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418 ASAMBLEA DE DIPUTADOS

bre, han excitado en esta corporacion tan variados i apuestos afectos del ánimo, cuales suelen levantarse i chocar entre sí las olas del mar en un dia de tormenta; el encono i la indignacion a vista de los sucesos de la capital de Santiago despues del 30 de Setiembre último, dirijidos por la extinguida Junta de Representantes, que osaron titularse Congreso Jeneral de toda la República, trastornar el actual Ejecutivo jeneral etc., i al mismo tiempo estraordinarios i dulces trasportes de alegría i de consuelo al leer en el acta celebrada por la porcion mas sana del pueblo de Santiago, un testimonio auténtico de que las virtudes cívicas no son desconocidas en ese pueblo, i de que aun existen allí la firmeza, la probidad i el heroismo; i lo que jamas se podrá esplicar dignamente, la prueba mas brillante de justicia i moderacion espresada en el supremo decreto que ordena la disolución de ese Cuerpo de Representantes que, afectando ser el mas vijilante Argos de la libertad i de los respetos debidos a la primera autoridad, la desobedece, la insulta i la anonada. Razon es, pues, descargue sobre ellos el golpe que acaso preparaban a otros beneméritos hijos de la Patria; de esta Patria tan jenerosa aun con sus propios enemigos, pero que es preciso sea tambien a la vez inexorable con los que tratan de desgarrarla en su propio seno. I V. E ., Señor Excmo., reciba el fruto de sus virtudes en los testimonios mas sinceros de amor de todos los pueblos del Estado, i en las fiestas i júbilos públicos con que le invoca el voto universal; reciba su pecho acibarado esta dulce satisfaccion, i felicítese de que dias mas plácidos i mas serenos van a suceder a los aciagos que ya pasaron i que se sepultarán para siempre en la noche del olvido. Apresúrese Señor Excmo., a crear la Representacion Nacional bajo las bases que ha prescrito la civilizacion del dia; apresúrese a contener los estravíos del poder i restituir sus atribuciones a la justicia i a los pueblos sus sacrosantos derechos. Pueda Santiago, puedan Concepcion i Coquimbo disfrutar de todas las ventajas de la paz, de la sabiduría i de la abundancia que les proporcionen las virtudes de sus esclarecidos representantes i las dulces fatigas de su ínclito Director Supremo, para que, de la mas dolorosa depresion, puedan llegar a todo el esplendor de que son dignos, i gustar por este medio las delicias de su independencia.

Esta gloria, Señor Excmo., será esclusivamente suya, así como será la de esta Asamblea i los pueblos que representa, bendecirlo, i levantarle un monumento eterno de amor en sus pechos, que rebosan de gratitud, por habernos proporcionado este dia grande, que restituye a la virtud su imperio i la salud a la República. Tales son, Señor Excmo., los votos de este Cuerpo que, desde su instalacion se constituyó bajo los dignos auspicios de V. E. i espera aun llegar al ápice de su perfeccion sostenido por su magnanimidad i prudencia. Dígnese V. E. aceptarlos como la ofrenda mas pura de su veneración i reconocimiento. —Excmo. Señor. —José Miguel Solar, Presidente. —J. Agustin de la Sierra, diputado por Copiapó. —J. Agustin Cabeza, diputado por Vallenar. —Jorje Edwards, Vice-Presidente. —Francisco Iñiguez Pérez, diputado por Elqui. —Juan Nepomuceno Meri, diputado por Illapel. —Francisco Rodríguez, secretario. —Al Excmo. Señor Supremo Director del Estado.


Núm. 521[1]

Señor Ministro:

Con fecha 8 del actual Octubre, se sirve US. dirijir a este Gobierno una nota impresa que contiene la relacion de los estrepitosos sucesos acaecidos en Valparaíso i Santiago, desde el treinta de Setiembre último, atentatorios de la Soberanía Nacional i de las perrogativas del Ejecutivo jeneral reconocidas espresamente por las provincias en la persona del Excmo. Señor don Ramon Freire, Director Supremo del Estado. Este Gobierno no ha podido leerla sin un verdadero sentimiento de indignacion i de horror. Preparado mui de atras a los resultados de una crisis pronta o tardia, consecuencia necesaria de la efervescencia en que se hallaban los pueblos de la provincia de Santiago, jamas se atreviera a suponer que una faccion osase meditar el atentado de que acaban de hacerse culpables a los ojos de todas las naciones, dignos por eso de ser entregados al último rigor de una justicia inexorable. Empero, se rasgó ese velo insidioso que a la sombra de la pretendida opinion pública i bajo el escandaloso pretesto de ser el intérprete de los sentimientos de todos los ciudadanos virtuosos que componen la mayor parte de la República, sorprendió tantas veces nuestra incauta seguridad invocando en el transporte de su furor los adorables nombres de Libertad i de Patria. Pero la Providencia, que vela sin cesar sobre los destinos futuros del virtuoso Chile, ha sabido desconcertar las tramas siniestras que oscurecian con ignominia el horizonte político de nuestra cara Patria. Este Gobierno se congratula por el tino i por el feliz acierto de las operaciones de S. E., suficientemente manifestadas en el decreto de disolución de ese Cuerpo de Representantes para la provincia de Santiago i eminentemente justificada ante todas las Repúblicas del Nuevo Mundo, i las demas naciones amigas, por la esposicion

  1. (1)Este documento ha sido trascrito del volumen titulado Intendencia de Coquimbo, años 1810 a 1826, paj. 504, del archivo de la Biblioteca Nacional. (Nota del Recopilador)