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SESION DE 2 BIS DE JUNIO DE 1828

de las enfermedades de esta ciudad, ya sea por la frecuencia con que se practica, o ya sea por el excesivo número de personas que hemos visto sufrir sus consecuencias. El ayuno repetido es bastante poderoso para producir los mas perniciosos efectos sobre la constitución humana. Es capaz de debilitar la máquina, naturalmente, mas robusta i sana i de producir efectos superiores al poder del arte i a la mano reparadora de la naturaleza, principalmente en personas delicadas. En primer lugar, decimos que es pernicioso porque sabemos por hechos bien auténticos que cuando el suco gástrico no encuentra en el estómago alimentos u otras sustancias estrañas, obra sobre la sustancia misma del estómago. La accion de este fluido sobre los nervios del estómago es la que produce esas sensaciones desagradables de debilidad i desmayo (que llaman fatigas), que esperimentan las personas que se abstienen de tomar el alimento a las horas acostumbradas. En segundo lugar, es también perjudicial, porque no da a los órganos de asimilación o reproducción, el suficiente auxilio de material nutritivo que los habilite para soportar la enerjía del sistema contra los efectos deteriorantes que los órganos secretorios están produciendo constantemente, i últimamente, es dañino porque las personas que han ayunado mucho tiempo ocurren al alimento i con la ansia de llenarse olvidan el poder i capacidad de los órganos de la dijestion. La mas superficial consideración de todas estas circunstancias no puede dejar de imprimir en el ánimo de toda persona pensadora una fuerte convicción de los males que causa el hábito que describimos.

Es demasiado evidente qne la abstinencia de alimento, especialmente por la mañana, cuando el suco gástrico es mas activo i el estómago posee toda su enerjía, es mui propia a disminuir la cantidad como también a viciar la calidad de los fluidos circulantes; a enervar la enerjía del cerebro i del sistema nervioso i por consiguiente a debilitar las funciones de todos los órganos del cuerpo. Aun es mas fatal a aquellas personas de constitución naturalmente delicada, a las que tienen alguna predisposición para la tisis i otras enfermedades, a los jóvenes i viejos i mui especialmente a las mujeres que, por la laxitud de sus fibras musculares, son incapaces de resistir los efectos del ayuno.

Hemos llegado a la terminación de este ensayo i, cerrándolo, debemos pedir a nuestros lectores que lo examinen detenidamente i que reflexionen sobre él con cuidadosa imparcialidad ántes de formar un decisivo juicio de su mérito. No ha sido escrito para complacer la fantasía, ni para estraviar el juicio del público, i por eso confiamos que será juzgado sin pasión i que si se encuentra contener algunas observaciones conformes con la razón, ellas servirán de regla para la vida futura de nuestros lectores i disminuirán la espantosa mortalidad que en los primeros cuatro meses del presente año ha llevado al panteón de esta ciudad mil quinientas ochenta i tres personas.

Finalmente, esperamos que la libertad con que nos hemos espresado, discutiendo el estado de algunas circunstancias existentes, no será atribuida a intención de ofender ni a la ridicula preocupación de no contentarnos con las costumbres que no han recibido la sanción de los usos europeos, sino al ardiente celo con que miramos la causa de la humanidad en jeneral i a nuestro impaciente deseo de ver cuanto ántes desterradas las causas que se oponen a la salud i felicidad de un pueblo que, por muchas razones, debemos admirar i respetar.

Edidi qucz potui non, ut volui, sed ut me temporis angusties coegerunt.


ANEXOS

Núm. 178

Por el Ministerio del Interior, en nota de 17 del corriente, se me ha comunicado la disposición del Congreso Nacional sobre que me incorpore a la Sala, como suplente electo por la provincia de Chiloé, por separación de don Ramón Errázuriz i en diezinueve del mismo contesté diciendo, que marcharía lo mas pronto que me fuese posible, lo que no he efectuado hasta la fecha por no habérmelo permitido varias ocupaciones que he tenido en la inspección jeneral, en cuyo cuerpo servia. Dígnese, V. S., hacer presente a la Sala esto mismo, anunciándole que el cinco del entrante deberé estar en ésa, si el tiempo lo permite, así como de admitir los sentimientos de mi mas alto respeto i consideración.

Santiago, Junio 29 de 1828.—Juan Cortes. —Señor Secretario del Congreso Nacional, don Francisco Fernandez.


Núm. 179

Despues de algunos dias de llegar a ésta la comunicación de V. S. fecha 4 del que rije, casualmente me acerqué al correo para recibirla i el administrador no podia ponerla en mis manos por ignorar la casa de mi alojamiento.

Cumpliendo con el acuerdo del Congreso Nacional he consultado al médico que me asiste i opina que ántes de un mes seria mui peligrosa mi incorporacion a la Sala. Sin embargo de que V. S . no me exije justificación de mi enfermedad, yo he querido incluir la certificación competente para satisfacer al Congreso.

Tengo la honra de ofrecer a V. S . las consideraciones de mi mas distinguido aprecio.

Santiago i Junio 28 de 1828. —ManuelAntonio