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ANTECEDENTES

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  • elecciones conforme al reglamento i han venido suscritas únicamente por don Pio Valdes.
    1. Se ha formado i remitido la acta de las elecciones jenerales de Melipilla sin el escrutinio i calificacion nuestra, que somos nombrados por el pueblo para este efecto, i cuando hemos reclamado constantemente al presidente don Julian Yecora que exijía por el cumplimiento de las órdenes que el mismo dió para que viniese la lista del Monte.
    Estamos pues en el caso, que es urjente, que inmediatamente mande VS. se proceda a verificar nuevas elecciones en el Monte, observando todos los requisitos del reglamento bajo la inspeccion de una persona de la mas calificada probidad que nombrará VS. Hacer cumplir las formalidades del reglamento es un acto de mera policía que nada tiene que ver con la lejitimidad o idoneidad de las personas electas, calificacion de sus poderes, etc., caso que únicamente puede reservarse a los cuerpos lejislativos. Plegue a Dios no permita que a título de conservar la libertad e independencia de las elecciones se resistan los majistrados a hacer guardar el orden i las disposiciones establecidas. ¡Qué confusion! ¡Qué atentados tan difíciles de remediar despues, resultarian de esta conveniencia! Con esta ocasion reiteramos a V. S. nuestras protestas del mayor respeto. —Nicolás Hurtado de Mendoza. —Pedro Nolasco Barros. A este reclamo proveyó el Intendente que informase el Gobernador oyendo al juez del Monte, i este instruido campesino respondió que semejante asunto no correspondia al Intendente sino al Congreso. En Casa-Blanca se anuló la votación despues de publicada, i en lugar de verificarla de nuevo, se recurrió al arbitrio de hacer el nombramiento por aclamacion. En Rancagua se finjió la firma del gobernador para seducir a los subalternos, i habiéndose descubierto la falsificacion de la acta de una parroquia de fuera de la ciudad, a fin de que no pudiera comprobarse el hecho, se encargó al conductor figurase que habia caido en un rio i que allí la habia perdido, lo que ejecutó puntualmente. En fin, los reclamos de nulidades que se hacen por muchos pueblos testifican que las presentes elecciones han sido obra de la sujestion de un partido, i que la voluntad jeneral no ha tenido la menor parte en el nombramiento de los individuos que van a formar el Congreso. Si la mayoría, como se asegura, se compone de electos irregularmente i éstos deciden que no hai lejitimidad en sus elecciones i se apoderan, en virtud de su propia declaracion, del cargo de una verdadera representacion nacional, los actos que emanan de una reunion semejante, no pueden tener ningun prestijio que concilie el respeto i obedecimiento, ni pueden inducir obligacion alguna respecto a los representados. Por mas que se apuren los esfuerzos de la sofistería para persuadir que sus poderes son lejítimamente conferidos, examinando las elecciones a la luz de los principios i de la imparcialidad, se concluirá que esa Asamblea va a ser una usurpadora de la representacion nacional. Ella ni puede obligar al Ejecutivo a inaugurarla, ni este debe someterse a una ceremonia que, dándole una especie de autoridad, pone a su disposicion los intereses de la patria. ¿Cuántas ideas tristes i melancólicas no se ocurren al contemplar el descontento universal que se advierte por la cercanía del Congreso? Por desgracia todos los vaticinios son los mas lúgubres i lejos de formarse alguna esperanza lisonjera, desde ahora se está preparando el sufrimiento para los males que se temen. Tenemos que decirlo con amargura: la estension que se ha dado a las disenciones políticas, la incursion que ha hecho el espíritu de partido en la mayor parte de los nombrados, los anuncios de algunos de que se han de introducir en negocios que no corresponden a esta clase de cuerpos i otras mil circunstancias desconsoladoras que a nadie se ocultan, hacen presajiar resultados mui funestos. Mejor seria demorar su reunion para tiempos mas serenos, en que los ánimos menos acalora dos por las presentes divisiones, pudieran contraerse a tratar con frialdad i sin prevencion los grandes asuntos de cuya resolucion se espera la prosperidad del pais. Nada hemos conseguido con los experimentos que se han hecho en los Congresos pasados i los anuncios del próximo con que quizá se deteriore nuestra condicion. Felices nosotros si estos vaticinios fuesen desmentidos por los sucesos.

    Núm. 370


    El Clamor Del Pueblo Chileno[1]
    Santiago de Chile, 19 de Diciembre de 1821

    Hemos propuesto ya la primer medida que como indispensable, en nuestro concepto, debe adoptar el futuro Congreso ántes de su instalacion para que ella se haga de un modo que en lo sucesivo dé al cuerpo, la fuerza moral que requiere, a fin de que sus trabajos produzcan si no la organizacion i constitucion de la República, al menos sentar sus bases dando a la Nacion instituciones que la saquen del estado en que en la actualidad se halla.

    Instalado el Congreso con ámplias facultades para espedirse, debe penetrarse de que va a organizar un pais nuevo al que la revolucion no ha desmoralizado aun, cuyos habitantes, dotados de un carácter dócil, son por naturaleza inclinados a una vida metódica i cómoda sin apego a otro

    1. El siguiente artículo ha sido trascrito de El Clamor del Pueblo Chileno, vol. VI de Periódicos de la Biblioteca Nacional. —(Nota del Recopilador.)