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SESION DE 16 DE JUNIO DE 1828

Si hemos tenido paciencia para seguir paso por paso hasta este período de la mocion que refutamos, creemos fatigar al público continuándolo; pues presentando un campo tan vasto a la impugnación, seria preciso escribir volúmenes para cada vocablo, i como ha dicho un escritor moderno, que la ilustración ha hecho en el mundo el milagro de no necesitarse mas que tocar las cosas para que se comprendan, queremos dejarla al juicio de los que la lean.

Nada habríamos hecho con lo espuesto, si no manifestásemos el oríjen que ha tenido el raro proyecto del señor Pradel, talvez sin entrar en pormenores, i en fuerza del axioma que acabamos de sentar, concluiríamos este asunto refiriendo la anécdota del ciego de Sumatra, que porque él no veia disputaba que la luz se habia acabado del mundo; pues al señor Pradel le sucede otro tanto, i si fuera menor de edad, le aconsejáramos que una comportacion política ménos irregular lo haria tener algún amigo, o amigos, i no le dejaría ver tantas lojias, ni le obligaría a presentarse al mundo como el dominguillo de su desprecio, o que se le aplique el quowque tándem abutere Calilina paiientia riostra de Cicerón. Dijimos que podríamos probar la inexistencia de la supuesta I.ojia, i en efecto nos atrevemos a desmentir a los que afirman lo contrario i todo ese artefacto se ha fraguado por las dilijencias de un aventurero, cuyos crímenes han cubierto de luto, entre otras muchas, a una honrada familia, i que siendo un vago sin hogar ni modo de vivir conocido, se ha constituido el director de un hombre público, que desgraciadamente se propone envolver al pais en la anarquía i el desórden, sosteniendo los principios turbulentos i desorganizadores, que le convienen a su infame director para disfrutar de la impunidad que hasta hoi. Este, ni podrá negar que ha estado personalmente en la casa de M. ... de R... i de G.. . a interrogarles sobre la existencia de esa soñada Lojia, i aunque no sabemos lo que le hayan contestado, estamos ciertos que no habrán podido decir otra cosa sino que efectivamente existió una Asociación reducida solo a trabajar en el acierto de la elección de diputados al Congreso, i que verificadas no volvió a reunirse mas; o de nó, anúnciese el local de las reuniones, nómbrense a las personas, indíquense sus tramas; pero ¿a qué fatigarse en este reto? entienda el mocionante i los tres mas de su comparsa que jamas convendremos con ellcs en hacer de la República un vasto campo de batalla i de desórdenes: que no estamos de acuerdo en sus innobles aspiraciones, i que para oponernos no necesitamos convenios ni clubs secretos; nuestras opiniones públicas sean juzgadas por los que nos oigan en la Sala de las sesiones del Congreso; ataqúense éstas, que nos servirá de correctivo, pues nuestra única aspiración es el acierto. —Santiago, Mayo 20 de 1828. —Unos ciudadanos representantes de varios pueblos en el Congreso jeneral.

Núm. 112


RÉPLICA
a la refutación publicada por unos miembros de la Lójia i de la Representación Nacional, según su propia confesion.

Ya que estos perversos pretenden eludir con folletos anónimos el horrible crimen de que se han hecho cómplices; ya que por evadir los convencimientos de que se conocen perseguidos en el lugar donde existe el cuerpo de su enorme delito, huyen a aquel que no creen profanado con sus atentados: el que suscribe deseoso de comprobar al mundo la certeza de su delito, los desafía a su exámen en medio de la plaza de Santiago, en donde manifestará de un modo constante los proyectos liberticidas que se han tratado en esa reunión infernal, afianzada por los QUINIENTOS PUÑALES DEL GRAN ORIENTE," i ofrece su cabeza por garantía de sus pruebas; pero bien entendido que comprobada su existencia sean las suyas ofrecidas en desagravio de la ofensa inferida al Estado chileno. Este sea el único contesto a las calumnias i groseros insultos con que han provocado, tanto en el papel que suponen suscrito por veinticinco diputados, como en el posterior en que ya con respeto al honor de los mismos que han desmentido esta imputación, se dice suscrito por algunos ciudadanos representantes. Queda ya señalado el sitio: si apeteceis vindicaros, malvados, resolved. -Santiago 1 Mayo 22 de 1828. — El Diputado de Lautaro.