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CÁMARA DE DIPUTADOS

Contaduría Mayor, Mayo 13 de 1825. —Rafael Correa de Saa.


Núm. 130

Santiago i Julio 20 de 1825. —Atendiendo a la imposibilidad que, por su salud destruida, ha justificado el oficial primero de la Tesorería Jeneral, don Ildefonso Redondo, para continuar el servicio de su empleo, vengo en concederle la jubilacion con medio sueldo, conforme a las leyes del caso, pero con la calidad de desempeñar la plaza de contador de diezmos, sin mas sueldo ni gratificacion que el de doscientos pesos anuales, para un amanuense, quedando a beneficio fiscal los un mil doscientos pesos que resultan de ahorro por esta medida económica que se ve el Gobierno precisado a adoptar por las urjencias del Erario, i que por lo mismo espera que, conformándose Redondo con esta calidad puesta a su jubilacion, echará el sello de sus recomendables servicios, que siempre se tendrán presentes, a mas de admitírsele en la oficina de a donde sale, o en otra, siempre que su salud le permita la continuacion en el servicio.

Tómese razon e imprímase. —Freire. —Rafael Correa de Saa.


Se tomó razon en el Tribunal Mayor de Cuentas de Santiago, 22 de Julio de 1825, a fojas 50 del Libro de Decretos, tomo número 25. —Briceño.


Se tomó razon en la Tesorería Jeneral, a fojas 241 del Libro de Decretos número 5, en 22 de Julio de 1825. —Várgas. —Marzán.


Núm. 131

Presenta documentos i pide se le conceda la gracia que solicita.

Excmo. Señor:

Doña Micaela Zuazagoitía, viuda de don Ildefonso Redondo, a V. E. respetuosamente espongo: que el referido mi esposo consagró su existencia al obsequio del Estado. Sus servicios, los mas exactos i puntuales, prolongados por el término de veinticinco años, lo han arrastrado al sepulcro; no me avanzaría a espresarlo si la delicadeza de su puntualidad no fuese conocida al pais en que representa i ha existido. Mas, cuando él ha sido conocedor de sus manejos cuento la satisfaccion de ser el público i aun el Supremo Gobierno de la República corno un garante de mi relato.

La hoja de servicios correspondiente a fojas i del espediente que presento, acredita la variedad de empleos que obtuvo en la Hacienda, ya que por escala fué ascendiendo; pero aun hai mas: a su continuacion aparece certificados competentemente sus comisiones i encargos: en 1804 se le nombró oficial de visita mandada al Hospital de San Juan de Dios; de ella le resultó el nuevo encargo para liquidacion jeneral de censos i formacion de un libro que aun existe i se hace necesario para su intelijencia. El de 1808 erije una junta superior económica para la minoracion de gastos del Erario, quien le nombró secretario suyo. En el de 1813 se le comisionó los pagos de la Tesorería de Armas establecida en esta capital por el Supremo Gobierno. En 1822 se le nombró individuo de la Sociedad Lancasteriana, que asistió i sirvió hasta su disolucion; en Agosto de aquel mismo año fué tambien vocal de la Comision de Hacienda de la honorable Convencion del Estado, que desempeñó por todo el tiempo de su existencia. En el de 1823 obtuvo igual encargo del Soberano Congreso del Estado para Comision de Hacienda. El suplía frecuentemente las ausencias i enfermedades de los señores ministros. Ultimamente él fué llamado a la Comision de Hacienda en el anterior Congreso, en que sirvió de modo que le permitía la circunstancia de una salud gravada. Instado por esto a pedir su retiro de oficial mayor en el año de 1825, vino a concedérsele por el Supremo Gobierno; i cuando por lei le era debido medio sueldo, las estrecheces del Erario dictaron la medida económica de concedérselo con calidad de servir la Contaduría de Diezmos, rentada en mil i cuatrocientos pesos, asignándole solo doscientos para un oficial; verdad es que posteriormente a su reclamo se le concedieron doscientos mas; pues lo es indudable que ahorró al Erario un mil pesos. El supremo decreto constante a fojas 5 vuelta del espediente presentado, es un dato que hará honor a su memoria i un documento el mas digno i recomendable a sus servicios.

Pero ¿acaso la disminuyó alguna vez por falta de sueldos? por el contrario, como un verdadero ciudadano, como un patriota amante de Chile, supo activarla i hacerle útiles hasta el momento de morir, en que no dejó de trabajar: el informe del Venerable Cabildo Eclesiástico, fechado a 23 del actual que así propio presento, es la conviccion mas solemne de esta verdad.

Un hombre, Señor Excmo., que se hizo acreedor a las espresiones honrosas i a la memoria sensible del Gobierno i del Estado mismo, parece haber dejado a su desamparada viuda la herencia de una recomendacion; i en verdad que nada mas poderoso a excitar la compasion ele V. E. que la necesidad de una esposa a quien los servicios de un consorte hicieron recomendable; i en verdad tambien que nada mas eficaz a inducir los servidores de la Patria al desempeño cabal de sus obligaciones, que el mérito vinculado