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SESION DE 18 DE OCTUBRE DE 1829

tado, se levantó la sesion a las siete i media de la noche. —J. Domingo de Amunátegui, Secretario.


ANEXOS

Núm. 148

A la nota del Gobierno trascribiendo el acuerdo de la Representacion Nacional de esta fecha al Presidente electo de la República, ha contestado éste lo que sigue:

"Excmo. señor don Francisco Ramon de Vicuña, Jefe Supremo de la República. —En este momento, que son las cinco de la tarde, he recibido la comunicacion de V. E. en que me trascribe la órden del Congreso Jeneral, para que a las cinco de la tarde me presente en la Sala de la Representacion Nacional a recibirme del mando de la República, sin escusa alguna.

"Es ya pasada la hora para que se me ha emplazado i a mas, estoi tan hinchado de la cara, i especialmente de las manos, que no me seria posible vestirme en lo que queda de tarde; pero mañana a la una del dia estaré infaliblemente en la Sala de la Representacion Nacional a cumplir sus órdenes. —Dios guarde a V. E. muchos años. —Francisco Antonio Pinto."

El {{MarcaCL|A|Jefe Supremo de la República|OK|Oficio en que el Jefe Supremo de la República transcribe la contestación de don Francisco Antonio Pinto, según la cual no podrá recibirse del mando de Presidente de la República hasta el día siguiente}Jefe Supremo de la República, después de haber cumplido el espresado acuerdo de la Representacion Nacional i puéstolo en su noticia para su intelijencia, tiene el honor de reiterarle las consideraciones de su mayor aprecio i respeto. —Santiago, Octubre 18 de 1829. -Francisco R. de Vicuña . —Melchor José Ramos, Pro-Secretario. —Al Congreso Nacional.


Núm. 149

A consecuencia de la contestacion dada por el Jeneral de Division don Francisco Antonio Pinto al acuerdo del Congreso Jeneral para que se personase el dia de ayer a recibirse del mando de la República, es de necesidad que V. E. se presente a la Sala hoi a las doce i media del dia a practicar las formalidades de la lei.

El Vice-Presidente de la Cámara de Senadores, al comunicarlo a S. E. el Jefe Supremo de la República, le saluda con los sentimientos de su aprecio. —Santiago, Octubre 19 de 1829. —A S. E. el Jefe Supremo de la República.


Núm. 150

En el momento de recibir ayer la comunicacion de la Cámara de Diputados, por la cual se me anunciaba la última resolucion del Congreso Nacional con respecto al Presidente de la República, se la trascribí, despachándosela por estraordínario al punto de Colina donde sabia se hallaba entonces. La contestacion que me acaba de dirijir es la siguiente:

"Excmo. Señor don Francisco Ramón Vicuña, Jefe Supremo de la República. —Santiago, Octubre 18 de 1829. —He recibido el oficio de V. E. del dia de ayer, en que se sirve trasladarme el que con igual fecha le dirije el Presidente de la Cámara de Diputados, comunicándole la órden del Congreso Jeneral para que me apersone ante él hoi a las doce del dia a recibir el cargo de Presidente de la República.

El inesperado honor que me hace la Representacion Nacional en este decreto, después de la repugnancia que he manifestado dos veces a tomar sobre mis débiles fuerzas la responsabilidad de tan alto cargo, me deja penetrado de reconocimiento, pero de ningun modo altera mi resolucion.

No insisto en mis enfermedades habituales. No invoco el principio incontestable de que toda grave responsabilidad debe ser voluntariamente contraída. En otras circunstancias hubiera renunciado gustoso este derecho. Motivos de un órden superior me hacen imposible hacerlo.

Algunas de las primeras operaciones del Congreso adolecen, en mi concepto, de un vicio de ilegalidad que, estendiéndose necesariamente a la administracion que obrase en virtud de ellas, o que pareciese reconocerlas, la haria vacilar desde los primeros pasos i la despojaria de la confianza pública.

No me erijo en juez del Congreso. Lo respeto sobremanera. La intelijencia que doi a la Carta Constitucional será tal vez errónea;pero basta que en un punto de tanta importancia difieran mis opiniones de las del Congreso; basta que entre los principios que le dirijen i los míos no exista aquella armonía sin la cual no concibo que ninguna administracion pueda ser útil; basta sobretodo la imposibilidad de aceptar la presidencia sin aparecer partícipe en actos que no juzgo conformes a la lei i de una tendencia perniciosa, para que me sea no solo lícito, sino obligatorio el renunciarla.

Al espresar por la tercera, i espero que por la última vez, esta resolucion, he creido que debia a la Nacion, que me ha distinguido con su confianza, la esposicion franca de mis sentimientos, i suplico a V. E. me haga el honor de trasmitirla al Congreso.

Dios guarde a V. E. muchos años. -F. A. Pinto."

Tengo el honor de trascribirlo al Congreso Nacional, ofreciéndole nuevamente las seguridades de mi aprecio i respeto. —Santiago, Octubre 18 de 1829. —Francisco R. de Vicuña . —Melchor José Ramos, Pro-Secretario. —Al Congreso Nacional.