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CÁMARA DE SENADORES

ahorros no despreciables, i el arreglo de una oficina que requiere la mas ríjida regularidad.

La tercera i última partida que exije esplicacion entre las que forman el gasto extraordinario del presupuesto de Hacienda, consiste en 22,000 pesos pedidos para construir un muelle de madera en el citado puerto de Valparaíso. Crear una renta que reditúe cada año quizá igual o mayor suma de la que debe invertirse en erijirla, es el objeto de este gasto que proporcionará al Erario nuevos recursos i al comercio la comodidad de que carece. I como el derecho de muelle en los términos moderados que se estableció, equivale a la compensacion de un servicio, en virtud del cual se disminuyen los costos de descarga i se preservan los efectos del riesgo de avería al tiempo del desembarque, pertenece por su naturaleza a la clase de aquellos impuestos que admite el pueblo sin resistencia, i que aun recibe con gratitud, porque le exoneran de mayor gravámen; esto hace su apolojía i prueba la conveniencia de no diferir un proyecto que interesa tanto al Tesoro como a los mismos contribuyentes.

Me resta ahora considerar el presupuesto jeneral de la República, tomando copulativamente los gastos calculados en cada ramo de la administracion. Al efecto, presentaré el resúmen de los presupuestos parciales, que da el siguiente resultado:

Gastos de los Departamentos del Interior i Relaciones Esteriores...$ 328,251.7¾

Dichos del Departamento de Hacienda... 722,409.6 ¾

Dichos de los Departamentos de Guerra i Marina...939.542.3

Total en... $ 1.990,204.1

De suerte que por la precedente demostracion asciende el caudal pedido para llenar las atenciones del servicio público en el año de 1836 a 1.990,204 pesos 1 real; pero, como en los presupuestos sobre que se ha hecho el cálculo debían incluirse, i positivamente están comprendí dos muchos gastos, autorizados por la lei, mas que en realidad pueden economizarse, formando un cómputo de la suma a que llegarán estos ahorros, los estimo cuando ménos en 150,000 pesos, cantidad que debe rebatirse del presupuesto jeneral i le deja reducido a 1.840,204 pesos i 1 real de gasto efectivo. Para cubrirlo, cuenta el Gobierno con el rendimiento de las rentas que en el mismo año de 1836 darán dos millones 175,000 pesos, según el cálculo que fundé al tratar de ellas, i espera tener un reducido de mas de 330,000 pesos con que desempeñar las Aduanas, i dejar libres los ingresos del Erario para aplicar su sobrante, en 1837, al pago de los dividendos de la deuda esterior.

Siguiendo la filiación natural de las ideas, he llegado a tocar una materia que inmediatamente afecta al crédito i honor de la República.

Preciso es confesarlo: la fama de la Nacion se amancilla con la demora en el cumplimiento de las obligaciones que contrajo, i aun se cubriría de indeleble oprobio si hubiese la menor sospecha de que esta falta era por nuestra parte voluntaria.

El Gobierno, que desde el principio se vió en la imposibilidad de atender al pago de la deuda esterior, sin cimentar ántes el órden que debía producir los recursos necesarios con que satisfacerla, no ha perdonado medio alguno para ponerse en actitud de llenar este deber.

Las mismas providencias que, por una interpretacion siniestra, se consideraron opuestas a tan preferente objeto, no iban ciertamente encaminadas a otro fin que al de establecer el arreglo i facilitar arbitrios que desempeñasen a la fé de la Nacion.

Creer que dando de mano al reconocimiento de la deuda interior se logrará pagar a los accionistas del empréstito inglés, es fascinarse con una ilusion que destruye o aleja la esperanza de ver el término a nuestro descrédito.

Nadie ignora invertimos hoi, sin poder evitarlo, en amortizar capitales de la deuda interna, doble cantidad de la que se necesitará para asignarle réditos despues de consolidada; i véase aquí la razon por que al interes bien entendido de los prestamistas estranjeros conviene que seamos justos con los acreedores nacionales. No diré negar sino diferir solo, so pretesto de que debemos a otros, el reconocimiento de las obligaciones que traen su oríjen desde la guerra de la Independencia, dejando en nuestro seno un jérmen permanente de disolución que mine los fundamentos del órden público, fuera el peor de los consejos, el mas pernicioso de los partidos que pudieran adoptarse en las circunstancias en que nos hallamos.

¿I quién se encargaría de repeler las reclamaciones i de acallar el clamor profundo que semejante medida era forzoso excitase?

Supóngase enhorabuena un Gobierno dotado de la firmeza i rectitud necesaria para no doblarse al ruego, ni prostituirse al favor; ¿Mas, dónde se hallaría aquel que, atropellando las reglas inmutables de la justicia, autorizara la espoliacion de la propiedad, o el embargo suspensivo de los mas lejítimos derechos? ¿Dónde el que tuviera avilantez para cometer un desafuero que, despues de infamar su memoria, concurriría a pervertir la moral del pueblo?

La consolidacion de la deuda interior es, pues, una providencia de tan indispensable necesidad, que sin ella puede decirse estriba en débiles apoyos nuestro sistema de hacienda. Empero, para obtener todo el resultado que debemos prometernos, se requiere liquidar ántes esta deuda, operacion que supone la preexistencia de bases