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SESION DE 23 DE DICIEMBRE DE 1836

públicamente reconocer por un decreto del Gobierno arjentino i por la mas singular anomalía; cuando sabe a ciencia cierta i con datos indudables cuánto se ha trabajado en el Ecuador con el mismo fin, i no dudando de que en la Escuadra enviaban los emigrados peruanos, los elementos de la combustión para incendiar i revolver su pais, miéntras la negociación hacía dormir al Gobierno en el sueño funesto de la confianza; ha llenado su deber para con el pueblo que manda i ante las naciones que nos observan, negándose a recibir una Legación armada de cañones i rodeada de elementos combustibles. Pero, aun dado este paso necesario i que le prescribía su mas sagrada obligación, nos hallamos todavía con medios para evitar nuestras comunes desgracias; i para ello ruego a V. S. se digne escuchar mi proposicion de suspender las hostilidades por solo un corto término, aquel que sea preciso para oir las demandas del Gobierno de Chile i acceder a ellas, si tengo facultades; o para marcharme al Perú a facilitar i traer los medios que sean necesarios para un acomodamiento.


Si el Gobierno de Chile no cree conveniente retroceder en este asunto, ruégole mui encarecidamente tenga la bondad de mandarme dar el pasaporte para mí i mi comitiva, suplicándole al mismo tiempo el que se digne dirijir las órdenes necesarias para que un buque de guerra chileno me conduzca al Callao, no debiendo haber, como es probable, ninguno mercante con dirección a los puertos del Perú ya bloqueados; i pídolo como una cosa mui comunmente practicada entre las naciones en iguales acontecimientos.


Quiera V. S. persuadirse de mi particular aprecio, con el que me suscribo su mui atento i seguro servidor.


Santiago, Diciembre 7 de 1836. —Casimiro Olañeta. -Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores, señor don Diego Portales.


Está conforme. —A. Bello.




Núm. 386

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Número 2.

Señor:


Antes de haber recibido una larga correspondencia de mi Gobierno, que hoi ha llegado a mis manos, anticipé sus órdenes proponiendo ayer al Gobierno de Chile el abrir las negociaciones para poner término a losmales que amenazan a los pueblos.


Dos son las quejas que hace el Gobierno de Chile contra el del Perú: la espedicion del Jeneral Freire i la prisión del señor Lavalle, su Encargado de Negocios. Mi Gobierno me manda asegurar a V. S. que satisfará por lo uno i lo otro, de la manera mas ámplia i completa, si el Gobierno de Chile se halla dispuesto a lo mismo por el modo con que aprehendió los buques en el Callao.


Yo no creo que el Gobierno de Chile se detenga en oir francas esplicaciones, ni en recibir la satisfacción ofrecida, i ménos todavía en que sean aquellas causas leves el verdadero oríjen de esta guerra fratricida. Al Ministro del Perú no se le ocultan los deseos del Gobierno de Chile i por lo mismo, ademas de prestarse a satisfacer por los dos puntos indicados, ofrece firmar una paz sólida, garantida por todos los medios que el mismo Gobierno chileno elija, siempre que sean conciliables con los intereses del Perú i no mengüen en manera alguna su honor.


Sería alucinarse o no conocer a fondo nuestra brillante posicion, el pensar que, agolando las demandas de paz i de concordia, lo hacemos por debilidad o por temor de la guerra. Fuertes por la naturaleza de la causa, robustos por el apoyo de la opinion que nunca abandona la justicia, i vigorosos por la inmensidad de nuestros recursos, insistimos en negociar esa paz; sin la cual las naciones se destruyen aun triunfando, i no nos cansaremos de pedirla en cualquiera circunstancia.


Si, por el contrario, se desoyen nuestras reclamaciones, i si con tenacidad se persiste en la guerra, el Gobierno del Perú la acepta lleno del horror que inspiran los desastres que produce, ofreciendo ahora al Gobierno de Chile por lo mas sagrado: que aun victorioso el del Perú, i cuando despues de inútiles esfuerzos le pidan esa paz que actualmente reclama, nunca exijirá nada humillante, nada indigno de la Nación Chilena. ¡Quiera el cielo, señor Ministro, que yo sea el órgano de estos sentimientos, ya que por desgracia no lo he sido el de reconciliación! Así pagaré la deuda inmensa que he contraído con el pueblo noble que me ha dado una jenerosa acojida.


Tengo, señor, la honra de repetir a V. S. que soi su afectísimo obediente servidor.


Santiago, Diciembre 8 de 1836. —Casimiro Olañeta. —Excmo. señor Ministro de Relaciones Esteriores, señor don Diego Portales.


Está conforme. —A. Bello.




Núm. 387

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Número 3


He tenido la honra de recibir las dos notas de V. S. de 7 i 8 del corriente. En la primera de ellas, manifestándome los deseos de paz de que está animado su Gobierno, i deplorando las calamidades que deberá acarrear a ámbos pueblos