no las encadena ni las espone a ser presa de un ambicioso. La Suiza presenta igual ejemplo en Europa. De otro modo, ¿cómo habrían existido tanto tiempo?

Contrayéndonos al estado actual de las nuevas Repúblicas de América, [5] se hace forzoso confesar que, a pesar de las mejores ideas e intenciones que, sin duda, animan a los naturales de Colombia, de Chile i del Perú, sus Gobiernos están espuestos a ser los primeros que desaparezcan de la lista de las Repúblicas. Para conservar con mas firmeza, esta clase de gobiernos es indispensable adoptar las bases de Federacion. Los de Norte-América, Méjico, Rio de la Plata i Guatemala, subsistirán como Gobiernos libres, aun cuando las Repúblicas centrales se vean convertidas dentro de poco tiempo, como es mui de temer, en Gobiernos militares, mandados por un solo hombre, cualquiera que sea el título con que éste disfrace su autoridad absoluta de Presidente perpétuo, de Protector o de Dictador, que es el poder mas despótico que se conoce. Es fuerza convenir en que Dictador i tirano, República con Presidente peipétuo, i Monarquía electiva o Gobierno arbitrario, son sinónimos.

El choque entre las Repúblicas centrales i las federales, puede ser tambien dentro de mui poco tiempo otro oríjen de discordia entre los nuevos Estados. Porque ¿cómo ha de ser presumible que los verdaderos patriotas de Colombia i del Perú no aspiren a consolidar la libertad, afianzando las bases de sus Gobiernos,como lo han hecho los de Norte-América i demás Naciones que se han constituido en Estados Federales? ¿Esperarán a tomar esta medida prudente cuando alguno les haya impuesto un nuevo yugo, i mas teniendo, como tienen, tan recientes los ejemplos de Napoleón i de Iturbide? ¿Faltará alguno que emprenda la misma carrera que estos dos déspotas militares, aunque camine por sendas mas largas i disimuladas? ¡Qué de recelos no debe inspirar la conducta de Bolívar en el Perú! [6]


  1. Ni creemos lo sean las de la América.
  2. Partidarios del réjimen unitario, ved los que lo ignoráis, que desde los tronos de Europa viene el malicioso afán de Repúblicas consolidadas. Conocen bien que de ellas a la monarquía no hai mas que un paso, i éste inevitable.
  3. Ya parecen aclarados. La Independencia de América no es fácil contrastarla. Por ahora, réjimen consolidado; después, monarquía.
  4. I que en América empieza a erguir su frente amenazadora.
  5. Escuchad, Lejisladores.
  6. Bolívar eclipsó sus glorias, por su aspiracion a la monarquía Después de su muerte, la opinion ha empezado a uniformarse en favor del sistema federal; i no hai duda que bajo la administracion del digno republicano jeneral Santander, Colombia será numerada entre las Repúblicas que han asegurado su Independencia i libertad, como Méjico, Rio de la Plata i Guatemala.