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SESION DE 2 BIS DE JUNIO DE 1828

La benéfica influencia de este dictámen de la razón ha sido sin embargo desatendido por el deseo de decoraciones esteriores, que la lijereza de los modernos ha introducido i que comunmente llaman moda, un deseo que es a la vez indiscreto e impropio. Indiscreto, porque manifiesta poco buen sentido la persona que aventura el goce de la buena salud por el efímero deleite de aparecer en público a la moda, e impropio, porque ningún ser racional debe despreciar la salud que es el mas grande favor que le ha hecho la bondad de su Criador.

Hai dos jéneros o artículos para vestirse, que son mas propios que los otros para precaver los malos efectos de las vicisitudes atmosféricas, a saber: la franela i el algodon.

Recomendamos como digno de imitarse en este pais el método chino, que consiste en mudar de vestidos, según las variaciones de la temperatura.

El vestido lijero blanco es el mas propio para los meses de verano i para aquellas personas que tienen necesidad de salir con frecuencia de sus habitaciones. El algodon es en esa estación la cobertura mas apropiada para el cútis; es agradable, retiene suficiente calórico en el cuerpo i le provee del conveniente medio de trasmitir los fluidos que respira, mientras que al mismo tiempo preserva a los órganos internos de cualquier sacudimiento que el repentino cambio de la atmósfera podría causarles por medio de la superficie cuticular. Siendo el vestido lijero no exita superabundante traspiración i como permite fácil paso a la secreción fluida, jamas comunica al cuerpo esa sensación fria que es propia del lino cuando se humedece con la descarga cuticular. El algodon solo conviene en los meses de verano, porque al fin de él refresca diariamente la atmósfera i en particular a la aproximación de la noche, i entonces ya no es adecuado para mantener el cuerpo en abrigo. Desde el principio de Abril hasta fin de Octubre conviene vestir franela pegada al cútis, porque sin embargo de que suele haber considerable calor en los dias de Setiembre i Octubre, las noches son demasiado frías i el cuerpo podria afectarse si no lo protejiese la franela. Este jénero es mal conductor del calórico i por consiguiente propio para conservar el cútis en la estación fria en un estado de calor agradable i benéfico. Pero las ventajas que produce el uso de la franela pegada al cuerpo no nacen enteramente del calor que comunica i del que retiene por su propiedad de mal conductor, sino que resulta en gran parte de la uniformidad de temperatura en que mantiene al cuerpo i del estado moderado i constante de exitacion en que conserva a los vasos del cútis por el estímulo mecánico que proviene de su contacto con la superficie. Esta exitacion es particularmente mas necesaria en una estación del año en que la evacuación cuticular puede ser suprimida por el frió.

La costumbre jeneralmente observada por los que usan la franela pegada al cuerpo de dormir con ella por la noche, es mui impropia, porque entonces se impregna de la traspiración i acumulándose en las noches sucesivas en breve se priva este jénero de su propiedad de mal conductor i debe tenerse mui presente que esta pro piedad es proporcional a su sequedad. A mas, como en la noche se aumenta el calor natural i como las cubiertas de la cama son suficientes para conservar este calor, la franela es supérflua i mas perjudicial que útil. Quitándose la franela antes de acostarse i sustituyéndola por el algodon grueso, el cútis se conserva limpio en una temperatura propia i se evita que la franela se impregne de los malos efectos de la t transpiración nocturna, conservándose seca, lo que asegura la permanencia de sus buenas propiedades.

Existe entre los pies i el resto de la superficie una simpatía mui activa, de modo que si aquellos se enfrian, no solo el cútis se predispone a ser afectado por la temperatura, sino que las funciones interiores pueden esperimentar algún desórden en su acción. Hemos visto orijinarse las peores consecuencias del frió de pies, hemos visto que ha causado tisis i dos casos fatales de inflamación de los intestinos. Nos ha informado una perscna, que despues de comer se vé obligada a envolver los pies en una bayeta, porque le ha enseñado la esperiencia que, cuando no toma esta precaución, el alimento permanece en los órganos dijestivos sin alteración por muchas horas. Los naturales en las menores indisposiciones se ven atacados del frió de los pies i para restaurar el sistema a su primitiva salud ocurren i las friegas, pediluvios, etc. Por éstas i otras muchas razones, sobre que parece innecesario estenderse, juzgamos mui conveniente usar medias de lana en la estación fria, de modo que toda la piel esté cubierta de lana. En muchos casos, los intereses mas sagrados del jénero humano, ya se consideren bajo un punto de vista físico o ya moral, reciben la influencia de circunstancias que no se aprecian porque parecen triviales. Sin embargo, los hombres prudentes i observadores, conocen el valor que deben darles i por eso esperamos que las reflexiones que les hemos ofrecido sobre la necesidad de guardar la superficie cuticular de la influencia de las vicisitudes atmosféricas, aunque parezcan triviales a algunos, serán apreciadas por otros, como un bien que les aconseja la prudencia. Estando íntimamente persuadidos de su importancia i utilidad i mui interesados en la felicidad i larga vida de nuestros conciudadanos, recomendamos con encarecimiento su adopcion. Tal es la preeminencia que en nuestra estimación tiene la franela como preservativo de enfermedades i son tantos los benéficos efectos que su uso ha producido en esta ciudad, en muchos casos que la hemos recomendado, que si se jeneralizase, estamos bien persuadidos disminuiría la mitad de la mortalidad que sucede anualmente de las enfermedades del