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SESION DE 13 DE SETIEMBRE DE 1829

emprendidos bajo los auspicios de la Constitucion que nos rije, las circunstancias estraordinarias a cuya combinacion debo tan alto honor, me hacen deplorar antes de todo la ausencia del ilustre majistrado que parecia destinado a iniciar un acto tan solemne.

La Providencia, que vela sobre los destinos de Chile, ha continuado protejiendo esta nación jenerosa i honrada, durante la ausencia del Jefe que promovió la consolidacion de su órden público: mas, esta nacion reconocida i sedienta de instituciones útiles i sábias ha espresado ya su voluntad irresistible. En breve sereis llamados a ejecutarla; en breve se consumará la grande obra de nuestra competa organizacion.

Entretanto, llamados por ella misma para dirijirla en la carrera constitucional, que abrieron con tanto celo i sabiduría vuestros predecesores, aguardais con impaciencia el cuadro de sus necesidades, de sus deseos i de su situación.

Me ha cabido en suerte presentaros esta base esencial de vuestros trabajos futuros.

La misma lei que me llamó a ser el depositario del mando supremo me constituye historiador de una administracion pacificadora i sensata, cuyo espíritu he procurado conservar, cuyas máximas he sostenido con el mayor empeño desde que me obligó a sustituirla el mas imperioso de los deberes.

Los pormenores de que voi a instruiros os harán ver que no me era posible adoptar un medio mas seguro de desempeñar mis nuevas funciones. Seria una culpable temeridad abandonar durante un mando pasajero la senda que nos ha conducido al honor i a la ventura.

En efecto, señores, nuestra posicion forma un punto luminoso en medio de las inquietudes que ajitan las otras Repúblicas de América. Si echamos la vista en nuestras relaciones esteriores, no hallaremos sino motivos de satisfaccion i de seguridad. El mas antiguo de los Gobiernos de este continente ha recibido en los términos mas amigables a nuestro Ministro Plenipotenciario. Por sus comunicaciones se sabe que aquel gabinete se halla dispuesto a la celebracion de tratados de comercio con esta República, i al efecto se le habia autorizado para que lo verificara, siempre que lo creyere conveniente a nuestros intereses; pero acercándose el término de su mision, i habiendo manifestado el Ajente de negocios residente en este país disposiciones análogas a las de su Gobierno, ha parecido conveniente remitirle sus cartas de retiro, previniéndole que su vuelta sea por las Repúblicas de Méjico i Centro-América con el mismo carácter que inviste ahora, siempre que este nuevo nombramiento reciba la sanción constitucional.

Existen en el Ministerio de Relaciones Esteriores algunas reclamaciones promovidas por los Ajentes Diplomáticos de los Estados Unidos sobre devolucion de cantidades de pesos tomadas por nuestra Marina a bordo de navios de aquella Nacion. El Gobierno ha sostenido con vigor los intereses nacionales, que se hallan en estos negocios íntimamente ligados con los principios del derecho de jentes, i conserva la esperanza de allanar mui en breve estas dificultades.

Nuestras relaciones con la República de Méjico son las mas fraternas i amigables. Consecuente a ellas, el Gobierno de Chile no vaciló en prestar su garantía en el empréstito de $ 150,000 que se hizo en este país para la habilitacion del navio Congreso, perteneciente a aquella Nacion, cuando llegó a nuestras costas. El Gobierno de Méjico ha satisfecho ya esta cantidad. Chile ha dado un nuevo testimonio de fraternidad a los Mejicanos, ofreciendo una hospitalidad jenerosa a los que, de resultas de las últimas convulsiones de aquel país, han buscado un asilo en nuestro territorio.

Otras ajitaciones no menos deplorables de que ha sido teatro la República de Centro-América han comprometido vastos intereses de comerciantes chilenos. Las reclamaciones que ha hecho este Gobierno, por su Vice-Cónsul en Guatemala, no han producido otro resultado que la manifestacion hecha por aquel Gobierno Jeneral del sentimiento con que habia visto estas tropelías, i la promesa de una completa reparacion. Los últimos acaecimientos han derrocado aquella autoridad; pero es de esperar que la que la haya subrogado no mirará con indiferencia una obligacion tanto mas sagrada cuanto ha sido contraida con un pueblo de quien la República de Centro-América ha recibido pruebas inequívocas de cortesía i amistad.

Aunque nuestras comunicaciones con Colombia han estado por largo tiempo interrumpidas, en atencion a la amistad i buena armonía que siempre ha subsistido entre Chile i aquella República, se ofició a su Gobierno, ofreciéndole la mediación de éste, de acuerdo con el de Buenos Aires, para cortar la guerra empeñada con el Perú: guerra que miran con tan profundo sentimiento todos los amigos de la libertad americana. Sobre esta amistosa proposicion no se ha recibido aun contestacion de Colombia. Perú la dió admitiendo la mediacion ofrecida; i con esta República conservamos inalterables los vínculos de una antigua fraternidad.


Desgraciadaniente las atenciones i embarazos que ofrece esta misma guerra no han permitido regularizar sólidamente las relaciones entre ambas Repúblicas por medio del tratado, de cuya celebracion estaba particularmente encargado el Ministro Plenipotenciario de Chile residente en Lima. Tampoco se ha creido oportuno ni decoroso, en las presentes circunstancias, entablar jestiones sobre el formal reconocimiento i pago de la deuda de aquella nación a Chile. Estas circunstancias indujeron al Gobierno a retirar dicho Ministro Plenipotenciario, cuya permanencia allí parecía inútil, i después se ha retirado tambien al Ajente que debia sustituirlo.