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362 ASAMBLEA DE DIPUTADOS

queremos otra cosa que la sencillez i la relacion puntualizada de los acuerdos. En cuanto ala redaccion, tampoco el redactor puede hacer otra cosa que cortar esas repeticiones que, improvisando un diputado en la Sala, debe vertir; i siendo así, tampoco es obra de gran trabajo. Uno i otro cargo no creo que exije letrados hechos; i acaso esos jóvenes que tienen las potencias mas vivas los desempeñarian mejor. Ni creo yo que los trabajos del Congreso sean tantos, que deje de ser suficiente un secretario, prestando su ayuda el oficial mayor cuando por impedimentos lejítimos no pueda asistir.

Yo digo que los cargos de diputado i secretario son casi incompatibles; al ménos por lo que respecta a mí, no me hallo con fuerzas bastantes para desempeñar la Secretaría i diputacion; porque, por dedicarme a ámbos cargos, no podria cumplir bien con ninguno de ellos. La razon que espongo a mi respecto parece que es aplicable a los demas señores; i por eso digo que mejor seria nombrar individuos de fuera; en esto es en lo que necesitamos inculcar i nombrar aquellos individuos que se instruyan i adquieran la aptitud necesaria.

Sobre los sujetos que he espuesto ántes, tambien el señor don Cárlos Rodríguez era mui a propósito, i en su defecto, podria llamarse al señor don Santiago Echévers, que tambien era excelente para uno de esos cargos. Los diputados propietarios tal vez concurran, i en este caso, ya este individuo no tendrá que asistir a la Sala como suplente; i en fin, cualquiera de los que he nombrado ántes seria bueno.

Para proceder metódicamente se nos presentan tres puntos: 1.º, si han de ser uno o dos los secretarios; 2.º, si el secretario o secretarios han de ser de dentro o fuera de la Sala, i 3.º, acordados estos dos puntos, resolver la asignacion que se les debe poner. Con que, si a la Sala le parece, se puede ir tratando sobre cada uno de estos puntos, para irlos acordando sucesivamente.

Se mandó llamar por acuerdo de la Sala a los señores don Rafael Valdivieso i don Santiago Muñoz Bezanilla, para que contestasen si querian hacerse cargo interinamente de la redaccion de las sesiones preparatorias.

Se leyó el siguiente oficio del Poder Ejecutivo:

"El Director Supremo ha recibido las copias que le ha trasmitido la Honorable Sala de Representantes nacionales para el Congreso Jeneral[1] i queda igualmente instruido de las resoluciones que ha tomado en órden a su instalacion i al ejercicio de las funciones lejislativas. Mas, en cuanto a la solemne apertura de sus sesiones, el Director cree que no podrá verificarse el dia de mañana, así porque no hai tiempo suficiente para disponer la ejecución del ceremonial que ha de observarse, como porque es indispensable anticipar órdenes al ejército para que se prepare a asistir con el aseo i decencia que demanda el caso. Por otra parte, el Director juzga un deber suyo hacer presente a la Honorable Sala que, cuanto mayor sea el aparato que se emplee en la instalacion del Congreso, tanto mas excitará, con justicia o sin ella, el resentimiento de las provincias, las cuales mirarian como un agravio el que se procediese a tan solemne acto sin la concurrencia de sus diputados. Esto, ciertamente, no haria otra cosa que alejarnos de la union nacional, por cuya concentracion trabaja actualmente la Sala de Representantes; i por lo mismo, el Director está persuadido que seria mas oportuno aguardar a que concurriesen, aunque no fuesen sino dos a tres diputados de las demas provincias. Entónces podria solemnizarse este acto con todo el decoro i pompa posibles, que el Director procuraria aumentar en cuanto estuviese a sus alcances.

"Estas observaciones, que el Director somete a la deliberacion de la Sala, no dejarán de llamar la consideracion de los representantes, de cuya ilustracion i buen sentido aguarda el Director que resolverán en el particular con la circunspeccion que corresponde.

"El Director, con este motivo, tiene el honor de ofrecer a los representantes nacionales las seguridades de su distinguida consideracion. —Santiago, Setiembre 13 de 1825. —Ramon Freire.Juan de Dios del Rio. —A los señores Representantes Nacionales para el Congreso Jeneral."

El señor Lazo. —A mí me parece conveniente que se citara para el dia de mañana a todos los diputados, i que se pusiera en la órden del dia esta nota para tratar de ella.

El señor Ovalle, don José Antonio. —Todas estas reflexiones tuvo la Sala presentes; cuando se resolvió, se dió parte al Ejecutivo cuatro o cinco dias ántes; el ejército no sé por qué necesita tanto tiempo, cuando otras veces se ha presentado en el momento.

"Que los diputados de Concepcion i de Coquimbo no han venido,u todo eso se tuvo presente en la discusion. Si la Sala en sus deliberaciones ha de depender del Ejecutivo; yo creo que esta es la única cuestión que debe someterse a la consideracion de la Sala. La Sala ha acordado instalarse el dia de mañana; si así lo acordó, yo creo que ella debe llevar adelante su resolucion; es mi dictámen.

El señor 'Echeverría. —Me parece mui justa la decision de uno de los diputados para que mañana se llamase a todos los señores que faltan para tratar de esta nota, porque aunque entónces se tuvo presente lo mas que se dice en este oficio, sin embargo ocurren otras razones. La Sala decidió que fuese mañana; pero si el sermon no está para mañana, no podrá predicarse por mas que la Sala lo haya acordado. Así pueden ocu

  1. ¡Representantes nacionales! ¡El Excmo. Supremo Director de la República reconoce este carácter nacional en los representantes de la provincia de Santiago!!